La incontinencia intolerable de un portavoz impopular
El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Cuenca insultó gravemente con calumnias a los militantes del PSOE de Cuenca, entre los que me honro estar, tratando de defender lo indefendible, que no es otra cosa que la chapuza total de su partido en la elección del candidato a las elecciones municipales de mayo.
Él dice que "no pasa nada" porque el candidato a la alcaldía de Cuenca no se haya tomado la molestia de empadronarse en la ciudad, siendo vecino de una localidad cercana. Cierto que algunos concejales así lo hacen, porque trabajan, desarrollan su vida y conocen la ciudad. También es cierto que su antecesor residía en Arcas y, sin embargo, no se le pasó por alto este detalle.
Claro que no pasa nada, salvo que a él no le afectarán la mayor parte de las tasas e impuestos que pudiera regular. Pero es un claro indicativo de que se ha nombrado a un candidato por descarte.
Como para todo eso no hay respuesta, el portavoz popular, sabedor de que huele a cadáver político, hace méritos y pretendiendo ser el primero de la clase, responde con insidias y calumnias que como Secretario de Organización de mi partido, ni quiero, ni puedo consentir.
Y menos cuando vienen de alguien que perteneció al equipo que gobernó el
Ayuntamiento de Cuenca como un cortijo, cuyo nombramiento como director general de Cultura fue ilegal y que dejaron a la ciudad un agujero de 70 millones de euros.
"Se empieza investigando al otro candidato y se acaba comprando votos a 50 euros...". ¡Qué bajeza! Otra vez ha demostrado una capacidad inmensa para insultar, injuriar, poner bajo sospecha y acosar al adversario, aunque para ello haya puesto en evidencia a su propio partido, a sus propios compañeros, hasta el punto de que nadie sensato haya querido asumir la candidatura y menos a la sombra de Cospedal.
Señor García Hidalgo: si tiene usted pruebas de lo que dice, acuda al Juzgado inmediatamente. Este ridículo ya lo hizo su anterior jefe, llegando a afirmar que podía demostrarlo con nombres y apellidos...
En realidad, lo que pasa es que "se empieza nombrando a un candidato a última hora, a dedo y porque otros no han querido serlo, y se termina olvidando cosas tan elementales como empadronarlo a tiempo".
Así que más vale que reconozca su error, se retracte de la calumnia y la mentira, o igual tiene que recabar de sus exjefes, esa supuesta lista de nombres y apellidos de votantes que vendieron su voto y aportarla ante un juzgado. Porque todo tiene un límite, y usted hace tiempo que lo ha sobrepasado.