"No es que a los niños no les gusten las matemáticas, es que no las entienden"
Tania Lafuente Martínez estaba ya cansada de escuchar decir a los padres que a sus hijos no les gustan las matemáticas ni las ciencias naturales en inglés. La joven conquense, que hace cuatro años se animó a montar en Cuenca capital el Centro de Estudios Ortega y Gasset, se dio cuenta de que el problema era otro: “No es que no les gusten, es que no las entienden”. Por ello, en diciembre puso en marcha en la academia un innovador método de enseñanza basado en el sistema Montessori y otros utilizados en Finlandia y Singapur, dos de las grandes potencias en educación, con el objetivo de facilitar a los niños el proceso de aprendizaje.
“El método busca que los niños aprendan a través de las experiencias, la manipulación y libremente”, cuenta Tania, graduada en Magisterio en las especialidades de Infantil y de Primaria, y que desde hace dos años cuenta también en el centro de estudios con una socia, María José Bermejo.
En concreto, para explicar las matemáticas, en la academia Ortega y Gasset se están sirviendo ya del sistema ABN (método Abierto Basado en Números, creado por Jaime Martínez Montero), que estimula el cálculo mental y el razonamiento a través del uso de objetos cotidianos con el objetivo de que los alumnos sean capaces de resolver los problemas de varias formas posibles en lugar de aprender con el método clásico, que ofrece una sola respuesta correcta y con el que se adquieren los conocimientos matemáticos de una forma más mecánica y memorística.
VER, TOCAR Y APRENDER
En el caso de las Natural Science, el centro ha comenzado a utilizar el método Montessori (sistema ideado por la educadora y médica italiana María Montessori que persigue el autodesarrollo del niño) y se están centrando sobre todo en la experimentación para que los alumnos asimilen mejor los contenidos que se les están enseñando.
“Les cuesta mucho en español. Como para explicarlo en inglés”, indica Tania. “Queremos que los niños aprendan a resolver problemas acercándoles a situaciones reales para que así entiendan lo que leen. ¿Cómo van a saber cómo funciona el aparato digestivo en inglés si no saben explicarlo en español? La mejor forma de aprender es viéndolo, tocándolo y sintiéndolo”, añaden desde este centro conquense.
Para ello, se servirán de juegos y vídeos para enseñar los contenidos a los alumnos de una forma más lúdica. “También queremos comprar una maqueta de un esqueleto humano para que ellos lo puedan tocar”, señala Tania.
La joven, de 31 años, detalla que estos métodos educativos ya se están utilizando en nuestro país en grandes ciudades como Madrid y Valencia. Ella y su socia decidieron traerlos también a Cuenca, para lo cual se han formado específicamente en estos sistemas con el objetivo de mejorar la enseñanza-aprendizaje principalmente en estas asignaturas que se les suelen hacer más cuesta arriba al alumnado.
Desde el centro ponen como ejemplo que Finlandia y Singapur, que utilizan estos métodos, son las dos grandes potencias según el informe PISA y registran los mejores resultados académicamente. En el centro se celebró hace más de un mes una reunión informativa para dar a conocer a las familias esto nuevos métodos que iban a implantar para niños de entre tres y doce años. “Los padres los acogieron muy bien”, asegura Tania.
Además de clases de apoyo escolar en estas materias, en el centro se da también refuerzo desde Primaria hasta Bachillerato, de todas las asignaturas: “Los padres se despreocupan y se evitan las típicas broncas al hacer los deberes”.