"Estamos creando delegaciones para llegar a toda la provincia"
Después de 25 años al frente de la Unión de Pensionistas de Cuenca, el pasado 18 de abril Heliodoro Pérez puso fin a su presidencia con un caluroso homenaje que recibió en el transcurso de la última Asamblea General de la entidad. En ese momento, Justo Mora, quien hasta ahora había sido vicepresidente, tomaba las riendas de la asociación.
Durante los tres años que Mora ha estado como número dos de la UDP se han llevado a cabo diferentes proyectos para evitar la soledad de los mayores de la provincia y se han abierto diferentes delegaciones a lo largo y ancho del territorio para ofrecer a los más de 21.000 asociados de la provincia la atención que se merecen. Ahora afronta esta etapa como presidente asegurando la continuidad de todos estos programas en marcha, aunque solicitando una amplitud de miras hacia este sector poblacional que cada vez es más numeroso.
¿Cómo afronta este mandato?
Con mucha ilusión, aunque llevaba ya tres años como vicepresidente. Comencé justo en la pandemia, con la dificultad que eso conllevó, y ha sido un respaldo muy importante para mí porque las asociaciones de toda la provincia me han respaldado con 110 votos. Eso me da una garantía de que me quieren, que la gestión que estamos haciendo les tienen ilusionados y me da esa garantía e ilusión.
¿Qué proyectos tiene por delante?
Voy a seguir con la continuidad de los proyectos que ya veníamos haciendo, como el de digitalización y la formación tanto a asociaciones como sus miembros. Hay mucho desconocimiento y una brecha digital muy importante. Este proyecto lo iniciamos en plena pandemia lanzando la web de UDP Cuenca para las 185 asociaciones que tutelamos y sus 21.000 asociados. También tenemos el teléfono de la soledad del mayor no deseada, que fue premiado por el Gobierno de Castilla-La Mancha y eso nos ha dado energía suficiente para continuar los proyectos.
¿Qué se está haciendo para reducir esa brecha digital?
Lo primero, estamos incorporando gente y voluntarios de un rango de edad más joven y que vienen de unos sectores como la banca, Renfe o Telefónica y están más familiarizados con el entorno digital que las anteriores generaciones. Hay un grupo que necesita de nuestra ayuda, que desconocen por completo estas herramientas, y con este nuevo rango de perfiles que hay en las asociaciones y la junta directiva, tratamos de ayudar a todos los mayores.
¿Qué balance hace del teléfono de la soledad del mayor?
Muy positivo. Lo financió el Ayuntamiento de Cuenca a través de los Servicios Sociales, que rápidamente captó la idea y nos apoyó. Hemos hecho una campaña muy agresiva tanto en prensa como elípticos y tarjetas que hemos entregado por toda la ciudad, y está dando sus resultados con unos 80 voluntarios que están atendiendo a los mayores. Vamos a ver si este año le damos más cabida a la provincia, si se van involucrando los diferentes ayuntamientos, porque en los pueblos también hay esa soledad no deseada, que a veces está oculta y se desconoce. Vamos a intentar descubrirla y paliar las situaciones.
Sobre este proyecto, ¿qué avances se han dado en los últimos años para evitarla?
La soledad, por calificarla de alguna manera, es una enfermedad muy oculta, que se da tanto en mayores como jóvenes, y que desemboca en enfermedades psicológicas y mentales. La gente se queda sola en casa, como desconectada del mundo, y luchamos para evitar eso. Está costando, porque detectar la soledad es muy difícil y hay que investigar mucho.
Estamos haciendo una gran labor y, aunque no tenemos una estimación, hay una cantidad importante de usuarios que nos llaman con esa necesidad o que nos pasan los voluntarios. A todos se les está dando una gran respuesta y van avanzando, en un trabajo laborioso ya que es un tema oculto que a veces los afectados lo ocultan por timidez o por no exponerla.
“Tenemos en torno a 500 voluntarios que hacen una labor muy importante y muy necesaria, como atender el teléfono de la soledad o visitar geriátricos”¿Con cuantos voluntarios cuenta la UDP?
En toda la provincia somos en torno a 500 voluntarios, y en Cuenca capital 80. Entre todos atendemos visitas a geriátricos, a enfermos, a gente que nos necesita, el teléfono de la soledad, hacemos acompañamiento, etcétera. Hacen una labor muy importante y muy necesaria.
¿Cómo se encuentran tanto la Unión Provincial como las 184 asociaciones que la integran?
Gozamos de muy buena salud. Hemos trabajado mucho durante estos tres años de la pandemia, pero yo estando de vicepresidente, junto con otros compañeros, nos hemos recorrido la provincia en su totalidad visitando una por una las asociaciones. Todas tienen ahora muy buena salud, e incluso estamos recuperando asociaciones que estaban paradas así como incorporando gente joven.
Tenemos un proyecto en el que estamos creando delegaciones, que no se contemplaban en los estatutos. Tenemos 23 abiertas, abarcan toda la provincia, y hemos creado unos pequeños núcleos para estar en contacto tanto con las instituciones como entre nosotros. Cada delegado tiene a su cargo entre cinco y siete asociaciones de su entorno, y él está en contacto directo con ellas para que las reivindicaciones, dificultades o problemas nos lo tramite a nosotros y así ganar en cercanía.
Exclusión financiera y digitalización del sector bancario
Como tesorero de la UDP nacional, hemos empezado una lucha con la banca para que no se avance hacia un modelo íntegro digital. Sabemos que es un negocio privado, pero el cambio de modelo ha sido mortal para nosotros. Las cartillas están tendiendo a la desaparición y tenemos que operar con tarjetas y cajeros, que cada uno es diferente y es un verdadero caos. El los últimos meses hemos conseguido que los bancos se comprometan a que haya una persona la mayor parte del día que ayude a los mayores. Es algo importante, porque nos cuesta trabajo este nuevo modelo digital. También están desapareciendo oficinas, y una solución que proponemos es poner cajeros en ayuntamientos o centros de mayores. Hay grandes propuestas para resolverlo o ayudar porque lo que es cortar de la noche a la mañana el tema analógico a digital...
¿Algo que decir a las instituciones?
Que nos escuchen, que tengan sensibilidad. Desde la UDP estamos haciendo mucho por un sector de la población con muchas necesidades de incorporarse a la nueva sociedad digital y no quedarse atrás. Por eso quiero pedir que tengan amplitud de miras, que sepan que hay un sector muy amplio de la población en el que cada vez somos más. Dentro de 10 años superaremos el 58% de mayores de 65 años y no hay que olvidarse de nosotros, porque llegará un momento en que la población será más vieja que joven.
Hasta ahora, estoy satisfecho con su apoyo porque cuando tenemos una necesidad, acudimos a los gobernantes y nos escuchan. En cuanto a recursos económicos, hay veces que se nos queda escaso. Vamos ganando terreno y planteando proyectos y por eso nos gustaría que la capacidad económica fuese mayor. Pero de todos modos, estamos bastante satisfechos con su apoyo.