“Le deseo lo mejor al club porque lo considero mi casa”

Los finales de temporada siempre dejan un mix de sensaciones, muchas veces encontradas, dependiendo de los objetivos del año. Uno de los ‘inevitables’ es el amargo sabor de las despedidas, y el Rebi BM Cuenca ha tenido que decir adiós a uno de sus clásicos, sus imprescindibles: Pablo Simonet. ‘La Tanqueta’, capitán del equipo conquense, separa sus caminos de una de las ciudades de su vida y pone rumbo a Puente Genil, donde se desempeñará la próxima temporada. Por el camino deja grandes recuerdos en Cuenca, y él se va con otros tantos de aquí.

¿Qué balance haces de la temporada tanto a nivel colectivo como personal?

Creo que este año fue muy raro, yo lo consideraría malo porque no ha salido nada en cuanto a resultados. En lo personal, he sido muy irregular también y soy consciente de eso, pero creo que todo va de la mano. Las cosas empezaron a cambiar, el presidente decía que se iba, las renovaciones no llegaban a tiempo… y el equipo se contagió de lo que fue pasando, el vestuario también se descontroló y, cuando no se saben gestionar ciertas cosas, los resultados están a la vista.

Comentaba Lidio que todos los equipos tienen años así y que quizás nos hemos malacostumbrado a los éxitos de esta época dorada

Venía en mis últimos tres años con dos clasificaciones a Europa, un subcampeonato de ASOBAL y el primero que llegué no entramos por un punto, por eso es raro vernos en esa situación, con los mismos puntos que Puente Genil, Benidorm, Torrelavega… Cangas también apretó e hizo que todo fuese más complicado. Teníamos equipo para estar entre los cinco primeros y nos metimos en los cinco de abajo, eso hay que analizarlo pero tampoco hacer drama porque hemos tenido una cantidad de lesionados que no es normal, mala suerte en muchos partidos… no ha salido nada. Pero va a servir mucho más para aprender que cuando fuimos segundos. Yo ya no estaré aquí, pero siempre le voy a desear lo mejor al club porque lo considero mi casa.

Has estado en Cuenca en dos etapas. ¿qué te ha atraído de este equipo y esta ciudad?

Siempre quise volver a Cuenca, desde que me fui a Francia y Benidorm porque he vivido muy bien y me gusta la presión que hay por ganar, estar arriba, pelear… siento que se anima al equipo. A veces se escuchan cosas feas dentro de la cancha, pero sé que son unos pocos que van a descargar. Hay mucho apoyo al equipo y espero que siga siendo así. Eso al jugador le termina enganchando, más a los argentinos que tenemos esta cultura de afición y ganar, ganar y ganar.

Tú has sido precisamente de los jugadores más queridos durante los últimos años

Sí, sí, me voy con mucho cariño, hay gente que me escribe y me dice “qué lástima que te vayas”. Pero son etapas y había que cambiar de aires, también estuve estresado un poco con muchas cosas y lo mejor va a ser cambiar un poco de aires. Estoy agradecido al club y a toda la gente porque, como decís vos, me mostraron siempre un cariño muy grande y yo solo tengo palabras de agradecimiento.

Tienes una larga lista de grandes momentos con el equipo. ¿Con cuál te quedas?

Sí, tengo muchos, pero me quedo sin duda con el subcampeonato de ASOBAL porque salían las cosas como nunca, el vestuario muy bueno, muchos argentinos, la Furia fue a todos los partidos de visitante, estaba tranquilo porque tenía un año más de contrato, que esas cosas influyen, mi mujer viviendo acá conmigo… y déjame decir, que uno no lo cuenta por vergüenza, pero a veces la gente no ve que los jugadores juegan lesionados, dejan cosas de lado… ese fue mi máximo aporte al club. Siempre sacrificarme por el equipo, en enero volví con un esguince de grado 1 en la clavícula y le dije a Lidio que quería estar con Anaitasuna, al menos en el banco, porque era una situación complicada. Son esas cosas con las que me quedo, el sacrificarme por el equipo. El segundo año que estuve aquí perdí un hijo y a los 30 minutos estaba jugando un partido. Son cosas muy valorables que, para mí, es mi marca en el club.

Son momentos muy duros, Pablo, tu compromiso ha sido máximo

Sí, me encargué de que esas cosas no se supieran y que quedaran entre Lidio y yo, pero a veces está bien que la gente sepa esas cosas que uno deja de lado para estar aquí. Al final era un chico de 19 años que se alejó de su familia y amigos y está bueno descargar un poco y contar que hacemos muchos sacrificios.

¿Qué es lo mejor que te ha dado el Ciudad Encantada y Cuenca?

Mis amigos, me llevo muchísimos amigos. Sobre todo, este año he descubierto grandes personas en el vestuario, y me llevo también de la primera época en la que jugué. Valoro mucho esa parte humana y la gente que me llevo del club es, para mí, lo más grande.

¿Deseando volver a pisar la pista de El Sargal?

Nos volveremos a ver como rivales, voy a disfrutarlo como siempre que venía aquí con Benidorm. Es una cancha en la que da gusto jugar porque, como te dije, hay presión por ganar y se siente en el aire. Los argentinos estamos muy acostumbrados, creo que por eso pasamos tantos por acá (risas).