“Seguiré en Cuenca más años, tengo muchos proyectos por delante”

En la década de los años 70, Keiko Mataki llegaba a España procedente de Japón. Se afincó en Madrid, y con el paso de los años se trasladó a Cuenca, una ciudad cuyos paisajes y naturaleza cautivaron a la artista. 

Durante esa época, vio en una revista una imagen de Cuenca en la que aparecían ovejas, animal que no había visto antes. Vino en junio, y el azul intenso del cielo con el verde de los árboles unido a un buen clima, hizo que Cuenca le gustara mucho. Además, en aquel entonces conoció a Kozo Okano en la ciudad, hecho que ya hizo que se mudara a la ciudad de las Casas Colgadas, donde sigue instalada aunque él ya no esté. 

“Me gusta mucho Cuenca, porque en cada estación del año tienes un paisaje diferente”, expresa Mataki, quien lleva ya más de media vida instalada en el Casco Antiguo de Cuenca. Ahora, después de muchas obras con la ciudad como fuente de inspiración, aunque también como parte de su trabajo, será nombrada Hija Adoptiva. Así se ha decidido en el  último pleno del Ayuntamiento de Cuenca por unanimidad de los 25 concejales gracias a una propuesta presentada por el grupo Cuenca, En Marcha!

“Es un honor y estoy muy agradecida como conquense que ya soy”, reconoce la artista. “Ahora tengo que aprender a beber del porrón”, bromea. 

Y es que, Mataki nota cómo a lo largo de todos estos años afincada en la ciudad “los conquenses han recibido muy bien” su arte en una ciudad acostumbrada a los diferentes movimientos abstractos. Han sido numerosas las exposiciones que ha realizado tanto en la capital como en la provincia, pero su impronta también ha quedado plasmada en la Plaza Taiyo. 

Ubicada en el parque de Los Príncipes, está concebida como un pequeño universo. Un reloj de sol preside esta plaza que, siempre cobra protagonismo con el cambio de estación gracias a la celebración de cada equinoccio. 

Este espacio ha sufrido diversos actos vandálicos en el pasado, y es una de las cosas que a Mataki más le entristece. En Japón, hay muchísima cultura para no acometer actos vandálicos en los espacios públicos, “algo que sin duda falta aquí”. Aunque eso sí, esas celebraciones de cada equinoccio están haciendo que los conquenses “tomen más conciencia sobre el espacio público”. 

De cara a futuro, Keiko Mataki tiene claro que va a continuar viviendo en Cuenca, puesto que está enamorada de la ciudad y aún tiene muchos proyectos por delante. Está a la espera de que la Diputación Provincial le publique un libro de cuentos que ha hecho, y próximamente va a llevar a cabo un mural de unos 30 metros de largo en un colegio público de la capital, una de las obras más grandes a las que se ha enfrentado. 

Aunque si hay algo que va a llamar la atención, es la nueva asociación de carácter internacional que se está formando, siendo Mataki una de las integrantes. Esta aunará la cultura con la gastronomía, y se prevé que se constituya muy pronto e, incluso, pueda empezar su actividad antes de Navidades. Aún así, ya tienen fecha para dentro de dos años llevar a cabo una gran actividad en el edificio Iberia de la capital.