"Me he enamorado de la enfermería. Está desde el principio hasta el final de la vida"

Dice que el secreto está en “ponerle ganas, echarle tiempo e intentar siempre superarse a uno mismo y ser el mejor pero con compañerismo”. Con una nota media de 8,26 en la carrera, la conquense Mara Ramón López, de 22 años, ha logrado uno de los dos Premios Extraordinarios de Fin de Estudios del curso académico 2020-2021 con los que la Facultad de Enfermería de Cuenca ha reconocido a los mejores expedientes. 

“Es un premio al esfuerzo durante los cuatro años de carrera. En mi promoción éramos alrededor de 120 personas y solo se premian los dos mejores expedientes. Es todo un orgullo para mí”, celebra la joven, a la que siempre le gustó la rama sanitaria. Aunque en un principio su primera opción era Medicina y tenía pensado hacer Enfermería para continuar después con aquellos estudios, su paso por la Universidad le ha hecho cambiar de opinión completamente: “Me he enamorado de la profesión. Está desde el principio hasta el final de la vida. Me gusta el trato con los pacientes, poder ayudarles, apoyarlos…”

Y eso que sus primeras tomas de contacto con un oficio ya duro de por sí ha sido en una época todavía más complicada debido a la pandemia. De hecho, el grueso de las prácticas de tercer curso –esta formación arranca en segundo– tuvo que suspenderse dado que la segunda parte comenzaba en marzo de 2020, justo cuando llegó el confinamiento por la Covid-19. 

Por suerte, pudieron recuperar en cuarto las prácticas, una auténtica prueba de fuego por culpa del coronavirus. “Yo empecé en octubre de 2020 en Urgencias en el hospital Virgen de la Luz de Cuenca. Fue una experiencia dura. El ambiente que había, ponernos los EPI, tener muchísimo cuidado para no contagiarnos, no poder juntarte con los compañeros de prácticas en los descansos... Era todo muy raro. Estábamos solos, igual que los pacientes, que no podían estar con sus familiares. Tú eras la única persona que estaba con ellos”, recuerda de aquella época.

Además de por este servicio, en el hospital también pasó por Neurología, Cirugía y la planta de Cardiología –que fue zona Covid-19 por aquel entonces– además de por Urgencias de Atención Primaria en el Centro de Salud Cuenca IV. “Aprendes mucho porque ves un poco de todo”, subraya.

Y tras finalizar sus estudios ha ido encadenando sucesivos contratos laborales. El primero llegaría el verano pasado en Urgencias del Hospital General Universitario de Valencia, trabajando después un mes en el Hospital Clínico de esta ciudad como enfermera “volante”, rotando por diferentes servicios. “Cada día te dicen donde tienes que ir. Es una aventura nueva cada jornada. Es complicado porque tocas cosas distintas y no puedes prepararte nada”, reconoce esta profesional, que posteriormente pasó también por una residencia de ancianos en la localidad valenciana de Bétera.

Este último trabajo tuvo que dejarlo en enero porque comenzaba en febrero las prácticas del Máster de Urgencias, Emergencias y Críticos de Enfermería que cursa en la Universidad Europea de Valencia y le era imposible compatibilizarlas con su empleo. Por el momento, ya ha recalado en Urgencias y en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital 9 de Octubre. “Me gustaría dedicarme a esta rama. Me encanta la adrenalina, el no saber lo que te va a venir, el constante cambio dentro del mismo servicio. Por eso decidí especializarme y hacer un posgrado en esta área. Estoy aprendiendo un montón. Tienes que saber un poco de todo”, indica. 

Si todo va bien, en julio finalizará este máster, para el cual también recibió una beca de Excelencia del Ministerio de Educación por su brillante expediente en la Facultad de Enfermería. Unas excelentes calificaciones que le han valido un Premio Extraordinario Fin de Estudios a Mara Ramón, quien será reconocida en mayo por este centro universitario durante la graduación de la nueva promoción de enfermeras, para quienes podrá ser un referente.