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El atleta taranconero Juan Carlos de la Ossa da un giro a su carrera profesional

"Ahora mismo no hay subvenciones casi, han bajado mucho para lo que yo creo que es lo más importante, la base"
El atleta taranconero Juan Carlos de la Ossa da un giro a su carrera profesional
24/05/2014 - L.N.

Tras dejar la competición de más alto nivel entrena a otros atletas a través de la Federación Española de Atletismo. También ha creado un grupo para corredores populares y opositores denominado “Run Faster”.

El atleta internacional Juan Carlos de la Ossa afronta una nueva etapa profesional vinculada al atletismo. Tras varios años luchando contra las lesiones, “Tete” ha orientado su carrera convirtiéndose en entrenador. Trabaja en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, pero también ha formado junto a un socio Run Faster, un grupo cuyo objetivo es preparar a corredores populares y también opositores. 


De la Ossa vive en Tarancón, ha viajado por medio mundo, pero nunca cortó los lazos que le unían a sus orígenes, donde reside su familia. De su padre, ya fallecido, aprendió a defender el nombre de su pueblo y el de la provincia de Cuenca, algo que siempre ha hecho a lo largo de muchas competiciones y experiencias deportivas.


¿Qué aporta un entrenador personal a un corredor popular?

Muchísimo. La gente se suele apuntar para perder peso, y no te creas que solamente por correr día a día es tan sencillo. Incluso con un entrenamiento personalizado se mejora mucho más rápido, no todos los entrenamientos que aparecen en internet son adecuados a cada persona porque el corazón de cada uno es un mundo. No es lo mismo un chico que pesa 120 kilos que otro que pesa 60, el pulso es distinto, el cansancio también.


¿Cómo diste el paso de ser un atleta profesional a dedicarte a otra faceta del mundo del deporte?

Sabía que mi momento se estaba acabando como atleta profesional, las lesiones no me permiten correr mucho más y el verano pasado me saqué el título de entrenador de clubes. Además, le echo una mano en la Blume a mi entrenador de siempre, Antonio Serrano, estoy en la nómina de la Federación Española de Atletismo. Tenía tiempo libre y pensé en montar un grupo de entrenamiento personal, entre mi socio y yo quedamos en Madrid con algunas personas a través de las redes sociales y correo electrónico.


¿Ha sido duro el cambio? 

Sí, te cuesta. De hecho, hubo dos o tres años que quise volver a intentarlo. Pero un año me operaron del tendón de Aquiles. Sabes que ya no tienes 20 años, te recuperas mucho más tarde de cualquier lesión, de todo. Dar el paso en cualquier tipo de deporte cuesta porque, quieras o no, lo que te gusta es correr, competir y entrenar fuerte. Pero cuando no se puede hay que dar otros pasos.

Como dices, la vida son etapas y ahora toca la de trabajar y que sufran otros por ti (sonríe).


¿Con qué momentos te quedas de tu amplia trayectoria profesional?

Siempre me acordaré del Cross de Tarancón, cuando lo gané. El 2008 fue un año muy bueno, tanto por la victoria aquí en mi pueblo como por los Juegos Olímpicos de Pekín. También las medallas que he conseguido en los tres campeonatos de Europa, los cinco campeonatos de España consecutivos y, sobre todo, los once años que he pasado en Madrid viviendo y entrenando. Para mí han sido duros porque no estás con la familia, con la novia, con la gente… pero si te dedicas profesionalmente a este deporte tiene que ser así.


¿Lo más difícil?

La distancia y los entrenamientos día a día la verdad es que se hacen duros. El atletismo en sí parece que es sencillo porque corres una hora y media  o tres horas al día, que corríamos nosotros, pero machacarte diariamente, tener que estar cuidándote para eso, el tener que estar centrado, descansar, dormir y tener una muy muy buena alimentación es duro.

La competición también implica dejar amigos y no poder estar de fiesta o los fines de semana con ellos, pero son etapas. Cuando hay que estar, hay que estar, y ahora que tengo tiempo hay que disfrutar también de la vida.


¿Por qué empezaste a correr?

Por mi padre. Recuerdo que empecé en el Ruiz Jarabo -colegio-, a mí me gustaba el fútbol, iba para futbolista y no se me daba mal. Pero con este cuerpecito tan delgadito me llevaba empujones y algunas lesiones, la verdad es que la gente tan grande me cargaba y me tiraba al suelo enseguida.  Mi padre me llevaba todos los domingos a la ermita corriendo desde mi casa. Me empecé a apuntar a la carrera de El Caño, al Cross de la Peña el Mosto. Iba subiendo para arriba, en Cuenca se cogía a los niños que iban destacando un poco más en el colegio, a raíz de ahí con Jesús Calvo, Rubiato, con Cuenca y con mi padre, que me llevaba a todas las pruebas que podía, empecé a correr más, a ir a las carreras populares. Vi que me gustaba más el ambiente del atletismo, con mis amigos Cantarero y Angelito y toda esta gente hacíamos un grupo muy bueno.


