“La magia es un lenguaje universal que funciona bien con todos los públicos"
Ha revalidado hasta en tres ocasiones el título de mejor mago del mundo. Pero Salvador Vicent (La Vilavella, Castellón, 1975), más conocido como Mago Yunke, no se olvida de sus principios en esta disciplina. A ellos vuelve en su último espectáculo, Origen, que le trae hasta el Teatro Auditorio José Luis Perales de Cuenca este sábado 8 de octubre (20:30 horas). Unos orígenes que el ilusionista tiene bien presentes hasta en su propio nombre artístico, que recuerda a su abuelo, que era herrero, y a aquel gran yunque que su madre conservó en su casa.
¿Cómo es ‘Origen’?
Es la esencia de mi vida artística. Los primeros juegos que desarrollé cuando empecé con la magia, los plasmo ahora de una manera yo diría más artística. Porque vas creciendo y eso hace que ahora representes la magia con muchísima más personalidad. Aparte, en este espectáculo también presentamos el último juego que creé para el mundial de magia, el cual gané. Y en Origen hacemos también un pequeño recorrido por la historia de la humanidad. Son juegos de muchísimo impacto, donde el público va a participar en primera persona y seguro que no les dejará indiferentes.
¿Cómo ha preparado este espectáculo?
Lleva muchos años porque la magia no surge de un día para otro. Es una pequeña degustación de efectos de magia desde mis orígenes hasta el día de hoy. Voy construyendo porque lo que intento es que la magia sea muy variada para que los efectos no tengan nada que ver unos con otros y que el espectador sienta emociones muy distintas.
¿Cómo lo está recibiendo el público?
La magia siempre cautiva a todo el mundo. Y más cuando es muy de autor. Los juegos que hago están representados y construidos por mí mismo. Eso hace que sea diferente a la magia que puedan ver en otros lados. El tener taller propio y crear yo la magia hace que sea original y el público sale siempre fascinado de este tipo de espectáculos. Cuando termino de trabajar, personalmente voy a preguntar cuál es el juego que más les ha gustado. Y con esa información voy sabiendo cuáles son los juegos que más gustan y qué efecto tiene más impacto en el espectador. Creo que es importante escuchar porque el público te dice las cosas que haces bien y mal. Entonces, tras años de preguntar y de probar, vas perfeccionando lo que es el arte de la magia.
"Mi magia es de autor. Se presenta de una manera muy enérgica, con mucho ritmo y mucha fuerza. Eso es lo que me caracteriza. Estamos especializados en las grandes ilusiones"¿Cómo es su público?
Es un público familiar. Desde pequeñitos de cuatro o cinco años a los que me encanta sacar al escenario hasta gente más adulta. Es una pasada porque la magia es un lenguaje universal que funciona bien para todos los públicos.
¿Cómo definiría su magia?
Es una magia de autor, muy personal. Se presenta de una manera muy enérgica, con mucho ritmo y mucha fuerza. Eso es lo que me caracteriza. Estamos especializados en el mundo de las grandes ilusiones. Utilizamos muchas veces aparatos grandes y eso hace que el show sea como más espectacular.
Tiene detrás un gran equipo, del que forma parte su hermana.
Sí, mi hermana Elena trabaja conmigo desde que éramos pequeñitos. Ella hizo danza y ballet cuando era niña y yo la metía en cajas y hacíamos juegos los dos juntos. [Risas] Y continúa trabajando conmigo. En estos momentos no sale en escena pero sí lleva el backstage y está pendiente del escenario porque sabe muy bien cómo funciona el show. Eso hace que yo esté más tranquilo. Más que una hermana diría que es como una madre. Es mi hermana mayor y ha estado siempre cuidando de mí y ayudándome en todo. Ha sido un gran apoyo. Como artista ha sido maravillosa y como hermana, más todavía.
¿Cuándo le surgió la ‘magia’ por este arte, nunca mejor dicho?
De pequeño, me hicieron un efecto de magia y me sorprendió tanto que decidí que quería ser mago, con siete u ocho años. Y empecé a preguntar quién me podía enseñar efectos de magia para poder hacerlos. Pero nunca pensé que sería mi profesión. Simplemente era un hobby, una pasión que al final terminó siendo mi oficio.
