"A nivel nacional hay festivales más grandes, pero ninguno con el encanto de Estival”
La décimo tercera edición de Estival Cuenca arranca con una programación “diversa e ilusionante”. Así lo pone de manifiesto Marco Antonio de la Ossa, fundador y director de esta iniciativa que se extenderá hasta el próximo 6 de julio en la capital conquense. Esta nueva edición llega cargada de novedades como la entrega del Premio José Luis Perales al Talento Musical Joven que recaerá en María José Llergo.
Estival sigue creciendo y abriéndose camino a nivel internacional, prueba de ello es la participación del cantante portugués Salvador Sobral, ganador de Eurovisión en 2017. Pero si hay algo que hace especial a Estival Cuenca es la localización de sus escenarios puesto que se encuentran ubicados en espacios patrimoniales. “Hay festivales más grandes, pero con enclaves como los nuestros hay pocos”, asegura De la Ossa, quien espera que este año las inclemencias meteorológicas no influyan en el desarrollo de los conciertos.
¿Cómo afronta esta nueva edición?
Con muchísima ilusión. Ojalá este año no suframos ninguna inclemencia meteorológica. Solo queremos que el público, la prensa, los especialistas disfruten de la gran programación de este año, tanto como nosotros estamos disfrutando de su preparación.
¿Qué novedades hay este año?
Mantenemos más o menos la línea de las ediciones anteriores, aunque sí que hay nuevas incorporaciones al programa. Una de las novedades es la creación del premio José Luis Perales a jóvenes talentos que va a recibir María José Llergo. No sabemos si va a venir a entregarlo el propio José Luis Perales, nos encantaría, pero no lo podemos confirmar.
Otra de las novedades es que mantenemos todo el desarrollo del festival desde el lunes 1 de julio al sábado día seis en el escenario del Parador. No nos mudamos al Museo Paleontológico como ha ocurrido en otras ediciones.
¿Cómo es la edición de este 2024?, ¿es la más completa?
Sí, siempre damos un paso adelante con respecto a la anterior. En esta ocasión hemos ampliado el espectro de artistas y vamos a traer una figura conocida a nivel internacional como Salvador Sobral, que actuará el sábado 6 de julio en el Parador de Cuenca. Además, siempre intentamos atraer a artistas de distintos géneros y gran potencial a nuestra ciudad. Somos muy afortunados porque casi todos los días nos llegan propuestas de grupos de muy diferentes latitudes interesándose por participar.
¿Ha aumentado la venta de abonos y entradas?
Sí, ha crecido entre un 15 y un 20 por ciento respecto al año pasado. Hay conciertos que ya están completos al 75% y otros como los de jazz en los que cuesta un poquito más llenar el aforo completo. Aquí en Cuenca la gente aguarda a última hora para comprar las entradas y esperamos dar un sprint estos días como suele acontecer. Eso sí, animamos a la gente a darse prisa porque las entradas subirán a precio general el 23 de junio. Aconsejamos que las compren antes de esa fecha porque además de conseguirlas más baratas nos ayudan a nosotros a hacer una previsión de público.
La venta de entradas y abonos ha crecido entre un 15 y un 20 por ciento respecto al año pasado
¿Cómo se organizan para que todo esté a punto?
Tenemos un equipo muy amplio, cada uno se dedica a un apartado. Mario Gómez está en el apartado de prensa; Clara Barreda la tenemos en el marketing; Eva de la Ossa se encarga de las relaciones institucionales y me ayuda en la gestión; Pedro Martínez está a cargo de la producción; Marcos Martínez en fotografía; y Vicente Tolosa en video. Además, contamos con un equipo de producción bastante amplio. Trabajamos todos para que el día de la presentación esté todo preparadísimo. Nuestro objetivo es que tanto el público, como los medios de comunicación o los artistas se lleven muy buena impresión de Cuenca. Para nosotros que vengan a Estival es como si vinieran a nuestra casa. Intentamos que disfruten y quieran repetir.
Puntos fuertes de este festival…
A nivel nacional hay festivales más grandes, más amplios, pero ninguno con el encanto de Estival. Con enclaves como los nuestros hay pocos. Esa es la baza con la que nosotros jugamos. Nuestros escenarios son patrimonio de la humanidad y nosotros queremos ponerlos en valor.
¿Tienen planteada alguna solución si hubiera previsión de lluvia o tormentas?
Claro que sí, pero para poder trasladarnos a otro espacio deberíamos saberlo con tiempo. Es decir, si hay previsión de lluvia y lo sabemos con antelación podemos organizarnos, pero si es algo repentino como ocurrió el año pasado no tenemos margen de maniobra. El montaje de los conciertos no es cosa de diez minutos, se empieza a trabajar desde las nueve de la mañana, hay una preparación previa que lleva tiempo, no es solo el momento del concierto y ya. En caso de que haya previsión de lluvia confirmada con días de antelación barajamos como ubicaciones alternativas el Teatro Auditorio y el Parador. Tendríamos que reunirnos con ellos llegada esa situación, pero está contemplado.
¿Qué retos se presentan de cara al próximo año?
Vamos partido a partido. Organizar un festival de este tipo es complicado por distintos motivos. A nivel económico lógicamente porque no contamos con un presupuesto completo porque el público es nuestro patrocinador principal. Si no vendemos las entradas no llegamos y perdemos dinero. Por supuesto agradecemos a los patrocinadores públicos y privados que cada año nos apoyan, pero vamos a ver cómo sale este año y una vez termine nos centraremos en la próxima edición.