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"Si no disfrutara, no podría transmitir nada"

La barcelonesa Elvira Villarreal, pionera del patinaje en Cuenca, cuenta su relación con esta bonita disciplina
"Si no disfrutara, no podría transmitir nada"
Fotos: Lola Pineda
03/09/2024 - Alejandro del Valle

Llegó a Cuenca como una joven patinadora con grandes sueños y acabó siendo pionera. A través de su labor como monitora, y empujada por la pasión que le une al deporte, la barcelonesa Elvira Villarreal Narbón ha dejado huella en el patinaje, que hoy en día ocupa en la capital el lugar que tiene gracias a ella. 

La historia de Elvira y el patinaje comienza en su barrio, en Barcelona, jugando con sus amigas, con las que tiempo después decidió apuntarse a un club deportivo enfocado en la modalidad de velocidad, en la cual llegó a ser tercera de España. Su madre, originaria de Villar de Olalla, regresó a Cuenca, y una vez terminados sus estudios, Elvira también vino a tierras conquenses, aunque se encontró con un impedimento a la hora de continuar con su pasión, ya que, al hablar con el IMD, vio que no había patinaje. “Me ofrecieron dar clases y me lo tomé como un reto personal porque quería continuar”, relata. Los inicios, en el parque del Vivero, fueron tan fríos como humildes: “Iba detrás del barrendero para pedirle la escoba y barrer la pista redonda de cemento donde daba clases”, recuerda entre risas.

Desde aquellos primeros años de trabajo en los que Elvira fue obteniendo titulaciones y creciendo como patinadora y monitora al mismo tiempo que se erigía como pionera en Cuenca, el deporte ha crecido enormemente aquí: 330 patinadores y patinadoras pertenecen hoy día al club, a los que hay que sumar unos 140 de las Escuelas Municipales. “El año pasado fue el mejor, fue un boom tremendo. Tengo que dar las gracias porque alumnas mías se han convertido en monitoras y por eso hemos podido abarcar más”, expresa, reconociendo que el patinaje le ha supuesto también un constante proceso de formación y creatividad, faceta que ha descubierto gracias a este deporte.

Cuando Elvira llegó a Cuenca, no había oferta de patinaje en el IMD. Hoy, como pionera, hay 330 patinadores en el club y unos 140 en las Escuelas Municipales

La clave del éxito es disfrutar, señala Elvira de manera sencilla, ya que, si tanto alumno como profesora lo hacen, el progreso está asegurado. “Si no disfrutara, no podría transmitir nada. Si me divierto, ellos también”, cuenta la patinadora, en cuya metodología de enseñanza es clave también el hecho de no obsesionarse con la competición. “No soy exigente en cuanto a clasificaciones, sino en cuanto a los avances de cada uno. Se tienen que superar a ellos mismos, no a otro patinador”, relata. Por otra parte, también pone en valor que muchos alumnos, directamente, lo que quieren es simplemente hacer deporte sin competir, por lo cual ha hecho que el club se mueva mucho en cuanto a exhibiciones tanto propias como en desfiles locales para así entrenar con un aliciente. “Trabajar con los niños te aporta esa chispa y esa alegría de la infancia que a todos nos hace falta”, asegura una feliz Elvira.

Ese es el mensaje que lanza a todo el mundo para disfrutar, al igual que ella, de este deporte del que es abanderada en Cuenca: “Que no tengan miedo a las caídas y que vengan a pasárselo bien, sin metas, simplemente a disfrutar”, concluye.