“Desde el principio me quise ir a lo mínimo para contar lo máximo”
Arturo García Blanco (Cuenca, 1982) nació casi con el instinto artístico por sus venas, que con el paso de los años culminó con su ingreso en la facultad de Bellas Artes del campus conquense de la Universidad de Castilla-La Mancha. Ahí ya empezó a dirigir cortometrajes, a dibujar cómics y a diseñar diferentes carteles. Años más tarde creó Grupo Desenfoque, un estudio creativo de comunicación que utiliza la fotografía, el vídeo y el diseño gráfico para hacer multitud de proyectos, siendo el cartel de la Feria y Fiestas de San Julián 2023 su última creación.
¿Cómo has afrontado este reto?
Siempre planteo todos los carteles que me encargan como un pequeño reto. Intento buscar información sobre lo que se ha hecho antes, y en el caso de la Feria y Fiestas de San Julián, he visto todo lo que había hasta nuestros días. Me puse a estudiar la historia que conlleva, qué es lo que quiero mostrar, que son realmente estas fiestas, qué representan tanto para mí como para la gente en general, y metiendo todo eso en una coctelera me puse a trabajar. Una de las cosas que vi clara es que quería la sencillez, irme a lo menos para contar lo máximo y alejarme de carteles recargados, y ahí vi que una de las cosas más importante eran los gigantes y cabezudos.
¿Cómo surgió esa idea?
Vi que esos dos elementos pertenecen a la tradición de Cuenca y sobre todo de San Julián, y habían sido poco usados en carteles anteriores. Este cartel ha surgido buscando ese minimalismo, esa pieza que identifica la feria, y quería que con una sola imagen sin prácticamente nada más se puede representar las fiestas patronales. Este es un concepto que estaba en la imagen colectiva de la ciudad, que al final nos ha marcado mucho cuando éramos pequeños.
Como conquense de nacimiento, ¿te ha costado diseñar este cartel?
Como digo, ha sido un reto. No es lo mismo hacer el cartel para un concierto o un pequeño festival que hacer uno de los más importantes de la ciudad, junto al de San Mateo y Semana Santa. Al final lo afrontas con un poco de miedo por el qué dirán, porque es un cartel de los que se habla.
¿Algún momento se te había pasado por la cabeza ser el cartelista de alguna de estas tres fiestas importantes de Cuenca?
No se me había ocurrido hasta ahora, pero es verdad que a mí se me suele ocurrir poco. Cada día sigo pensando en cómo conseguir trabajo, y que el trabajo siga llamando a mi puerta es algo que me sigue fascinando, porque de repente que piensen en mí para ser cartelista, es un gustazo.
“Hacer el cartel de San Julián ha sido un reto porque lo afrontas con un poco de miedo por el qué dirán, pero cuando me lo ofrecieron dije ¡mira qué bien!”
¿Qué se te pasó por la cabeza cuando recibiste la llamada del Ayuntamiento para encargarte el cartel?
Dije: ¡mira qué bien! Pero al mismo tiempo sentí algo de miedo porque, como decía, este es uno de esos carteles que da miedo enfrentarse porque al final van a tener mucha visibilidad. No es lo mismo hacer el cartel de unas fiestas de barrio que de las fiestas patronales de la ciudad, este llama mucho la atención, y quieres hacerlo lo mejor posible.
¿Qué impresiones estás recibiendo?
Estoy alucinando porque mi diseño está teniendo bastante buena aceptación, y mira que juega a cosas un poco, como digo yo, complicadas. Por ejemplo, cortar la ilustración para añadir el texto, en una zona donde muestro la parte fantástica hacia arriba y la parte real hacia abajo. Son pequeños guiños que si no te das cuenta no lo sabes, y que no es normal que el texto corte la imagen ya que suele ir siempre fuera. También se juega con un fondo íntegro de color negro, que eso provoca a la gente que el diseño llame más la atención, y también está gustando porque así la mirada se centra en los gigantes y cabezudos.
¿Cuál es el momento que recuerdas con más cariño de San Julián?
Estas fiestas me retraen siempre a mi infancia de manera bastante fuerte, porque mis padres viven en frente del recinto ferial. Entonces eran como las fiestas del barrio, por así decirlo, las fiestas grandes de la ciudad eran las que se hacían en mi zona. Estaba todo el día escuchando la feria, y desde que llegaba el primer camión ya estaba impaciente, y te entraba el gusanillo de bajar ya hasta la zona.
Eres director creativo en Grupo Desenfoque. Desde tu punto de vista, ¿qué claves tiene que tener un buen cartel de unas fiestas?
Es un asunto complicado, porque al final hay mucha gente dentro de los estudios de diseños, que te dicen que unos carteles tienen que ir de una manera o de otra. Yo puedo decir lo que a mí me parece muy importante, y eso es que la gente siempre lea muy bien el contenido de la información que quieres dar, es fundamental y que con treinta segundos que mires el cartel ya se pueda sacar toda la información sobre de qué va el cartel, dónde sucede y cuándo. Hay veces que hay que estar rebuscándolo dentro de la información del cartel, y luego también es importante que sea una imagen llamativa que represente perfectamente lo que se quiere anunciar.
¿Te gustaría diseñar en un futuro los carteles de San Mateo y San Julián?
Siempre se puede hacer el trío, porque no. Al final sería volver a enfrentarme a un cartel fuerte de aquí, y no me importaría. Son trabajos difíciles pero bonitos.