"Hay pocas cosas que me generen más orgullo que decir que soy de Tarancón"
Luis Miguel García-Marquina se encuentra llamando a las puertas de unos juegos paralímpicos por derecho propio. Este abogado taranconero reconoce el crecimiento de su rendimiento con handbiker como algo "excepcional", pero también fruto de una constancia e intensidad nunca antes realizadas: "Cuánto más entrenamos, más suerte tenemos", señala el miembro del equipo español de Ciclismo Adaptado.
El deportista conquense, orgulloso de sus raíces, tiene por delante un año desafiante con pruebas esenciales donde posicionarse como uno de los elegidos que representará al país en la cita de Tokio 2020, una hazaña que ya avisa el propio García-Marquina que, de conseguirla, no espera que sea la única vez.
P: ¿Cómo te encuentras después de los últimos acontecimientos?
R: La verdad, si me pongo a pensar en todo lo que ha venido sucediéndome, me da un poco de vértigo (risas). Todo ha ido muy deprisa. El año pasado el seleccionador, después del Campeonato de España, me dijo que contaba conmigo para el equipo. A partir de ahí hay un cambio notable. Vamos a la primera Copa del Mundo, a nivel individual logré hacer un 5º puesto como mejor marca, y en equipo conseguimos el bronce en el Team relay. Pero claro yo veía que en mi faceta no lograba ser capaz de disputar las medallas.
P: Ése fue entonces el reto a alcanzar desde entonces, ¿no?
R: Este año empecé con la idea del Mundial de Emmen. Durante todo el año los valores habían sido buenos, participado en la distintas Copas del Mundo, muy cerca de los puntos y la diferencia con los favoritos cada vez era menor, pero no llegaba, no lograba catar podio hasta ahora a nivel individual, sí en team relay con esa plata en Italia. Entonces llegas al Mundial con esa incertidumbre de ver lo que podía pasar en la primera carrera, la de por equipos. Logramos una gran prueba, pero tras una polémica con Alemania, los jueces nos relevan hasta el 4º puesto. Ya ahí tienes un poco de resquemor, pero llegamos a la crono, y claro ocurre una cosa que es que en Emmen (Holanda) no nos dejaron practicar en el circuito para memorizarlo. Así, en la crono tuve un error y me equivoqué en el trazado, tuve que dar la vuelta y finalicé en 14ª plaza.
P: Comienzo duro donde los haya
R: No te voy a negar que la desilusión era absoluta para la última carrera (H3). Había estado todo el año trabajando muy duro, sabía que podía estar entre los mejores y el resultado a nivel individual no estaba siendo el deseado tras esas primeras pruebas. Así que sin muchas ganas, me dispuse a correr el domingo. Tras el pistoletazo de salida, mi idea era dar el resto, y a medida que avanzaba la carrera me vi en cabeza y entonces decidí tirar el sprint. Me dije que no iba a espera la oportunidad o especular, sino ir a por ello. Había llegado al final entre los primeros y sabía que tenía que lanzarme. Hice el sprint, me acompañaron tres más y en el último tirón crucé la meta tercero, lo digo satisfecho, pero también sabiendo que, si la carrera hubiera durado 100 o 200 metros más, lo mismo el color de la medalla hubiera sido otro.
P: ¿Qué dirías que es lo que te ha mantenido durante este último año para seguir compitiendo y aspirando a todo?
R: No es la primera vez que lo digo, pero es que lo siento con todo mi corazón, el trabajo al final tiene recompensa. A lo mejor las cosas no salen cuando uno quiere, pero al final salen. Este año ha sido la muestra. Ha sido durísimo. En lo personal, jamás creí que entrenaría tanto, con semejante intensidad y exigencia. Ese trabajo no ha caído en saco roto, me debo sentir afortunado, cuanto más trabajo, más suerte, pero al final, lo que da los frutos no es la suerte, es todo el esfuerzo que ha detrás.
P: ¿Eres consciente de que eres un referente ya no solo para Tarancón, sino también para Cuenca y Castilla-La Mancha?
R: Hay pocas cosas que me generen más orgullo que decir que soy de Tarancón. Me siento taranconero, conquense, castellano manchego y español. Tener los reconocimientos que he tenido en Cuenca, en la tierra que me he criado y donde he pasado mi infancia, mi carrera, mi tierra, es algo increíble. El poder representarla, el saber que el deporte conquense tiene a gente que se preocupa por defenderlo y demostrar lo que valemos es todo un orgullo.
P: ¿Cómo de factible es poder ver a García-Marquina en Tokio 2020?
R: Yo si me preguntas esto mismo hace dos años, te diría que jamás se me había pasado por la cabeza el decir que podía ir a unos juegos paralímpicos. Es más, recuerdo una entrevista en la Facultad de Periodismo que me preguntaban lo mismo, cómo me veía para estar en Tokio, siempre lo he tenido claro que mi objetivo no era sólo ir a unas olimpiadas, yo quiero marcar una época en este deporte, no quiero ganar un medalla, quiero ganar 27; no quiero ganar un mundial, quiero ganar 10... Y ser capaz de que de aquí a 20 años, cuando se hable de la handbike, la gente me tenga de referencia. Pero la verdad, si me lo preguntas hace dos años te hubiera dicho que no, que no me veía en Tokio. Ahora, después de este bronce, de cara al año que viene afrontas con otra mira las pruebas, la Copa del Mundo y el Mundial, que será antes de las paraolimpiadas.
P: Es sin duda la meta a seguir que tienes a corto plazo
R: El objetivo es ese. Me haría mucha ilusión ir, pero tengo que ganarme esa plaza, no es gratis. Dentro del ciclismo adaptado hay un nivel estratosférico. Queda mucho por sudar, pero si existe una posibilidad real, voy a luchar y, si Dios quiere, el año que viene por estas fechas estaré disfrutando de mis primeros juegos paralímpicos, aunque no serían los últimos.
P: ¿Qué citas tienes por delante marcadas en el calendario para esa preparación?
R: Ahora hasta final de año habrá dos o tres citas de carácter nacional. Las correré por disfrutar de lo que me gusta, los compañeros y las carreras porque me apetece bastante. El gran objetivo es el año que viene en abril y mayo, cuando se celebren las Copas del Mundo y el Campeonato de España y el Campeonato del Mundo en junio en Hollstende (Bélgica), y después, Tokio 2020.