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“He vivido situaciones duras con Cruz Roja, pero es una labor grata”

Pedro Navarro, que lleva 35 años en la asamblea local de Minglanilla, ha recibido la Medalla de Bronce de la organización humanitaria, máxima distinción que entrega la entidad en el ámbito provincial
“He vivido situaciones duras con Cruz Roja, pero es una labor grata”
Imagen de Pedro Navarro López posando con la Medalla de Bronce de Cruz Roja. Foto: Rubén Marco
10/06/2024 - Dolo Cambronero

Pedro Navarro López, de 66 años, ha visto crecer y evolucionar a la agrupación local de Cruz Roja de Minglanilla desde que esta echara a andar hace 35, cuando él entró en el colectivo como voluntario conduciendo una ambulancia.

Tras haber desempeñado diversas tareas y pasado por diversas secciones en la entidad, desde el año 2020 es su presidente.

Por su entrega desinteresada durante todo este tiempo, la organización humanitaria le ha entregado recientemente la Medalla de Bronce, la máxima distinción que se puede recibir en el ámbito provincial. 

“Ha sido una sorpresa. Nunca había pensado que me podían dar este reconocimiento. Estoy muy agradecido”, celebra, rememorando que él entró en el colectivo porque el reducido grupo de personas que hace más de tres décadas empezaron a montar el colectivo en la ciudad contactó directamente con él para ver si quería colaborar con este proyecto. No tuvo dudas y, como tenía el carné de conducir ambulancias, se encargó de esta labor en la organización. Por aquel entonces, Navarro López era funcionario en el Ayuntamiento de la localidad y le dieron permiso para ausentarse de su trabajo si había alguna emergencia que precisase de su intervención con este vehículo.  

Aunque a lo largo de todo el tiempo que desempeñó este trabajo le tocó “presenciar situaciones muy duras”, asegura que formar parte de esta organización ha sido una “labor muy grata y muy humana”. “Cuando algo se hace a gusto, no se hace pesado. Cuando llegabas a tu casa, dormías muy tranquilo porque te acostabas con la satisfacción de saber que muchas veces ayudabas a salvar vidas. La experiencia es buena porque la gente te lo agradece mucho”, recuerda. 

El reconocido, actual presidente de Cruz Roja en Minglanilla, estuvo durante ocho años como voluntario conduciendo una ambulancia, habiendo desempeñado después distintas labores para el colectivo

De hecho y como anécdota, recuerda el caso de un hombre de su pueblo al que le dio un infarto y la ambulancia de Cruz Roja acudió en su ayuda. “A partir de entonces, empezó a llamarme Ángel cuando me veía. Un día le pregunté y me dijo que sabía que mi nombre era Pedro pero que para él había sido su ángel de la guarda. Estuvo muy grave y el médico le explicó que si hubiéramos llegado cinco minutos más tarde, podía haber fallecido. Me siguió llamando así hasta que murió ya de mayor”, relata a Las Noticias de Cuenca.

 

VIVENCIAS

En otra ocasión en la que acudieron a cubrir un accidente de tráfico por la noche, en el lugar del suceso se encontraron con un niño que no se quería ir con la ambulancia. “Su padre estaba muerto. Aquello me caló mucho”, dice con emoción, al tiempo que cuenta que otras veces, llevaban a menores al hospital y no querían que Navarro y sus compañeros se fuesen. “Los teníamos que convencer diciéndoles que si había otro accidente, teníamos que ir a rescatar a la gente”, apunta. 

Durante un tiempo y hasta que el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) se hizo cargo totalmente del servicio de ambulancias, desde la asamblea local de Cruz Roja de Minglanilla cubrían toda la comarca y en caso de necesidad también acudían a reforzar el puesto de Iniesta. “Íbamos donde hiciera falta si había un accidente de tráfico”, puntualiza.

En total, fueron ocho años los que el ahora Medalla de Bronce de Cruz Roja dedicó a esta labor aunque posteriormente también se siguió trabajando con la ambulancia para cubrir servicios programados como, por ejemplo, conciertos, sueltas de vaquillas o corridas de toros.

Además de conduciendo la ambulancia, Navarro López ha desarrollado diferentes tareas como la recogida de alimentos o la venta de lotería en la asamblea local de Minglanilla, la cual preside y cuenta ahora con unos 200 socios y cerca de 50 voluntarios. A la ciudadanía, le anima a colaborar con la organización humanitaria por “la satisfacción que se obtiene al hacer una obra buena”.