Más necesario que nunca

Probablemente el periodismo no vive precisamente en estos nuestros tan revueltos tiempos el mejor momento de su historia. Braceando a como puede en el tsunámico universo de desinformación y noticias falsas en el que todos  actualmente nos vemos obligados a desenvolvernos, la verdad es que da la impresión de que ha dejado en buena medida de gozar de la consideración social que en otros no tan lejanos tiempos disfrutaba, pero sin embargo, precisamente esas propias generalizadas condiciones a la contra en las que debe desenvolverse hacen más relevante que nunca la necesidad de su existencia como dilucidador  entre lo verdadero y lo espúreo,  como proporcionador y difusor de esa información precisa y verificada y por ello confiable que la sociedad necesita más que nunca, fomentando con ello la supervivencia de una transparencia informativa que, desde el ejercicio de la libertad de expresión, el aseguramiento de la verdad de sus contenidos y la clara diferenciación entre la información y la opinión, posibilite  un ejercicio de la libertad de expresión más perentorio y necesario que nunca y el mejor conocimiento de la realidad en la que nos movemos propiciando con ello una sociedad más justa, informada y participativa.

Es un papel de intermediación social que reviste especiales características si hablamos del periodismo local, del que se ocupa de nuestro más próximo e inmediato universo de nuestro más, por así decir, doméstico día a día, ese que –salvo en excepcionales circunstancias, la mayoría de las veces además bien poco gratas– queda por lo general fuera de la atención de los medios nacionales, un periodismo que por otro lado, además haber visto muy reducida su presencia en cuanto a las cabeceras tradicionales, no tanto por fortuna en cuanto a las digitales, suele carecer de las herramientas de las que sí disponen las grandes empresas informativas y se basa más en el denodado esfuerzo de sus actores.

Viene el comentario a cuento de la reciente convocatoria –la octava ya– de los Premios de Periodismo Local con los que la Asociación de la Prensa de Cuenca pretende resaltar precisamente la importancia de ese periodismo de proximidad destacando en esa labor a los profesionales de los medios de comunicación de nuestro más inmediato entorno galardonando sus mejores trabajos en prensa, radio o televisión, tanto en formato analógico como digital, durante 2023  y destacando al mejor informador novel entre aquellos periodistas que, en este hoy en el que dedicarse a esta profesión tiene en verdad más mérito que nunca, acaban de empezar en la profesión o estudiantes de Periodismo, menores de treinta años así como a agradecer y meritar el papel de la colaboración con la propia actividad periodística, unos premios que no tienen especial importancia crematística pero sí quieren dar el merecido reconocimiento a quienes tan cerca de nosotros se lo curran. Mi aplauso a sus convocantes y mi anticipado agradecimiento por su esfuerzo a quienes los acaben obteniendo practicando ese periodismo –déjenme que lo reitere– más necesario que nunca.