Compromisos con cifras
Los representantes políticos de las diferentes instituciones pueden prometer la realización de grandes proyectos o la construcción de importantes infraestructuras u ofrecer a la ciudadanía ilusionantes propuestas para mejorar su calidad de vida. Pero todas estas promesas son castillos en el aire hasta que no tienen su refrendo negro sobre blanco en unos presupuestos generales y en unas obras sobre el terreno que estén a la vista de todos. Algunos piensan que lo que no se presupuesta, no existe. El caso del futuro Hospital Universitario es un ejemplo de ello. Ya conocemos que el Gobierno regional ha incluido en las cuentas de 2025 cerca de 22 millones de euros para que el 19 de diciembre puedan inaugurarse las obras y el año que viene pueda llegar a funcionar. Y, a la vista del imponente complejo ya construido, nadie puede negar que vaya a ser una inminente realidad.
También hemos conocido que los Presupuestos Generales de la Junta de Comunidades han aumentado un 640% en 10 años las partidas destinadas a nuestra provincia y que han crecido ligeramente respeto al dinero dedicado a Cuenca el año pasado. Todo crecimiento es siempre positivo, aunque en opinión de muchos, especialmente los que componen la oposición política, será insuficiente y poco realista. Ambos adjetivos están acuñados a fuego en el inconsciente colectivo referente a las interpretaciones políticas, porque toda cuenta que un gobierno haga pública será criticada indefectiblemente por sus adversarios, sabedores de que en unos Presupuestos Generales aceptables estriba la estabilidad de un Ejecutivo. Da igual quién gobierne, en este sentido nunca lloverá al gusto de todos y para unos los números serán generosos y para otros raquíticos y prueba de una gestión desastrosa.
Hemos sabido también que una parte importante de las partidas presupuestarias para la provincia se van a destinar a Sanidad, Educación y Bienestar Social, algo que define las líneas básicas de actuación de un gobierno progresista, como no debería ser de otra forma si quiere seguir denominándose así. En este área, casi nunca se destinan los recursos suficientes, porque siguen faltando profesionales sanitarios, las listas de espera son elevadas, hay cierto malestar entre el profesorado y es necesario mejorar los servicios de atención a las personas mayores y los colectivos más necesitados. No obstante, consuela comprobar que casi la mitad del presupuesto cifrado para Cuenca se va a dedicar al fomento de estos tres pilares básicos del Estado del Bienestar. Hay dinero también para los remontes mecánicos al Casco Antiguo de la capital, para un nuevo centro de recuperación de fauna salvaje en Jábaga, para mejoras en el tratamiento de aguas residuales en varios municipios o para la puesta en marcha del Centro de Atención a Víctimas de Violencia Sexual, entre otros muchos proyectos. En definitiva, son unos presupuestos beneficiosos para la provincia, aunque, como hemos apuntado, algunos considerarán que no lo son, porque la descalificación del oponente político nunca ha estado tan de moda. Ya lo iremos comprobando en días sucesivos.
