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Jesús Neira
01/02/2016

Cuenca 2016: Cuenca sí puede

En noviembre de 2014, cuando nació el proyecto Cuenca Abstracta 2016, se antojaba cuando menos difícil, y más aún después de la fallida candidatura a capital cultural, conseguir que 2016 fuera el año de la proyección internacional de Cuenca como destino de turismo cultural a través de la celebración de los 50 años de la fundación del Museo de Arte Abstracto. Luego se unirían las conmemoraciones de los 30 años de la Facultad de Bellas Artes, los 20 de la declaración de Patrimonio de la Humanidad y los 400 de la procesión Camino del Calvario.


Y un proyecto de la sociedad civil conquense consiguió armar una propuesta tan ambiciosa como bien trabajada, porque nació del compromiso con Cuenca desde distintos ámbitos de la cultura y el turismo. Cuenca debe reconocer y sentirse orgullosa por esa vitalidad de una ciudadanía que no se ha abandonado al “ea” tanto como el tópico nos quiere hacer creer.


Y se consiguió la declaración de evento de excepcional interés público, requisito indispensable para garantizar la participación de la iniciativa privada a través de acciones de mecenazgo con importantes incentivos fiscales.


“La poética de la libertad” es el tema central de la exposición que se va a realizar en la Catedral en este 2016, que es a su vez el acto central del que debe ser el año de Cuenca, y en el centro de la exposición, la obra del artista y disidente chino de proyección internacional Ai Wei Wei.


En 2016, la Catedral de Cuenca, que ahora sabemos precursora del gótico que arraigó en toda Europa, será la primera del mundo que se convierta en espacio expositivo integral para el arte contemporáneo.


Se culmina así una trayectoria de apertura de nuestra Catedral a la sociedad en general, y al arte en particular, después de años de fecundo trabajo en los que la instalación de vidrieras abstractas supuso también un hito en su momento. Hay por tanto una continuidad que nos lleva a la realidad de una exposición de nivel internacional que pondrá a Cuenca en el lugar que se merece, y que tiene que ser el principio de una nueva etapa en la que la creación artística se convierta en seña de identidad y palanca de desarrollo económico y dinamismo social como lo fue en su momento la creación del Museo de Arte Abstracto.


Y no debemos olvidar que el objetivo inicial era conseguir visibilidad y promoción internacional de la marca Cuenca como destino turístico de calidad a través de las diversas celebraciones, que acreditan sin sombra de duda la potencia cultural de nuestra ciudad, tanto por su realidad actual como por su patrimonio. Pero lo primero es que nos lo creamos en Cuenca.


Pero volvamos al acto central de Cuenca 2016, y recordemos que la misma exposición que vendrá a Cuenca está ahora en Londres, y en 2017 viajará a Los Ángeles, y no olvidemos que, tan importante como la proyección artística del creador chino, lo es su compromiso con la defensa de la libertad y los derechos humanos.


No nos debe por tanto extrañar la decisión de Ai Wei Wei de suspender sendas exposiciones en la ciudad de Copenhague en protesta por la decisión del gobierno danés de confiscar los bienes de los refugiados; inquietante paralelismo por otra parte con su permanente denuncia de los abusos del régimen de su país.


En este 2016 que acaba de empezar, muchas miradas se volverán hacia Cuenca, este pequeño y bello rincón de occidente, y contemplarán la irrepetible unión de naturaleza y cultura que nos ha valido la inclusión en la lista mundial de patrimonio de la Unesco.


Aprovechemos también el año 2016 para que, en este lugar bendecido por la mano de la naturaleza y del hombre, podamos renovar ante la mirada del mundo el compromiso con la libertad como valor humano fundamental, ahora como siempre, ahora ante nuevos desafíos como los que llaman a las puertas de Europa con la urgencia de quien invoca los valores fundacionales de nuestro proyecto común.


Una Catedral, templo para el culto y la liturgia, que abre sus puertas a la sociedad a través del arte, y que prefigura, y esto va a ocurrir en Cuenca, la necesaria unión en defensa de la libertad y los derechos humanos por encima de fronteras e ideologías.


Y por qué no una convocatoria en Cuenca para que intelectuales y pensadores de todo el mundo se reúnan para reflexionar y debatir sobre los desafíos para la libertad y los derechos humanos en esta nueva era de la globalización.


La magna exposición en la Catedral será el acto que otorgue la necesaria proyección al resto de eventos a realizar desde distintos ámbitos en 2016. Los previstos por el Ayuntamiento en torno a los XX años de la declaración de Patrimonio de la Humanidad, la programación del Museo de Arte Abstracto, que en 2016 inicia la primera fase de su ampliación, los realizados por la Facultad de Bellas Artes, la vinculación de la Semana Santa, de la Semana de Música Religiosa y de cualquier evento cultural o incluso deportivo que quiera alinearse bajo la marca Cuenca 2016.