Entonces, de ser un chico con una vida muy tranquila, pasaste al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, ¿fue un salto muy grande?

Fue muy duro porque se dio la mala suerte de que mi padre se quedó sin trabajo y con 16 años me tuve que poner a trabajar. Después me fui a la mili y ahí me enganché al atletismo también porque me libraba de guardias y muchas cosas. Cuando volví me puse a trabajar otra vez, en Incarlopsa, tenía un sueldo muy bueno. Pero no me iban a hacer fijo y me iban a despedir, así que le dije a mi padre que quería entrenar. También tuve suerte de que fue el Campeonato de España de Cross en el 2000 aquí en Tarancón, quedé el 21º. Entonces pensé que si había entrenado poquito y había logrado esa posición, entrenando un poco más podía haber quedado entre los diez primeros y dedicarme a esto. Di el salto, me fui a Madrid con la suerte de que ese mismo año quedé 6º de Europa, y a partir de ahí siempre es más fácil, me dieron una beca de comedor y tenía mis ahorros para pagarme un piso de Madrid. Así fue.


¿Qué te ha enseñado el atletismo?

Sobre todo a tener muy buenos amigos. Creo que he dejado muy buenos amigos por el camino. Me ha hecho ser un poquito más sencillo y cariñoso con la gente. Conmigo se han portado siempre muy bien y quiero hacer lo mismo con ellos, con los entrenadores, los managers, los organizadores de las competiciones… El atletismo no es un rollo como el fútbol, en el que la prensa abarca mucho. Es totalmente distinto, somos más abiertos para el público y creo que eso hace que seamos más sencillos. 


¿Y qué puedes enseñar tú ahora  los corredores desde tu faceta de entrenador?

La experiencia que he tenido me sirve para inculcar a la gente lo que es el deporte en sí. Ahora, encima, como está involucrado en el dopping, hay que enseñar que hay otras cosas. Enseñaré a ser muy sencillitos, a mejorar por tu esfuerzo y no por otras cuestiones y, sobre todo, intentaré mostrar que el atletismo es muy bonito, los éxitos que consigas son tuyos, y que es la base de cualquier deporte.


Has viajado un montón por distintos países, ¿cuál recuerdas de manera especial?

A mí me ha gustado mucho, siempre lo he dicho, Edimburgo. Con mi novia he estado tres veces porque su hermano trabaja allí, hace poco viajamos otra vez para verle. He estado entrenando en el circuito que hacen ellos.

También es inolvidable China. Londres me ha gustado mucho, pero los Juegos Olímpicos de China me marcaron y dejaron una ilusión que me gustaría que todo deportista viviera.


¿Qué ambiente hay, por qué son tan especiales los Juegos Olímpicos?

En la Villa Olímpica coincides con jugadores de fútbol, también vimos a Marc Gasol, y después de la clausura nos fuimos de fiesta con los jugadores de balonmano porque consiguieron medalla…

Allí nos centramos todos los deportistas, hicimos una piña muy buena. Eso en otros campeonatos no lo ves. A un Campeonato de Europa vas, compites y te vuelves. En cambio, en los Juegos Olímpicos compites, te quedas cinco o seis días, disfrutas de otros deportes y haces muy buenos amigos. Es lo que creo que todo deportista debería vivir porque merece mucho la pena.


Pese a viajar mucho, nunca has perdido tu vinculación con Tarancón...

Para nada. Tengo la suerte de que Madrid está cerca y siempre he podido venir. Cuando estás por ahí viajando y compitiendo Tarancón siempre sale a relucir, ser taranconero lo llevas en la sangre. Eso te enorgullece porque tu padre siempre te lo ha inculcado, que hay que defender el pueblo, a Cuenca. Además, el anterior alcalde, Raúl Amores, se portó muy bien conmigo y me dio un par de becas y eso ha de tener repercusión para el pueblo.


¿Se están notando los recortes en el deporte?

En todos los lados, es una pena. No hay becas, y en atletismo son muy importantes. Si un atleta es campeón de España y no tiene una beca como para poder vivir de ello es una pena. Ahora mismo dan dos duros a los niños, no hay subvenciones casi, han bajado mucho para lo que yo creo que es lo más importante, la base. Ahí deberían meter más dinero. Y una vez que llegas a la élite, mantenerte es muy complicado porque si no haces resultados todos los años las becas se recortan y no puedes estar viviendo de ello porque tienes que trabajar. Incluso si estás estudiando… ¿cómo vas a vivir de ello?. Yo tengo ahora un grupo de chavales y chavalas que están estudiando Medicina, ¿qué hacen, se vuelcan con la carrera o con el atletismo? es complicado. Si se vuelcan con la Medicina les recortan del atletismo, que ya es difícil de por sí, y si lo hacen en el atletismo, la Medicina no la podrán sacar.