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“Nuestra voluntad es entendernos con los votos de izquierda del Consistorio”

Pablo García es el candidato de IU-PCAS, tras no acordar una candidatura única con Podemos
“Nuestra voluntad es entendernos con los votos de izquierda del Consistorio”
Foto Saúl García
14/05/2019 - Gorka Díez

Ha sido el concejal más joven de la legislatura y ahora encabeza la lista de Izquierda Unida-Partido Castellano al Ayuntamiento de Cuenca. Lo hace con la experiencia de cuatro años en la oposición, aunque tras no haber logrado un acuerdo con Podemos para presentar una candidatura conjunta y después de que, en la sesión de investidura de junio de 2015, su formación prefiriera votarse a sí misma que al candidato del PSOE, lo que allanó el camino a la elección de Ángel Mariscal.

¿Cómo ha vivido estos años de concejal?

Uno llega al ayuntamiento y no tiene prácticamente ni idea de cómo funcionan muchas cosas, así que no queda más remedio que aprender. Hay que empezar a pedir expedientes, documentación, a leer cosas que nunca jamás habías leído, a aprender legislación y cómo funciona cada departamento de la administración… En mi caso, al llevar más temas de urbanismo, es de lo que más he aprendido: la Ley de Ordenación del Territorio y la Actividad Urbanística (Lotau) y todos los reglamentos que la desarrollan.

¿Y ahora que se está haciendo en POM, qué cree que necesita la ciudad?

El plan actual, de 1996, va a hacer 23 años en vigor y está desfasadísimo porque entonces la ciudad prácticamente se acababa en el instituto del Grisolía y en la fábrica de harinas, todavía se estaba haciendo el residencial San José… Esto ha cambiado un montón. La ciudad tiene mucha más extensión de la que debería para sus habitantes, una dispersión ante la que nuestra apuesta es una ciudad más compacta, en la que todo esté más concentrado para que se reduzcan los desplazamientos en coche y mejore la movilidad. Tener Villa Román III ha llevado a la gente a vivir allí, lejos del centro, provocando la movilidad en coche y encareciendo el transporte público. A nivel de construcción, entendemos que deben rellenarse huecos que se van quedando, solares vacíos en el centro y parcelas algo más amplias en Villa Román o el Cerro de la Horca: hay que construir donde ya está urbanizado (aunque en el Cerro de la Horca lo primero es terminar de urbanizarlo) y no en nuevas zonas. En el mismo centro ahora mismo hay solares en Diego Jiménez, Paseo de San Antonio, Los Tintes, Aguirre, Avenida Castilla-La Mancha, Camino Cañete… Aunque otro problema es que tenemos 5.000 viviendas vacías, a las que habrá que ir dando salida, lo que según un estudio puede llevar 30 años, de modo que no va a hacer falta muchas nuevas viviendas.

Según el presidente regional la construcción del hospital en El Terminillo será una oportunidad para desarrollar esa zona.

Hay un problema urbanístico serio. Ahora mismo la zona ni siquiera es accesible: no podemos llegar al hospital salvo por el caminito de El Terminillo. En 2010 se aprobó el Proyecto de Singular Interés (PSI) de El Terminillo, que además del hospital incluía otras infraestructuras dotacionales, un Palacio de Congresos del que ya todo el mundo parece haberse olvidado… Solo poner las calles, que llevan fibra óptica, costó 20.000 euros. Entonces, por parte de la asociación Urbanismo Ciudadano o del Colegio de Arquitectos ya se señaló que, urbanísticamente, Cuenca no iba a crecer por sí sola hasta allí, y que iba a ser un problema llevar las calles hasta allí. No tenemos entonces la avenida de dos carriles por sentido que nos tendría que llevar hasta el hospital. A raíz del PSI la Junta se comprometía a que si en 2011 no se había desarrollado ese sector urbanístico, ella misma pagaría la construcción de ese vial. Y en esa situación estamos: la Junta tiene que expropiar los terrenos y construir el vial.

Su ubicación aumentará la dispersión.

La aumenta porque está lejos, va a haber que poner autobús, lo que encarecerá su coste.

