“Lo que más me ilusiona es poder ser un referente para las niñas”
La conquense Mónica Plaza Vázquez, piloto y copiloto de rallyes todoterreno que ha participado tres veces junto a su progenitor, Manolo, en el Rally Dakar, es una de las reconocidas en el Día Internacional de la Mujer por el Gobierno de Castilla-La Mancha. El acto institucional tiene lugar en Talavera de la Reina este lunes 7 de marzo, en la víspera de la efeméride. “Con mi padre comparto el mundo del automovilismo pero a mi madre, que está en la sombra, también le gusta mucho y me sigue y me apoya en todas las idas de olla que tengo”, bromea la galardonada, de 26 años.
Enhorabuena. ¿Qué significa este reconocimiento?
Es una responsabilidad porque de alguna manera vas a ser un referente sobre todo para las niñas. Es lo que más ilusión me hace. Estoy muy contenta por que se hagan homenajes como este porque dan a conocer historias de mujeres que puedan llegar a ser muy inspiradoras. Somos muy pocas en el automovilismo aunque se está trabajando muy bien a través de las federaciones y algunas iniciativas privadas desde el deporte base para que haya niñas también. Los resultados se verán a medio y largo plazo pero ya hay movimiento. Creo que se está haciendo bien. Pero el automovilismo depende mucho del presupuesto económico. Esto no es como otros deportes: ‘Mi hija quiere ir a fútbol y la voy a apuntar’. Hay factores externos que no están al alcance de muchas personas. Afortunadamente, mi padre y yo contamos en el Dakar con patrocinadores que nos subvencionan toda la prueba. Y Avatel cuando corro el Campeonato de España como piloto. Si no, sería inviable por mucho que me guste el automovilismo.
¿Te has sentido discriminada en este sector tan masculinizado?
No, nunca. Quizás el primer año en Arabia Saudí daba un poco de miedo porque nos hicieron firmar antes un código de conducta sobre la vestimenta que íbamos a llevar y que decía que no podíamos dar muestras de afecto y cariño. Pero llegamos allí y todo lo contrario, la gente muy amigable. Fueron superabiertos. Y a nivel de competidores, mecánicos... incluso te diría que me cuidan mejor que a los hombres.
Como mujer, ¿cómo han sido las experiencias en el Dakar?
Han sido muy buenas. Hay muy pocas chicas aunque año tras año voy viendo que va habiendo más no solo a nivel de competición sino en la organización o en los equipos como, por ejemplo, team managers. Soy una más, no tengo ningún problema.
¿En qué consiste ser copiloto?
Tienes mucha preparación previa al Rally. Te encargas de tener todos los papeles, de saberte perfectamente los reglamentos, de conocer cada noche cómo va a ser la etapa siguiente, de navegar siguiendo el road book. Con unos puntos kilométricos y unos dibujos que te dan, tienes que interpretar la realidad y guiar al piloto. En pruebas como el Dakar, el copiloto es fundamental. Es muy diferente a los rallys de tierra y asfalto, en los que te pasas por el recorrido previamente y coges notas. Aquí nadie puede ver el recorrido. Son 8.000 kilómetros con el radar activado.
¿Cómo empezaste en este mundo?
Desde pequeña he ido a competiciones de moto, sobre todo a ver a mis tíos y a mis primos y a mi padre en las carreras de coches. Cuando cumplí los 18 años, la edad mínima que te exigen para competir, la economía no estaba para echar cohetes y tuve que esperar un año para arrancar. Me gustó, se me empezó a dar bien y comencé a competir con otros pilotos. Al final me he ido labrando mi hueco en este mundillo y que dure mucho. Se está dando bastante bien. Mi hermana Marta empezó también hace dos años y no se le da mal.
Un hueco que esconderá mucho esfuerzo detrás.
Conseguir el dinero conlleva muchísimo esfuerzo. La gente de fuera piensa solo en entrenar con el coche, que nunca lo hacemos porque significaría otro presupuesto más. Hay que trabajar mucho. Profesionalmente he participado en eventos para marcas de automovilismo. Mi vida son los coches de una manera u otra, no solo a nivel de competición. Pero el entrenamiento no es con el coche. Tengo la suerte de poder entrenar físicamente en La Casa del Agua Sport con Víctor, que es mi entrenador. Hace tres años también empecé a competir en bicicleta. Lo que empezó siendo un pasárselo bien me ha llevado ya por bastantes competiciones de renombre. Es como mi motivación diaria, la que no puedo tener con el automovilismo, aunque sin olvidar nunca entrenar para la parte del coche, sobre todo las cervicales, que es lo que más sufre cuando voy de copiloto. Se llevan todos los golpes. El tronco, también. Son cosas que no suelen entrenarse con la bici pero a las que hay que prestar atención en el gimnasio.
¿Próximos retos?
A ver si esta temporada con Avatel es como el año pasado. Tanto mi copiloto David [Nadal] como yo vamos a intentar luchar por el Campeonato de España de T2, en el que quedamos terceros. Intentaremos ir a por el campeonato. Y los retos más cercanos, casi todos son en mountain bike. La vuelta a Ibiza, Guzmán el Bueno –que son 105 kilómetros–, y como bonito y espectacular, la Transpyr, la transpirenaica. Son siete días y puedes hacer los cuatro primeros, los tres últimos o toda. Yo voy a hacer los primeros cuatro. Es dura.
Tengo un calendario bastante apretadito entre coches y bicis. [Risas]
¿Cómo es Mónica Plaza fuera del deporte?
Todo gira en torno a los coches pero también me gusta mucho leer y pasar tiempo con la familia y amigos siempre que puedo. También soy especialista de cine. Es adrenalina y mucha responsabilidad. La mayoría de las veces son conducciones de precisión.