Luz sin taquígrafos

Desde Venezuela al orbe; pasando por Vigo:  Ya han llegado las luces navideñas a todos los rincones; y, con ellas, queda oficialmente inaugurada la Navidad.  Y es que, en este mundo moderno y liberal, si la valía de una persona se mide en «likes», el espíritu navideño se mide en leds.  Algunos argumentan que con luces la gente compra más, como si comprar más supusiese un éxito.  Este año, el ayuntamiento de Cuenca se ha dado prisa.  No lo criticaré ni alabaré, hablo de oídas; ni me he dado cuenta de que las luces están ahí.  Me da que son más de fijarse en las luces, los que tienen pocas.  Al fin y al cabo, cada uno envidia y añora aquello de lo que carece.  El caso es que como las luces están puestas, ya se puede hablar de las lanzaderas a la estación –ya no hace falta especificar cuál– y la conexión con el nuevo hospital.   Viendo los precedentes en el transporte público de nuestra ciudad y la ronda, da miedo.   Sabiéndolo como lo sabemos… vamos a esmerarnos, por favor.  Con las lanzaderas llegan también los autobuses eléctricos y García-Page repartiendo felicitaciones navideñas y prometiendo nacionalismo del bueno.  Lo dicho, ya se respira el espíritu navideño –¡Dame más leds!–.  Hasta PP y Junts llegan a acuerdos. ¿Para romper España juntos? ¿Para liberar a Cataluña? Para que las grandes eléctricas no paguen impuestos.  Bastante tienen con dar energía para tanto led y garantizar nuestra Navidad, como para, encima, pagar impuestos.  No vaya a ser que en el dinero de esos impuestos esté la solución para Muface y tantas otras cosas que no se pagan con leds.