"Soy partidario de que, donde estés, tienes que formarte al máximo"
La nobleza, la estética y la explosividad de la esgrima encuentra su lugar en Cuenca en el Club Esgrima Espadas Colgadas. Desde hace más de 10 años se encuentra al cargo de los entrenamientos Gabriel Martínez (1981, Madrid), más conocido en el ámbito deportivo como Gaby, quien lleva a sus espaldas una completa trayectoria en este mundillo que ahora traslada a los jóvenes conquenses.
La historia de amor de Gaby y la esgrima comienza a los cinco años, cuando a su hermano, un año menor que él, le recomendaron un deporte que trabajase la lateralidad y la coordinación al ser diagnosticado con dislexia. Como alumno del Instituto Ramiro de Maeztu, tampoco podía olvidarse del baloncesto, y jugaría en las categorías inferiores del mítico Estudiantes hasta los 16 años. La esgrima le seguía llamando la atención y pasó al Sala de Armas de Madrid, uno de los clubes más grandes de Europa, donde coincidiría con numerosos campeones e incluso con Pirri, medallista olímpico en Pekín 2008. En el palmarés del madrileño figuran logros como un campeonato de España en júnior individual, subcampeonato de España infantil y en cadete, así como finalista absoluto en varias ocasiones.
Sus dos hermanos también continuaron con la esgrima y algo debe haber en los genes, ya que también han conseguido ser campeones nacionales. “Creo que es el único caso en España en el que somos tres hermanos y los tres somos campeones”, rememora. A día de hoy, aunque los kilómetros los separan, cuenta entre risas que se ven más en las competiciones que en las comidas familiares.
Tras estudiar un grado superior de TAFAD y la carrera de magisterio enfocada a la educación física, conocería a la que sería su mujer y la oportunidad de venir a Cuenca llegaba a través de un negocio de sus suegros. Se encontró con un club de esgrima de reciente creación para pasar el rato, por lo que prestó sus titulaciones y decidió darle un toque más formativo. “Mi principal objetivo era crear cantera y sacar gente, independientemente de que los que ya estaban siguiesen disfrutando igual”, manifiesta el esgrimista.
A día de hoy, y aunque no es fácil retener talentos en Cuenca, celebra que el club ha podido sacar a campeones de España en categorías de formación, a tiradores que han ido a Copas del Mundo y que, en general, la esgrima goza de una buena salud en la capital. Aunque Gaby no se ha quedado en las facetas de esgrimista y monitor, sino que también ha puesto todo su empeño en ser árbitro. “Soy partidario de que, donde estés, tienes que formarte al máximo·, cuenta el madrileño, que no dudó en aprenderse toda la normativa e ir sacando titulaciones, lo que hoy le permite ejercer de árbitro no solo en España, sino en toda Europa, compartiendo su pasión en sitios como Hungría, Alemania, Portugal, Suiza…
El esgrimista madrileño cuenta con un gran palmarés competitivo, además de unas prestigiosas titulaciones en formación a nivel nacionalEl deporte siempre deja grandes enseñanzas personales y, siendo la esgrima parte indispensable de la vida de Gaby, hoy reconoce que gracias a esta disciplina le ha ayudado a tener la calma en su vida cotidiana para pensar y repensar cualquier tipo de acción. Además, no puede esconder tampoco la satisfacción de ver cómo las personas que han pasado por el club siguen manteniendo la pasión por el deporte a pesar de haber salido de Cuenca por motivos académicos o laborales. En la recámara queda la ilusión de disponer de una sala de esgrima propia para que el club crezca a través de las instalaciones, ya que la intención del madrileño es seguir sacando joyas del Espadas Colgadas. Por el momento, Gaby sigue transmitiéndoles a los jóvenes su pasión por la esgrima y por los valores que la acompañan.