“Interpretar a Ramón Gómez de la Serna es un lujo"
Quince siglos de canciones y danza se unen en Oro y plata de Ramón, un divertido cabaret barroco coproducido por For the Fun of It y LABC. “Hay que ser vanguardista porque Ramón [Gómez de la Serna] lo era”, resalta Antonio Castillo Algarra, coescritor junto a Ignacio Rodulfo Hazen de esta obra que el próximo jueves 2 de diciembre recala en el Auditorio de Cuenca (20:30 horas). El director de este espectáculo, que recorre el Siglo de Oro a través de la mirada del rey de las greguerías, hace hincapié en que pretenden ir más allá para poner “las primeras piedras” para que haya musicales de gran formato hechos en España. “El teatro musical se inventó en la corte de Felipe IV”, recuerda.
¿Cómo surge esta original obra?
Detrás hay una serie de rechazos e intentos. Pero nace en primer lugar de una historia de amistad con Ignacio, que fue alumno mío muy joven. Cuando él tenía 12-13 años y yo, treinta y algo, me descubre que el Siglo de Oro es también música y danza porque para mí era solo letras, pintura, historia de la filosofía. Y yo le descubro a él la Edad de Plata y el jazz. Esto se va uniendo con los años. Además, el teatro que hacemos en For the Fun of It tiene mucho que ver con el Siglo de Oro y la Edad de Plata. Y todo cristaliza en Gómez de la Serna, que lo tiene todo como nadie y que, además, está pendiente de reivindicar. En el origen de la obra está un programa de radio que hicimos en 2018 con Manolo Hache Hache de RNE en el Thyssen por el Día de los Museos sobre cuadros cantados. Imaginamos cómo sonarían una serie de cuadros de la Edad de Plata. Intentamos que fuera un programa fijo en el museo pero no se consiguió. Luego nos encargaron en 2019 en el Museo del Greco de Toledo un recital para jóvenes como homenaje al pintor. Y de unir aquella obra -Gómez de la Serna tiene también un libro precioso sobre él- con cómo sonaban los cuadros, pensamos que todo eso tenía un musical y así nació Oro y Plata de Ramón, que se estrenó en 2020.
En la obra aparecen muchos autores.
Sí, la escribimos Ignacio y yo con obras de varios autores, entre ellas una docena de textos de Ramón. Pero también están Cervantes, Jorge Manrique, Pedro Salinas, Quevedo, Lope de Vega -que aparece por todas partes-, Juan Ramón Jiménez, Josephine Baker e incluso otros contemporáneos como Juan Manuel Bonet, que es el gran especialista en Ramón. Están todos. En hora y media escasa, trepidante, se van sucediendo más de doce siglos de danza, de música, de versos...
Usted interpreta a Ramón Gómez de la Serna. ¿Qué le está enseñando este personaje?
Hacer de Ramón, aparte de una gran responsabilidad, es un lujo, una diversión. Él es todo ternura y el genio de la metáfora, que es la forma más alta de expresión que tiene el hombre. No ha habido nunca nadie tan tolerante, con una mirada tan comprensiva para la realidad entera, que no juzga a nadie ni a nada y, sin embargo, ve la belleza de todo. Ramón fue el artista total. Fue nuestro artista más internacional con diferencia, tanto como Picasso. En las letras españolas, eso solo se ha dado con Cervantes, Calderón y poco más.
Es increíble que este artista total no esté en todas partes. Recuperarlo era esencial. Aparte, yo siempre he disfrutado mucho con la lectura de Ramón, la cual nunca he abandonado. Siempre te aporta algo. ¡Interpretarlo es tan divertido! En la obra, voy con una peluca especial de látex. Llevó mucho tiempo hacerla hasta que dimos con el punto exacto entre la caricatura y la vanguardia. Me siento muy a gusto y me enseña mucho.
¿Cuántas personas están en escena?
El elenco son once personas entre músicos, bailarines, cantantes y actores. Todos hacemos de todo aunque cada uno se centra más en su especialidad. Gala Vivancos, que es nuestra directora coreógrafa, es una figura importantísima de la danza. Es bonito haber juntado bailarines académicos de conservatorio con otros como Fátima [Cervantes] y Eduardo [Morante], que vienen de una escuela de tango y bailes de salón de un barrio de la periferia de Madrid. Son unos cracs. Tienen encandilados al mundo académico. Muchas de las danzas que aquí mostramos pertenecen a la vida más golfa, que al final acaban en los conservatorios. Al mismo tiempo, es muy bonito ver cómo las músicas de todas las épocas hablan unas con otras. Desde la polifonía barroca hasta el tango y el cuplé, todas están contando lo mismo. Es increíble cómo a ambas orillas se descubre que las raíces de toda nuestra cultura vienen por un lado de la música de los negros, que además es de ida y vuelta, y la música de los gitanos. El gran arte es el de los negros y el de los gitanos. Le hacemos un homenaje al nacimiento del claqué, que viene de los negros peruanos.
