El experimento Trump
Para un científico como yo, los próximos años van a ser fascinantes. Sí, ya sé, que no está el horno para bollos. Entiendo que si me leen es precisamente porque ya están hartos de que les cuenten lo mal que está y lo peor que va a ponerse, el horno, ese en el que se cuecen las predicciones de la política internacional. Los científicos estudiamos la realidad desde todos los ángulos posibles y lo hacemos con la intención de extraer conclusiones que sean extrapolables, al menos en un determinado contexto durante un determinado tiempo, hasta que otro u otra, que no me olvido, encuentra una teoría que cumple mejor con aquello que se observa de la realidad.
El caso es que la realidad del horno hoy es un crisol de experimentos que van a permitirnos estudiar en directo y con datos muy relevantes, por ejemplo, si es mejor o peor para la conservación de nuestra especie, seguir políticas de egoísmo nacional como el América First de Trump, o mantener y mejorar las políticas multilaterales de cooperación internacional. Advierto que en el experimento tenemos un problemilla: por ahora no tenemos candidatos claros a sostener con entereza la segunda postura. Y no descartamos que el horno se ponga tan caliente que explote y nos deje sin tiempo de extraer conclusiones. Gajes del oficio.
Vamos a disponer de la oportunidad de ver a ese gran país, garante de las libertades durante casi un siglo, afrontar que lo presida un delincuente que lo primero que hace es poner en libertad a los que asaltaron los cimientos de su propia democracia. La Historia ya ha dado ejemplos de este tipo de experimentos, pero no, no especulemos ni adelantemos acontecimientos, sigamos preparando la muestra. Bajo la lupa, no hacen falta muchos aumentos, disfrutaremos en directo de la evolución en las relaciones y comportamientos de ese cóctel de dos superegos que son Donald y Elon compartiendo ambos el escenario de la información privilegiada: este duelo de titanes arrojará muchos papers y ya hay quien vaticina sugestivos celos y sonadas traiciones; pero no, no adelantemos, no sesguemos, solo pongamos el ojo en el cristal de aumento.
Como biólogo me temo que tendremos pronto una nueva pandemia. ¿Los motivos de mi sospecha? Los parásitos han sido una parte integral de la historia de la vida en la Tierra, y su evolución está estrechamente ligada a la de sus huéspedes. Hay huellas de gusanos parásitos en corales que vivieron hace 540 millones de años. Somos la especie más abundante, la más deliciosa y no paramos de movernos; no tiene nada de extraño que nos busquen con devoción, sobre todo si nos dedicamos a eliminar todos sus otros posibles hospedadores y ampliamos su zona de influencia. Por otra parte, el cambio climático está liberando del permafrost nuevas bacterias y virus. Trump tiene una idea: ¿veamos qué pasa si retiramos los fondos para investigar, estudiar y monitorizar todo ello?
Ahora imaginen a un mundo en pandemia sin la OMS. En aquel momento crítico la OMS convocó a redes internacionales de expertos para abordar cómo tratar la gestión clínica, el papel de los laboratorios y la virología, la prevención y el posible control de las infecciones, la generación de los necesarios modelos matemáticos, la seroepidemiología, la investigación y el desarrollo de los medios de diagnóstico, los posibles tratamientos y el desarrollo de las vacunas. Unas Redes que se mantuvieron con teleconferencias frecuentes desde principios de enero de 2020, y que estaban integradas por miles de científicos y profesionales de la medicina y la salud pública de todo el mundo. Será singular ver actuar a USA sin la OMS. Y será muy difícil que la OMS pueda maniobrar sin los recursos que USA aporta (económicos y científicos). Es muy de agradecer que la ministra de Sanidad española haya hecho una aportación extraordinaria a la OMS de 60 millones de euros. Confiemos en que cunda el ejemplo.
La parte del experimento que se corresponde con la iniciativa de convertir a los que no son blancos y rubios directamente en enemigos, encarcelarlos en Guantánamo o enviarlos en aviones del ejército a sus países de origen, creo yo que hará reflexionar a los que no son blancos y rubios, y algunos tomarán medidas que van más allá del corrido de los Tigres del Norte “Somos más americanos”.
Será significativo también el resultado en el paisaje y paisanaje de ese bonito país americano (de los tornados y los incendios) cuando su presidente reduzca o elimine totalmente la ayuda federal para desastres. Aquí ya hemos visto qué puede pasar con esos recortes en una reciente inundación. Pero no, no adelantemos resultados, no introduzcamos subjetividad en unos datos que, me dicen desde control, se maquillarán adecuadamente. Seguiremos informando.