“Héroes son los que se cruzan el Mediterráneo en un barco de goma”
Conoció el Mediterráneo del turismo y ahora está descubriendo la otra cara de la moneda: un mar de angustia y desesperación que se ha convertido en todo un cementerio. El patrón de altura conquense Óscar Fernández Ruiz lleva un mes trabajando con la ONG vasca Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), donde es el segundo oficial en el Aita Mari, un pesquero reconvertido en barco para el rescate de migrantes que, sin embargo, no puede desempeñar aún su labor a la espera de que les den permiso para hacerlo. Mientras tanto, la organización lleva ayuda humanitaria a las islas griegas.
El conquense ha ejercido de capitán de barco en el sector del turismo durante dos décadas hasta que un día decidió cambiar de rumbo y dedicarse a una labor “más ética”. Hace año y medio se puso a contactar con varias oenegés hasta que le salió la oportunidad con Salvamento Marítimo Humanitario.
Un trabajo para el que se necesita una gran fortaleza mental porque si no, psicológicamente “sería insufrible”. Pero Óscar Fernández quiere dejar claro quiénes son los protagonistas de esta historia: “Héroes son los que por un hilo de vida mejor se cruzan el Mediterráneo en un barco de goma”.
Aunque, por el momento, el Aita Mari no puede desarrollar la labor para la que fue creado porque el Gobierno español dice que el barco no reúne las medidas de seguridad necesarias, algo que la ONG desmiente, y le pide unos certificados expedidos por Malta e Italia que la organización asegura “que no existen”.
Obligación moral
“El espíritu de la ONG es rescatar”, recalca. “En primer lugar, lo más importante es sacarlos del agua”, explica. “Europa no se puede permitir moralmente no hacerlo”, reflexiona, recordando que socorrer a alguien que está en peligro es “una obligación en el mar y en la tierra”.
Mientras que el Aita Mari no pueda realizar rescates, el barco lleva a bordo una tripulación mínima que está compuesta por siete personas, un cocinero y algún voluntario. A la espera de resolver los problemas burocráticos para poder salvar en el mar, el buque tiene previsto poner en marcha una clínica dental para refugiados en septiembre. “Pero si nos dejan ir a Libia, iremos”, resalta el marinero conquense.
SMH nació en el año 2015 a raíz de la gran cantidad de muertes de migrantes que estaban sucediendo en el Mediterráneo. En un primer momento, se constituyó un grupo de socorrismo y de ahí surge un equipo médico hasta que consiguieron hacerse con un barco que iba camino del desguace y lo recuperaron para faenar en el mar, el Aita Mari.
Óscar Fernández considera “vergonzoso” el número de muertes en el Mediterráneo. “Es un genocidio en el agua”, critica, a la vez que reivindica que se ofrezcan vías legales y seguras para los migrantes. Así, estos podrían trabajar en Europa y enviar remesas a sus países, “la mejor forma de ayudar en origen”. “No nos damos cuenta de la gran riqueza a todos los niveles que suponen los migrantes”, recalca.
Tilda de “degradante” el estado en el que se encuentra el campamento para refugiados en Lesbos. “Una antigua cárcel que es como un campo de concentración. Están hacinados y los servicios son mínimos”, denuncia, definiendo el lugar como un espacio “vejatorio y sin dignidad para estas personas”, que llegan a pasar años en este espacio hasta que se resuelven sus solicitudes de asilo.
“Es imposible que sus vidas sean normales después. Es gente que venía de un camino de violencia y se encuentra con esto”, lamenta el marinero, que no duda al decir que “Europa ha fracasado”. “Retroalimentamos la miseria de los que llegan”, afirma rotundo.
Vulnerabilidad de las mujeres
Unos campamentos en los que hay numerosos niños y también mucha madre soltera. De hecho, muchos de los pequeños son fruto de violaciones. “La vulnerabilidad de las mujeres es absoluta”, denuncia.
Pero el primer paso para actuar es rescatar. Si les dejan, la ONG emulará con el Aita Mari al pescador vasco del siglo XIX que da nombre al barco y que se convirtió en un héroe por los salvamentos marítimos que realizó.