“Me hice cantautor a la fuerza porque ningún otro artista quería poner voz a mis canciones”
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Dice que empezó “tarde” en el mundo de la música, porque, aunque lo suyo era escribir versos, finalmente acabo poniéndoles música y voz. Esa es la historia de Javier Pelayo González (Cuenca, 1970), que después de cinco trabajos discográficos, el viernes 21 de febrero se volverá a subir al escenario del Teatro Auditorio José Luis Perales de Cuenca.
Lo hace para presentar en su ciudad ‘Del alma y la sed’, su último álbum de estudio que, si bien ya se publicó el verano pasado, aún no había tenido la oportunidad de hacerlo en el buque insignia de la cultura conquense. La cita será a partir de las 20:30 con un espectáculo que, promete en una entrevista con Las Noticias de Cuenca, “estará lleno de sorpresas con colaboraciones muy especiales”.
¿Cómo afronta la cita?
Muy ilusionado. Es el quinto disco y aunque acabo de llegar por así decirlo a la industria musical, no soy un novato. Publiqué mi primer álbum en el año 2012, ‘Equidistancias’, que tuve el honor de presentar en el Auditorio José Luis Perales de mi ciudad en 2013. Desde entonces no había vuelto a cantar aquí, han tenido que pasar 4 discos para volver, y ya me apetecía mucho hacerlo, porque es el sitio más importante para mí. Soy profesor de instituto, no soy músico profesional, y estoy muy ilusionado con este trabajo.
¿Cómo va a ser el concierto del 21 de febrero?
Para este disco acumulé canciones con algo en común, que están hechas con ritmos latinoamericanos. Rancheras, boleros, guajiras… Ahora he conseguido asociarme, entre comillas, con unos músicos de América Latina que viven en Madrid, me acompañarán el viernes, y el espectador disfrutará de un sonido que me hace mucha ilusión ofrecer.
En concreto, ¿qué se encontrará el público?
Salvando las distancias, el público se va a encontrar algo parecido a Los Panchos. Somos un cuarteto: dos guitarras, un requinto y un percusionista. Es un formato parecido al tradicional de los boleros. Quien me conoce, sabe que mis conciertos se caracterizan por la voz y la guitarra, y aquí habrá otros ritmos y verán una cosa totalmente distinta a lo que se ha visto de mí.
¿Nunca?
En mis discos anteriores había metido algún bolero, pero aquí he intentado dar más importancia a los ritmos que no me pertenecen como conquense.
Entradas prácticamente agotadas. ¿Siente satisfacción?
Yo siempre digo que, si no soy capaz de juntar en mi Cuenca a 200 personas, no sé donde las voy a juntar. Me hubiera gustado hacer el concierto en la Sala Principal, pero era un poco arriesgado. Aún así, me produce mucha satisfacción.
Cuando hiciste su primer concierto en el Auditorio en 2013, ¿se imaginaba el apoyo del público?
Para nada. Empecé con 40 años en este mundo, no pensaba que iba a ser capaz de hacer una canción ni mucho menos un disco. Cuando publiqué el primero, pensé que ya había hecho todo lo que tenía que hacer, pero después de 12 años, he publicado ya cinco. Tengo material para hacer muchos más trabajos de estudio, pero si me dices que dentro de diez años volveré a cantar en el Auditorio, también lo veo imposible. Ojalá. Entre tanto, he cantado mucho en zonas rurales, en bibliotecas, con mi guitarra siempre al hombro. También te digo que soy cantautor a la fuerza, porque mis canciones no las quieren cantar otros artistas. Me considero más compositor que cantante, por eso me gustaría que alguien las cantara. Las veo más lucidas en otras voces que las mías.
¿Alguna vez ha compuesto pensando en que quizás la podría cantar cierto artista?
No, porque como empecé tan tarde, lo que quería era hacer mis canciones sobre mis poemas. Venía del mundo de la poesía, y sabía que no iban a tener recorrido fuera de mí. Pero luego, cuando entendí las claves de la composición, no te voy a negar que considero que mis canciones, perfectamente, podrían lucir en otras voces. Sé que podrían funcionar en otras voces.
“Tengo canciones compuestas para hacer más discos, pero si me dices que dentro de diez años volveré a cantar en el Auditorio, lo veo imposible, aunque ojalᔿHa intentado que algún artista cante sus canciones?
Lo he intentado con muchísima gente, sobre todo con artistas femeninas, pero los equipos que las llevan o no te contestan o te dicen que están enfocadas en otros proyectos.
Aún así, lo que sale acaba llegando al público gracias a usted mismo…
Sí. Además, la gente se sorprende en mis conciertos. Aunque no me considero un especial intérprete, se sorprenden en el sentido de que piensan que un cantautor va a cantar canciones tristes, que va a ser un tostón, que es el sambenito que nos cuelgan. Pero nada de eso, mis directos siempre sorprenden.
Volviendo al concierto, ¿qué temas no faltarán?
Todas las del último disco, menos una, las vamos a interpretar. También habrá otros temas que seguro enamorarán a la gente, pero quiero mantener la sorpresa hasta el concierto. Son canciones en el mismo registro latinoamericano, canciones muy conocidas que han cantando los grandes del bolero y las rancheras. El público, creo, no tendrá más remedio que cantarlas y se lo va a pasar muy bien.
¿Qué músicos te acompañarán?
El guitarrista Guillermo Tapia, que es colombiano. El requintista, que también es colombiano, se llama Jorge Woodcock y el percusionista es Rufio Oliveira, que es uruguayo. Los siguientes discos tendrán otros registros, pero por supuesto quiero seguir colaborando con ellos.