¿Y qué le dijeron en casa cuando planteó: ‘Mamá, quiero ser mago’?
[Risas] Siempre me han apoyado muchísimo en casa. Pero tampoco ha sido de un día para otro. De muy joven gané el premio nacional. Empezaron a contratarme e hice revistas con Arévalo, con los hermanos Calatrava... Con 19 años, ya era profesional de la magia. Pero no fue de un día para otro decirle a mis padres ‘lo dejo todo por la magia’. Fue algo progresivo, poco a poco.
¿Cuáles han sido sus referentes?
Richardi, que presentaba la magia de una manera muy enérgica. Tenía mucha fuerza encima del escenario. El otro referente ha sido Juan Tamariz, que es quien me ha dado la base, la manera de pensar la magia y los juegos, la construcción teórico-práctica de una manera muy elaborada, y el amor por la magia. Por eso los magos españoles son todos muy buenos porque pensamos la magia de una manera muy estructurada, diferente a la de otros magos de otras partes del mundo.
Precisamente ha sido declarado el mejor mago del mundo en varias ocasiones. ¿Qué supone este reconocimiento?
Para mí es muy importante porque es el máximo premio que puedes ganar y lo dan los propios magos. Pero creo que ser el mejor en el mundo del arte es un poco absurdo. Los premios deben servir para motivarte a presentar juegos nuevos y potenciarte la creatividad. Ser el mejor en el mundo del arte no lo veo justo. Porque quizás si cambiáramos al jurado, posiblemente se cambiaría al premiado. Simplemente es un reconocimiento. No hacía falta ser el mejor; que los magos reconozcan tu trabajo ya es muy importante. Y si eres el número uno, muchas gracias pero no lo veo tan importante. El reconocimiento de tus compañeros sí que creo que merece la pena.
¿Cuál es el ‘truco’ para ser el mejor mago del mundo?
Hay que tener pasión y amor a tu trabajo y dedicarle mucho tiempo y no perder la ilusión. Y cuando crees que no va a salir, continuar adelante porque trabajando, al final se llega a conseguir cualquier cosa. Dedicación y pasión, esa es la clave del éxito.
Háblenos de su veterano espectáculo ‘Hangar 52’.
'Hangar 52' es el espectáculo de mayor formato de toda Europa. Es un show en el que hay muchísimos aparatos, muchísimo ritmo y muchos efectos especiales. Estoy muy contento pero para montar Hangar se necesita un espacio muy amplio. Lo montaremos en Zaragoza en el Teatro Principal pero no va al 100% porque no cabe todo. Después lo montamos en uno de los pabellones de IFEMA y ahí sí se presenta completo porque está pensado para un espacio como ese. Son 5.000 metros cuadrados. Es un espectáculo trepidante que muy pronto va a salir fuera de España con una gira internacional. Y estamos muy contentos porque como la magia es universal funciona en cualquier parte del mundo.
¿Cuáles son los próximos proyectos? ¿Qué tiene el Mago Yunke en su chistera?
Lo próximo es seguir con Origen, que es un espectáculo que me gusta mucho representar. Y luego intercalar con Hangar 52 en Zaragoza y después iremos a Madrid, tres semanas a Castellón y otras tres a Valencia. Aparte, continuar con la colaboración en El Hormiguero. Y seguir creando cosas en el taller, que no es poco. [Risas]
¿Qué consejo le daría a alguien que quiera dedicarse al mundo de la magia?
Sobre todo, lo más importante es que tenga respeto por el arte de la magia. Porque es algo que ha pasado de generación en generación, que ha costado mucho crear y hoy en día existe la magia porque alguien en su momento la pensó, la trabajó, la cuidó y la mimó. Ya que tenemos una herencia tan importante, simplemente tenemos que valorar a nuestros antepasados que crearon la magia y respetar este arte. Siempre que hacemos un efecto es para ilusionar, para agradar y para divertir a la persona que tenemos enfrente. En ningún caso debe de ser como ‘yo sé hacer algo que tú no sabes’ o ‘te voy a engañar’. La magia es otra cosa. Es un arte que emociona, que ilusiona, que fascina, que asombra. Por eso hay que cuidarla, mimarla y respetarla.