Cuando tus sueños son más grandes que tú...

INTELIGENCIA.  Algunos recuerdos son difusos pero, cuando yo era pequeño, un curandero venía de lejos para girar visita en casa de mis abuelos. Durante una mañana cada equis tiempo, esa casa se convertía en la consulta de un auténtico mago; en una oda a las friegas de romero.  Esa mañana no podía espabilarme en el asiento de la DKW ni comer tortas de cal arrancadas de las paredes. 

No sé si lo llegué a ver a hurtadillas o es un recuerdo construido a través de los testimonios de otros; pero con unas manos de santo y una visión de la virgen, aquel hombre podía curar lo incurable.  Sí, venía gente de pueblos que jamás había oído y, sí, veían a la virgen. No sé si había minuta o donativo –los recuerdos son difusos–, pero ver a la virgen no tendría que tener precio. 

¡Qué tiempos! Algunos os preguntaréis cómo podíamos creernos esas cosas. Imagino que ya no quedan muchos curanderos al uso, o que se pasaron a su debido tiempo a la homeopatía; pero esto, traducido a nuestro nuevo mundo, sigue existiendo con más fuerza que nunca.  Esta semana Antonio, alucinado, me manda una noticia sobre un macroevento en el que por más de cien euros en presencial y 50 online, un coach te enseña a ser rico y feliz con frases de Mr. Wonderful.  El éxito es absoluto, para él. Ser libres para esto.  Los recuerdos son difusos; la ignorancia, sin embargo, está muy presente en el presente.