José Luis Martínez Gómez, veinte años transformando el metal en arte
Con casi 60 años, José Luis Martínez Gómez, el ‘herrero de San Antón’ lleva “trasteando” y creando arte con el metal desde los dieciséis años. El taller del conquense goza de unas envidiables vistas, con el Júcar como eterna musa. En San Antón, el barrio donde siempre ha vivido, trabaja desde hace años transformado simples trozos de metal en esculturas de arte. Sin embargo, estos días el soplete se encuentra frío por “hacer el bestia”. Problemas en los tendones han obligado a este artista a detener su labor creativa y mantener el taller cerrado. Nos recibe en ‘La Carbonería’, donde, junto al pintor Pablo Tapia, tiene una exposición dedicada a la tauromaquia.
Conquense activo desde que tiene uso de razón, sus primeras obras en hierro tuvieron a la Semana Santa de Cuenca como protagonista. Unos inicios que no fueron sencillos debido a la dificultad de la técnica, “me salían algo churros, no te voy a engañar”.
Fueron los ya fallecidos artistas, Víctor de la Vega y Pedro Mercedes, los que entre otros le animaron a seguir. Le hicieron ver que su trabajo no eran “simples cacharros”, sino arte. Un trabajo al que, a pesar de “cada tortazo que te pegan”, le une una pasión desmedida que le impide abandonar. Consciente de la mala época que está atravesando la ciudadanía, entiende que no es fácil conseguir ventas de unas piezas únicas. No solo la crisis y las trabas administrativas minan la moral de este artista. La dificultad para hacer ver su obra y la falta de apoyo al arte son lastres que complican el trabajo de un artista que lleva años ofreciendo parte de su trabajo a la ciudad de Cuenca.
Una de esas piezas únicas la puede disfrutar cualquier conquense que deambule por la travesía que une la Diputación con el parque de San Julián. La calle de San Esteban guarda en su recorrido un Quijote de metal que se eleva cuatro metros sobre el suelo. Un regalo de José Luis para los conquenses que ha sido dañado hasta en cinco ocasiones. Pero no quiere darle más vueltas, sino mirar hacia adelante. Cuenta que recientemente ha terminado una exposición sobre el toro en La Parrilla y otra del mismo tema en el coso taurino conquense, y en estos momentos ultima unas esculturas dedicadas a San Mateo que tiene previsto poner a la venta y está pendiente de una exposición de obra abstracta que en principio acogerá a finales de año el Centro Cultural Aguirre.
Este ‘Alonso Quijano’ de carne y hueso está asimismo volcado en la idea de que “el arte salga a la calle e inunde la ciudad”. Quiere que los artistas conquenses tengan un lugar visible y público donde puedan exponer sus obras, como podrían ser la Carretería peatonal o la Plaza Mayor. Se trata de que el arte, como la vida, esté en la calle.