La manta y la toalla
Imagino que la mayoría de la gente no lo sabe, pero el 11 de septiembre los docentes de Castilla-La Mancha están convocados a huelga. Se piden cosas como la reducción de las ratios, de la burocracia y un montón de granos de arena de esos que acaban formando montañas que solo mueven las voluntades políticas. En cierto modo, se pide volver a 2011; revertir los famosos recortes —no quiero mencionar su nombre por si se volviese a aparecer—. Decir que seguimos igual que en 2015 es tendencioso y estúpido; pero decir que estamos mejor que en 2011 es abiertamente mentira. Aunque imagino que esto, mientras los centros educativos cumplan su función de guardería, tampoco le importa a mucha gente. El caso es que no sé si con alevosa premeditación o suertuda improvisación el ejecutivo de García-Page se las ha apañado para ir moviendo la manta, año a año, destacando lo que pasa a taparse en ese momento y omitiendo lo que queda al descubierto nuevamente, sin que la manta, en realidad, crezca demasiado. Y así se llega a una huelga que no sé si secundará mucha gente porque no veo ni brizna de esperanza en las miradas; o quizás esté mirando un espejo. Algunos seguramente se estén debatiendo entre tirar la manta o la toalla. Y esto es en educación pero imagino que en otros sectores como la sanidad pasarán cosas parecidas. Aquí hay un auténtico filón para la oposición. ¿Dónde está nuestra oposición local y regional? En las cosas que, supongo, serán importantes para los conquenses y castellanomanchegos: en Cataluña y Venezuela.