¿IU está no obstante a favor de que se termine el hospital? Porque el presidente del PP no garantiza su continuidad…

La alternativa a no seguir las obras es tener otro esqueleto vacío, como el de los sindicatos, lo cual no tiene ningún sentido. Hay que terminarlo y dotarlo del personal y de las maquinarias necesarias. Y después sí vamos a tener que pensar qué vamos a hacer con el edificio antiguo del hospital.

Tras mucho hablar de ello, la legislatura termina sin iniciarse la construcción del tan anunciado ascensor al Casco...

Yo creo que no se ha hecho por la cabezonería tanto del ayuntamiento como de la Junta de no sentarse a negociar. Pero, en cualquier caso, es un debate que tiene que estar superado. Los remontes están planificados y aprobados en el Plan Especial del Casco Antiguo (PECA) desde el año 2000. Así que remontes, sí. El equipo del PECA diseñó un plan de accesibilidad al Casco que contemplaba un parking en el parque del Huécar que comunicaba subterráneamente con un ascensor que subía hasta la Audiencia; el parking del Auditorio contemplaba igualmente otro ascensor subterráneo hasta los jardinillos de Santa Cruz y, a partir de ahí, escaleras mecánicas. También planteaba el ascensor de Matadero Viejo. Viendo los estudios económicos, este último es el más barato, el más funcional y más útil para los vecinos, porque con otro tramo de ascensor, por qué no por la Casa del Corregidor, te plantas en Alfonso VIII, lo que unido a la apertura obligatoria del ascensor del parking de Mangana, que tiene que estar abierto a toda la gente, tienes más o menos un itinerario peatonal y accesible que permite subir hasta la torre de Mangana. El ascensor de la plaza de Ronda tiene a lo mejor, en cambio, mucho más impacto, y no es la propuesta del equipo redactor del PECA. En cualquier caso, si la Junta se compromete a financiarlo, que empiece por uno y continúe por el siguiente. Aunque con los ascensores tampoco se va a solucionar todo: haría falta también un mejor servicio de autobús.

Pasan los años y los años pero el ascensor no sabemos si llegará…

Da la impresión de que hay intereses partidistas. Al ayuntamiento le llegó una propuesta de cuatro ascensores pero no la llevó al Consejo Rector de Urbanismo hasta después de más de un año de espera. Luego, sobre la marcha, se fueron cayendo ascensores por el camino para quedarse al final con el de Ronda, que crea la polémica de siempre. Simplemente, nos hacía falta sentarnos los cuatro grupos con representación en el ayuntamiento en el Consejo Rector, debatir, tomar un posicionamiento común y, a partir de ahí, sentarnos a hablar con la Junta, que es la que nos está haciendo las propuestas y poniendo la financiación.

Del Dusi iban a llegar doce millones de euros, pero no se ha invertido casi…

No hemos querido ser duros con este tema, pero lo estamos viendo. Se nos dice que hay problemas en la sección de Contratación para que saque adelante todos los contratos que hay que hacer para gastar ese dinero. Puede ser. Pero si hay un colapso, igual hay que meter gente en Contratación, y que aligere, porque el riesgo es que perdamos el dinero. Es verdad que primero hay que adelantarlo y Europa lo paga cuando le presentas las facturas, pero tiene un plazo. Y si nos pasamos de ese plazo, nos quedamos sin dinero. Conviene que nos pongamos las pilas porque es mucho dinero, con muchos proyectos interesantes de gestión cultural, turística, y de mantenimiento de las calles de los barrios.

Lo prioritario es el mantenimiento de las calles, las aceras, las baldosas rotas, los baches. En esta legislatura no ha habido presupuesto específico para obras hasta 2018

¿Qué prioridades considera que necesita ahora mismo Cuenca?

