"El Hostal Cortés no es solo un negocio, es mi vida y mi legado"
No hay conquense que desconozca el Hostal Cortés, un emblemático negocio familiar que, desde su fundación alrededor de 1916 como posada, ha alojado a miles de personas. Cuatro generaciones han gestionado este lugar histórico, y actualmente, por primera vez, está dirigido por una mujer: Alejandra Cortés Bodoque (Cuenca, 1990). Desde pequeña vivió el hostal como su segunda casa, acompañando a su padre y a su abuelo, una figura clave en su vida hasta su fallecimiento en 2021.
Como le contaba su abuelo, el Hostal Cortés, junto con el extinto Hotel Iberia, fue uno de los primeros alojamientos de Cuenca en ofrecer baños privados en las habitaciones, un lujo en su época. Gracias a unos diarios familiares descubiertos recientemente por su tía, Alejandra ha profundizado en la historia del hostal y en las anécdotas de su familia. A través de estos relatos ha descubierto detalles como que su padre estudió arquitectura. Pese a que su sueño inicial era ser veterinaria fue involucrándose cada vez más en el hostal, donde ha trabajado en distintos puestos.
Alejandra Cortés estudió Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca, y luego completó su formación con un máster en Dirección de Hoteles y otro en Eventos, Protocolo y Relaciones Institucionales en Madrid. Sin embargo, no fue hasta 2016 cuando decidió asumir el mando del hostal, presentando un plan de negocio a su familia en un momento crucial, en el que incluso se consideraba cerrar el establecimiento. La reapertura, tras meses de reformas, se realizó en 2017, dando paso a una nueva generación a través de un diseño renovado y adaptado a los tiempos actuales.
En su gestión, Alejandra Cortés ha enfrentado momentos difíciles, como el cierre temporal por la pandemia de COVID-19. Para ella, dirigir el hostal es más que una responsabilidad profesional; es una cuestión personal: “El Hostal Cortés no es solo un negocio; es mi vida y mi legado”, afirma. Con este vínculo, que considera “lo más bonito que te puede pasar”, su visión es mantener este legado durante muchos años y, algún día, dejarlo en manos de alguien que valore su historia.
Además de dirigir el hostal, Alejandra Cortés gestiona una cuenta de Instagram llamada Crucedecaminos_cuenca, un proyecto que surgió casi por casualidad. Un amigo que conocía su historia y su tía la animaron a abrir este perfil, inspirado en los diarios de su abuelo, que hasta entonces desconocía por completo.
La gente piensa que Cuenca son solo las Casas Colgadas y la Ciudad Encantada. Quiero abrir los ojos de la gente porque tenemos mucho más patrimonio y naturaleza”,
Aunque inicialmente no veía las redes sociales como algo necesario para el negocio, ahora Alejandra Cortés utiliza esta cuenta para mostrar no solo su hostal, sino también la ciudad de Cuenca desde una perspectiva que busca ir más allá de los típicos atractivos turísticos. “La gente piensa que Cuenca son solo las Casas Colgadas y la Ciudad Encantada. Quiero abrir los ojos de la gente porque tenemos mucho más patrimonio y naturaleza”, comenta con entusiasmo. “Es un privilegio tener la naturaleza a solo cinco minutos de la ciudad”, concluye.