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"En mis obras me interesa la casa como contenedor de emociones y sueños"

La artista expone en el edificio Iberia la muestra ‘El Sendero del Caracol’, que explora la íntima relación entre el ser humano y su hogar
"En mis obras me interesa la casa como contenedor de emociones y sueños"
Fotos: Saúl García
01/02/2024 - Dolo Cambronero

La memoria, la identidad y el tiempo atraviesan de forma especial toda su obra. Con ese hilo conductor, la autora conquense Marta Díaz (Cuenca, 1968) explora ahora la íntima relación entre el ser humano y su hogar desde diferentes prismas y técnicas artísticas en el marco de la muestra ‘El Sendero del Caracol’, que se puede ver hasta el 11 de febrero en la sala de exposiciones del edificio Iberia.

“Pero no me interesa tanto la casa como elemento arquitectónico sino como contenedor de nuestras emociones, de nuestros sueños… y como una prolongación de nuestro cuerpo, de ahí el título de la exposición. La casa viene a ser parte de nosotros mismos y el sendero es todo lo que vamos incorporando al hogar con el paso del tiempo y que refleja nuestro camino vital”, relata la autora, que trabaja como profesora de Dibujo en el instituto de Priego y es doctora en Bellas Artes por la Facultad de Cuenca y diplomada en Restauración por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid. 

Por ello, las obras que dan vida a  la exposición, que se estructura en seis partes y engloba cuarenta trabajos pictóricos y una pieza escultórica, están protagonizadas por elementos que “de alguna forma puedan evocar recuerdos” en el espectador.

El recorrido comienza con ‘Solo el eco de tus pasos’, un conjunto de obras que utilizan la técnica del dibujo de grafito sobre papel y que tienen como eje temático la ausencia, mostrando la desolación de un hogar que ya no está habitado. 

La segunda parada es ‘Y aquella efervescencia de la vida’, protagonizada por piezas en blanco y negro sobre tela que retratan pasajes de la intimidad del hogar. La técnica utilizada es el dibujo de grafito y bordados de color que van invadiendo la escena y representan el paso del tiempo.

La memoria centra otro de los bloques de la exposición, titulado ‘Cascarón de sueños’ y que recoge dibujos a tinta sobre papel y madera, con un acabado de encáustica e hilo, elemento que también simboliza el tiempo y envuelve el pasado.

El juego y lo lúdico también tienen su espacio en la muestra en el apartado ‘Home, sweet home’, que se sirve de la técnica del linograbado y bordado sobre servilleta y que muestra la casa de forma esquemática en diferentes escenarios como la luna o navegando por el mar.

La cotidianidad es el eje vertebrador de ‘En los espacios invisibles’, óleos sobre lienzo que recogen detalles de cualquier casa como el pliegue de una cortina o un suelo de terrazo, que habitualmente pasan desapercibidos.    

Finalmente, en el apartado pictórico, la utopía también está representada de la mano de ‘So wohnt man heute. Así se vive hoy’, un conjunto de acrílicos sobre lienzo que muestran la idea de hogar que se tenía en los años sesenta. 

La exposición se completa con una pieza escultórica titulada ‘Ámbar’ y que está compuesta por varios cubos formados por objetos cotidianos como unas gafas o unas cucharillas, conservados en resina sintética. “Los cogí de la casa de mis padres y los guardé. No sabía muy bien para qué hasta que me vino la idea”, cuenta Díaz, que ya tiene otros proyectos artísticos en mente y a la que le gustan mucho los cuadernos de viaje. Si mira para atrás, no sabe en qué momento se decantó por el mundo del arte: “Supongo que desde siempre”.