Más que un hospital
“Es fácil consolarse de la desaparición del pasado; de lo que no puede uno reponerse es de la desaparición del porvenir.” Amín Maalouf.
El nuevo hospital universitario de Cuenca es una necesidad, pero también es una ambición. Es de justicia, pero también nos permite mirar al futuro con vocación de progreso, en lugar de hacerlo con miedo a la decadencia. No comparto el miedo y la cautela de quienes se preguntan si en Cuenca está justificada una inversión de esta envergadura, porque pienso que la ambición del proyecto debe ser la misma con la que apostemos por una ciudad moderna y avanzada, una ciudad que ofrezca un porvenir a nuestros hijos.
El nuevo hospital es una necesidad por la mera obsolescencia y disfuncionalidad de las actuales instalaciones, que el paso del tiempo solo puede agravar. Es también una necesidad para mantener el nivel de atención sanitaria que se exige y espera de un hospital general.
Es también necesario en términos económicos, tanto por la capacidad tractora para la economía de la ciudad de una obra civil de estas dimensiones, como por la consolidación de servicios sanitarios de atención especializada, que conllevan un importante nivel de empleo de calidad.
Pero el nuevo hospital provincial universitario de Cuenca es también una ambición de futuro, una ilusión colectiva, un proyecto de unidad, la imagen de una ciudad con futuro y una condición esencial para su futuro.
El diseño de las nuevas instalaciones es una oportunidad única para incorporarnos a las últimas tendencias y exigencias de una ciencia y tecnología médicas en constante evolución, con funcionalidades añadidas para el ejercicio profesional y para el confort de pacientes y acompañantes.
Pero el nuevo hospital es algo más que ladrillo, ante todo es y tiene que ser un proyecto de consolidación, mejora y ampliación de su cartera de servicios. Un hospital intensivo en tecnología y servicios avanzados, de alta resolución, joven tanto en sus modernas instalaciones como en la incorporación de nuevos profesionales en proyectos de futuro. Un hospital atractivo que frene y revierta la pérdida de pacientes de Cuenca, atractivo para pacientes de toda la región a través de especialidades de referencia regional, atractivo incluso para pacientes de Madrid y Valencia a través de servicios de alta especialización aprovechando nuestra conexión por Ave.
Pronto veremos cómo los avances de la ciencia médica transforman radicalmente el mundo sanitario, con nuevos servicios, técnicas de diagnóstico, tecnologías y tratamientos de alta especialización. El proyecto de nuevo hospital, tan realista como ambicioso, es el billete para subirnos a este tren de modernidad, progreso y empleo de alto valor añadido.
Para mí, pensar en el nuevo hospital es mirar al futuro de esta tierra con ilusión y esperanza.