“Sería horrible parecerse a una princesa Disney, las mujeres no tendríamos propósitos en la vida”

Tradicionalmente, las películas de princesas Disney han creado unos cánones de princesas que, asegura Olivia Lara, “no se corresponden con la realidad”. Cuando era niña, se visualizó todas las películas y se aprendió de memoria canciones y diálogo. Unas películas que crearon un canon de mujer paciente, alegre, dócil y guapa que, cuando volvió a visualizar de adulta, se dio cuenta de que no correspondía con la realidad.
Directora y actriz, Lara empezó a experimentar con la idea de una princesa traída a la realidad, con sus defectos, con el objetivo de desidealizar la mujer Disney. A partir de ahí surgió la obra ‘No me toques el cuento’, que vio la luz en el año 2018 y que desde entonces no ha parado de girar por toda España. Ella, junto a las actrices Isabel Morán, Carmen Calle y Masi Rodríguez dan vida a Bella (de La Bella y la Bestia), Blancanieves, Cenicienta y Aurora (de la Bella Durmiente), quienes se subirán al escenario del Auditorio de Cuenca el próximo jueves 27 de marzo a las 20:30 horas.
¿Qué se va a encontrar el espectador?
Una obra muy divertida, irreverente, canalla y sorpresiva. Sin duda, se van a reír muchísimo porque se van a sentir identificadas con las cuatro mamarrachas que van a ver sobre el escenario.
¿Para qué tipo de público está pensada?
En realidad, es todos los públicos, pero es verdad que sobre el escenario fumamos, bebemos, decimos alguna palabrota, etcétera, por lo que se deja un poco al criterio de los padres si quieren llevar a sus hijos menores o no a ver la obra. Nosotras lo ponemos a partir de 16 años, pero viene público de todas las edades.
Vuestra visión de las princesas Disney no es tan idílica...
Claro, es una manera de desidealizar a los personajes con los que hemos crecido y nos hemos forjado, y han sido, de alguna manera, referentes de muchas generaciones. Queremos acercar las princesas más a la realidad, porque ese ideal de mujer tiene que bajar a la tierra para poder ser más libre y real.
Usted interpretas a Bella, de La Bella y la Bestia. ¿Cómo desidealiza a su princesa?
Primero, dándole permiso para envejecer y no ser ni bella ni perfecta todo el tiempo, para que así crezca y sea más sabia y vieja y no se sienta mal por ello. Bella representa esa losa que tenemos las mujeres de intentar ser siempre jóvenes, guapas y perfectas, y ser del aspecto que la sociedad quiere. Su belleza es como una condena porque se le obliga a que sea siempre perfecta, y sabiendo que es imposible, acaba bebiendo como una cosaca y al final, es una manera de evadirse de esa condena.
“Con ‘No me toques el cuento’ queremos acercar las princesas a la realidad, tienen que bajar a la tierra para ser más libres”
¿En estos años han cambiado los cánones en las películas Disney?
Desde luego. Ahora se hacen personajes mucho mejores a los que nos comimos nosotros, y los femeninos son más valientes, más divertidas, más aventureras, y sí que se acerca a una idealización que es menos tóxica. Los personajes que he creado para ‘No me toques el cuento’ al final son unas desgraciadas (risas). La vida las ha puesto ahí, son inevitablemente mujeres perfectas y no puede ser eso, es frustrante para ellas.
¿Cómo surgió ‘No me toques el cuento’?
Soy muy fan de Disney desde pequeña, pero un día me di cuenta de que la película siempre es la misma, pero yo cambio y mi punto de vista cambia. Cuando volví a verlas después de 20 años, me voló la cabeza. Por ejemplo, con Blancanieves me di cuenta de que estaba viendo a una persona con un déficit cognitivo muy severo. No es funcional en el mundo real. Volví a ver el resto de películas y dije ‘Ay, Dios mío, que estamos como estamos en parte por culpa de todo esto’. Son personajes que han forjado, de alguna manera, nuestra personalidad, y por eso decidí darles una vuelta a todos esos personajes trasladando las princesas a un mundo más real desde un punto de vista más canalla, cómico e irreverente.
¿Qué objetivos persigue con la obra?
El mensaje principal que quiero transmitir es que desidealicemos esos cánones o esos referentes femeninos. La gente se tiene que dar cuenta de que no solo no tenemos que alcanzar eso, porque somos libres de ser lo que queremos, porque ser como una princesa Disney sería horrible. Si hubiéramos alcanzado ese ideal de mujer, seríamos dependientes, no tendríamos ni lucha ni causa. No tendríamos propósitos en la vida, y seguro seríamos desgraciadas e infelices. Por eso, el mensaje principal es de rechazar lo pre establecido y reinventemos una nueva manera de ser.
¿Cantan como en las películas Disney?
Sí. No es un musical como tal esta obra, pero cada princesa tiene su propia canción. En total hay cuatro, y hay temas que son pura comedia, otros que son el gran hallazgo de ellas y otro que es una reivindicación a lo impuesto y una ruptura de esa imposición. Todas las canciones, a parte de que son chulísimas, son muy divertidas de escuchar. Algunas te cogen un pellizco, otras te emocionan, etc. Son estilos diferentes y, además, se pueden disfrutar en Spotify.

La obra se estrenó en 2018. ¿Qué les ha dicho el público?
Hemos ido por toda España con ‘No me toques el cuento’ y siempre con muy buena acogida. Tenemos el privilegio de que nuestro público apuesta por el teatro y las compañías independientes como es la nuestra. Además, tenemos unos espectadores muy amplio, porque todo el mundo la puede disfrutar, nadie se queda fuera de onda, y todos entran al trapo. Entonces, nos acogen muy bien en todas partes.
¿Qué mensaje lanza al público indeciso?
Primero los animo a que nos sigan en redes sociales y escuchen la canciones en Spotify. Seguro que les entrará ganas de ver la obra porque ahí verán el tono que llevamos. Somos cuatro mujeres que os vamos a hacer reír, llorar, y volar la cabeza con sus propias catarsis de vida. Dejemos fuera del teatro nuestros problemas y preocupaciones para meternos en los de las cuatro princesas y reírnos un poco de todo.