Es muy bonito ver cómo las músicas de todas las épocas hablan unas con otras. Desde la polifonía barroca hasta el tango y el cuplé, todas están contando lo mismo
¿Cómo ‘vendería’ la obra?
Pues justo fuimos hace una semana a Cuenca a ‘venderla’. Fue muy bonito. Fuimos por las tiendas, por las escuelas de baile, la Escuela Municipal de Música y la de Teatro, conservatorios... y con la gente de la calle. Ha sido precioso. Cuenca está vivísima. Había interés y ganas. Vimos que hay afición por la música, por la danza, por el canto… Les va a encantar la obra porque coincide con esa afición.
De hecho, como también somos escuela, vamos a colaborar con el Conservatorio de Música. El 9 de diciembre vamos a dar tres charlas sobre la historia de la música y la danza del Siglo de Oro y la Edad de Plata. Y también están interesados en la Escuela Municipal de Teatro. Da gusto el interés y lo viva que está la ciudad.
También tenemos en paralelo un proyecto docente que conservamos porque somos escuela desde que nacimos. Para nosotros, difundir todo el legado cultural español e hispanoamericano del Siglo de Oro y Edad de Plata es fundamental. Hacemos unas conferencias cantadas en homenaje a Federico García Lorca y a Ramón Gómez de la Serna, que hacían los dos unas conferencias divertidísimas. Gómez de la Serna lo mismo se subía a un elefante que a un columpio. Federico siempre cantaba. Nosotros también lo hacemos; son conferencias cantadas y bailadas y vamos con ellas por todas partes.
Todas sus acciones parece que van encaminadas a acercar la literatura a la ciudadanía.
Claro. La música, la danza, los cuadros y la literatura van juntas. Nosotros hacemos muchos cuadros vivientes. En la obra escenificamos cuadros del Greco como El entierro del conde Orgaz. La gente verá que el arte no es uno. Los artistas del Siglo de Oro y especialmente los de la Edad de Plata, de las generaciones del 98, 14 y 27, eran artistas totales. Hasta cuando hacían Física o Biología eran artistas. Los dibujos de Santiago Ramón y Cajal de neuronas eran una preciosidad. Las artes y las ciencias en realidad tienen mucho en común. También le hacemos un homenaje profundo a tantas mujeres: desde Josephine Baker hasta las mujeres en la vida de Lope o a algunas de las bailarinas más famosas del Siglo de Oro o a las dueñas de los teatros. Porque en la España del Siglo de Oro, las gerentes de los corrales de comedias eran mujeres. Había bailaoras superfamosas como Juana de Villalba o la Calderona, actriz. Poca gente lo sabe. Mientras que en Inglaterra a ellas les estaba incluso prohibido actuar, eso nunca pasó en España. Intentamos contar muchas cosas. Estas épocas tienen tanto que contar...
¿Cuáles son los próximos retos?
El año que viene estrenamos tres obras y seguiremos con Oro y plata de Ramón.
¿Se puede avanzar algo de esas nuevas obras?
En el Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de Alcalá de Henares vamos a estrenar la obra Más acá de los romances. Veremos cómo Ramón Menéndez Pidal y su mujer iban por toda España recuperando romances de todas partes del mundo. A los romances les hacemos también un gran homenaje en Oro y plata de Ramón. Incluso la gente va a escuchar Estaba el señor don Gato, que lo siguen cantando los niños y es del Renacimiento.
La segunda obra es Antolojía, con jota, como escribía Juan Ramón Jiménez. Es una obra diseñada para colegios e institutos y quizá universidades, para que vean la literatura viviente. Hace falta que la literatura, que incluye canciones y danza, viva delante de ellos. Y que oigan esos versos que te cambian la vida. Porque sobre todo cuando empiezan a enamorarse o a descubrir misterios de la vida se dan cuenta de que solo ciertos poetas o poetisas o escritores les dicen lo que ningún amigo y tienen la capacidad de poner palabras a eso que están viviendo.
La tercera es un Don Juan. Vamos a coger todas las obras de Don Juan Tenorio junto con las tradiciones y romances de los que viene.