Lo prioritario es el mantenimiento de las calles, las aceras, las baldosas rotas, los baches. Hay muchísimo que mejorar. El concejal de Obras hablaba de que va a haber un contrato con una cuadrilla de intervención rápida para resolver incidencias en el menor tiempo posible, pero sería un contrato con una empresa privada que nos saldría más caro que gastarnos el dinero en tapar los baches. No entiendo esa necesidad. Si hace falta personal porque no tenemos capacidad de respuesta en nuestro propio servicio de obra, habrá que reforzarlo convocando la consiguiente oposición. O a lo mejor lo que ocurre es que el servicio de obras no tiene fondos para comprar un saco de cemento o unas baldosas. Lo que nos planteamos es atender esto no solo en las calles del centro, sino en los barrios. La Paz es un ejemplo que conoce todo el mundo, pero te vas a la Fuente del Oro y las hierbas crecen entre las baldosas en algunas calles, vas a Los Tiradores y hay escalones rotos por todas partes, barandillas que se caen, baches… Así tenemos todos los barrios. La primera vez que ha habido presupuesto específico para inversión en obras en estos cuatro años ha sido en 2018. En los anteriores, todas las obras han sido con fondos de la Diputación o de la empresa de la ORA, mientras que el ayuntamiento, con los impuestos que recauda, no ha puesto ni un céntimo.

Es de lo que se queja mucha gente: se pagan impuestos pero esto no repercute en el mantenimiento de la ciudad.

Porque el dinero se va a la deuda. Y nos vienen con propuestas como la del pleno de abril de amortizar préstamos por adelantado, cuando no estamos obligados a ello. Ahí pasan dos cosas. Primero, el remanente de tesorería que tienes del año anterior es un dinero que has recaudado y no te has gastado: habría que preguntarse por qué no. Segundo, si tienes ese remanente, por qué hay que priorizar la deuda estando la ciudad como está: creo que hay muchas más prioridades.

Al bajar la deuda se pagan menos intereses y hay más dinero para invertir…

Pero eso en realidad es una falacia. Claro que si amortizo por adelantado me ahorro unos intereses, lo cual está bien, pero, ¿por qué se pidieron esos préstamos en su día? Uno de los más famosos son los cinco millones de euros que se pidieron para los edificios de los agentes sociales, cuyos intereses seguimos pagando sin que se terminaran. Si hubo que pedir un préstamo para construirlos y luego no se gastó el dinero allí, ¿por qué no le pedimos responsabilidades a quien los dejó a medio hacer? ¿Por qué los tenemos que pagar tú, yo y el otro? También se pidieron varios préstamos, por importe de diez millones de euros, una parte de los cuales era para el edificio del mercado. Pero nunca se hizo nada en este edificio. Y seguimos pagando sus intereses.

¿Se arrepiente de no haber respaldado la candidatura del PSOE a la Alcaldía hace cuatro años? ¿Teme que esto les pueda pasar factura?

No sé la factura que nos puede pasar, pero las cosas hay que decirlas como son. Por nuestra parte, terminadas las elecciones, sabíamos con quién teníamos que hablar, a quién llamar, de cara a la investidura. La primera reunión fue con el PSOE y en ella recalcamos que nuestros votos no eran suficientes para propiciar la investidura de Juan Ávila, sino que necesitábamos obligatoriamente una reunión a tres con Ciudadanos. Aquella reunión se produjo pese a que Cs no tenía mucha disposición a hablar con nosotros, algo que nos dijeron claramente. Y al final nos quedamos esperando un correo del PSOE que nos confirmara que había acuerdo, el cual nunca se produjo. En mi opinión, Juan Ávila no quería ser alcalde de Cuenca, en ningún momento, prueba de ello es que rápidamente se fue. A partir de ahí, la decisión de nuestra asamblea fue votar nuestra propia candidatura. De haber votado a Juan Ávila, lo cual debatimos, le hubiera propiciado doce votos en la investidura, pero Mariscal, con diez, hubiera sido igualmente el alcalde, porque la ley de régimen electoral dice que hay que obtener la mayoría absoluta o ser el candidato más votado. Nos hacía falta la obligatoria concurrencia de Ciudadanos.

Pero la decisión de Cs no se conocía cuando IU decidió no respaldar al PSOE.

