"Me gusta ir al río y sentirme libre, en la competición hay mucha presión"
A poco más de 10 kilómetros de la capital, en el coto del Chantre, Estefanía Gómez (Cuenca, 1993) calibró su primera caña de pescar con tan solo tres años. El fino hilo del sedal poco a poco encadiló a esta joven conquense que no tardaría en demostrar su valía dentro del agua y en el seno de una familia de pescadores, convirtiéndose a los 14 años en la primera mujer en la historia de España que competía en Primera División de Pesca con Mosca.
“Mis comienzos fueron en el coto del Chantre. Aquí los días de pesca significaban venir todos en familia, comer, disfrutar...etc”. Ese carácter familiar y de convivencia fue lo que dinamitó en Estefanía una pasión sin medida por la pesca, aunque la modalidad de mosca le llegó casi por casualidad.
“Empecé en 2007. Se hizo el Campeonato de España aquí en Cuenca y necesitaban pescadores para formar equipo de Castilla-La Mancha. Practiqué durante el verano y competí con ellos”. Una primera toma de contacto que le sirvió para demostrar su talento en esta llamativa modalidad. “No tenía mucha idea, pero se me dió bien y conseguí entrar en la alta competición. Fui la primera mujer en conseguirlo”, recuerda Estefanía.
En ese momento, una combinación de nerviosísmo y ambición forjaron el carácter competitivo de la deportista. “Fue muy gratificante. No me lo creía, encima era la única mujer. Al principio estaba un poco perdida. Pensaba ¿y si el año que viene ya no valgo?”.
SEIS AÑOS EN LA ÉLITE
Sin embargo, en cada nueva temporada en la élite reafirmaba su posición a base de éxitos. “En 2011 fue mi último nacional como juvenil y un año después fui al mundial. En 2013 participé en el Campeonato Absoluto y ya dejé de competir a esos niveles”. En total seis años en el estandarte nacional de pesca con mosca y un Mundial donde representó a España ocupando un meritorio 4º puesto en equipo. “Fue toda una experiencia”.
Tras más de un lustro compitiendo con los mejores pescadores con mosca de España, Estefanía Gómez decidió decir adiós a la alta competición para volver a sentir la pesca como en sus comienzos. “A mi me gusta ir al río y sentirme libre, en la competición hay mucha presión. Tienes dos horas para pescar un tramo que igual tu quieres pescar tranquilamente”, a lo que añade que “muchas veces me coincidía con exámenes o trabajos de la carrera”.
El recuerdo de esa etapa sin embargo es positivo, por lo “sacrificada que es la competición” y el espíritu de superación de la joven pescadora, tanto dentro como fuera del agua, donde mimaba cada detalle fabricando sus propias moscas. “Todo pescador con mosca tiene que hacer sus propias moscas”.
"Cuando tenía 6 años gané mi primer concurso de Ferias de San Julián. Saqué 38 truchas del agua, no se me va a olvidar nunca”
VUELTA A LOS INICIOS
Dejar la competición fue posible, olvidar la pesca con mosca es imposible para Estefanía, que continúa practicando donde comenzó todo hace más de 20 años, en el coto del Chantre. “No me planteo volver a la competición. Yo creo que más que el hecho de ir al río para sacar peces, lo que me atrapa es la tranquilidad y desconexión. Así como los momentos en familia”, recalca.
En cuanto a la situación de la pesca con mosca en la provincia, la deportista sostiene que “últimamente hay más cantera”, aunque cree que “cuando pase esta generación probablemente se acabe”, argumentando que a día de hoy “no hay escuelas y la federación no apuesta por promocionar esta modalidad”.
Su trayectoria sirve de ejemplo para todos los que desean practicar esta disciplina, aunque Estefanía sostiene que “si se meten en la pesca, no busquen llegar a lo más alto. Que practiquen la pesca porque les guste y les trasmita sentimientos positivos”. En definitiva, hacer que el sedal no se pierda en la élite.