Yo puedo asumir como error habernos adelantado y decir que esta era nuestra decisión antes de que Cs hubiera abierto la boca. Pero, ¿qué nos puede hacer pensar que Cs hubiera votado a Juan Ávila? En el pleno se ha hablado muchas veces de su acuerdo firmado en el capó de un coche, del acuerdo de investidura entre Cs y PP… Hartos estamos además de oír el tema de los socios, que son los que han sido: PP y Cs.

“Nuestra voluntad es entendernos con los votos de izquierda del Consistorio”

Pese a la distancia ideológica ustedes y Cs han tenido puntos de acuerdo en cuestiones como la comunicación con la estación del AVE…

Si ha habido coincidencias no ha sido porque lo hayamos hablado previamente, porque nos hemos visto en las comisiones y plenos y poco más. Cuando presentamos una propuesta para auditar la deuda al principio de la legislatura PP y PSOE lo rechazaron pero Cs tampoco nos apoyó: se pusieron de perfil. Luego sí que han sido más firmes cuando hemos puesto sobre la mesa el tema de las sedes de los edificios de los sindicatos y la patronal. Y ha habido también cosas en las que todos hemos coincidido, como mociones sobre inversión en los barrios, pero una cosa es votarlas a favor y otra cumplirlas.

Ahora tampoco han llegado a un acuerdo con Podemos para presentarse juntos…

Que no vayamos juntos es para mí un fracaso político, según ha valorado también la asamblea de IU. La idea aprobada y debatida desde el año pasado, en junio, era ir juntos. Se llegó a un acuerdo federal que votamos toda la militancia y se respaldó con un 80 por ciento de los votos. Apuesta por la confluencia había, pero intentamos generar un espacio de debate, donde trabajáramos cuestiones del programa para llegar a la candidatura final. Al principio hubo muchas reticencias y optamos porque cada formación fuera haciendo su propio programa. Y en enero, cuando IU ya había hecho su borrador inicial de programa, así como nuestras primarias, volvimos a contactar con Podemos, y nos pusimos a debatir el programa. En marzo parece que teníamos pocas discrepancias, básicamente matices solucionables. Pero nos encontramos con la situación de regreso al punto de partida: el programa debía ser, según Podemos, exclusivamente “Cuenca en Marcha”. Nosotros propusimos reducir el acuerdo programático a quince puntos, con la relación que fuera, y hacer unas primarias, pero no se aceptó. Yo lo lamento profundamente porque creo que era una buena oportunidad para ir en coalición, sumando, y tener una candidatura fuerte para afrontar lo que se nos viene encima, un escenario con una derecha además bastante fragmentada, y con la ultraderecha que viene.

¿Cree que obtendrán representación?

No lo sé. No manejo ninguna encuesta: el día 26 lo veremos. Lo que sí vamos a hacer es poner en valor ese trabajo de cuatro años que creo que ha sido mucho. Hemos aprendido y también hecho firme oposición. Se queja con razón el concejal de Hacienda diciendo que hemos bloqueado algunas de sus propuestas: si estas son malas y contrarias a los intereses de los trabajadores y trabajadoras de Cuenca, claro que las hemos procurado bloquear y plantear alternativas favorables, que es lo que él no dice nunca. Hemos planteado debates, unos con más éxito que otros, abierto por ejemplo el melón de las municipalizaciones. No lo hemos conseguido porque es verdad que la mayoría del pleno no ha estado de acuerdo, pero el debate existe en la sociedad.

Si logran representación, ¿intentarán negociar con el PSOE y Podemos?

Evidentemente, nuestra voluntad es entendernos con los votos de izquierda del ayuntamiento para que haya un gobierno de izquierdas. Con el grupo municipal del PSOE hemos tenido una relación bastante buena, pero ahora sucede que ninguno de sus integrantes está en la lista. No sé. De todas formas también conozco personalmente a algunos integrantes de la nueva lista. Espero que podamos hablar, también con Podemos, y que el día 26 de mayo haya una mayoría favorable que pueda darle un giro a esto y nos saque de la dinámica anterior, que no es solo de cuatro años, sino de veinte años de privatizaciones y recortes de servicios, y tratar de propiciar un acuerdo que favorezca a Cuenca.