“La cocina es la gran pasión de mi vida”
Tiene 23 años, es conquense y ha logrado alzarse con el premio Mejor Bocadillo de Autor en la cumbre gastronómica internacional Madrid Fusión con una elaboración titulada ‘Ventresca Madurada’. Hablamos de Máximo Benagues Monsálvez, un cocinero que se crió entre Villalba de la Sierra y Huerta de la Obispalía y que ahora, después de siete años de trabajo duro, triunfa en las cocinas de la Neotaberna Santerra de Madrid.
Estar entre fogones comenzó siendo un trabajo de verano para él pero no tardó en descubrir su vocación profesional mientras trabajaba en el Restaurante Nelia de Villalba de la Sierra. Ahí creció, experimentó y empezó a dar sus primeros pasos. Sin embargo, poco a poco, “la cocina se ha convertido en la gran pasión de mi vida” hasta el punto de que su mente piensa elaboraciones y sus manos las traducen en platos cargados de “sabores de Castilla-La Mancha, de casa, de monte bajo, de bosque”, porque al fin y al cabo esos son los cimientos sobre los que cada día construye la filosofía gastronómica que le define.
Para Máximo, que ya es el jefe de cocina de la Neotaberna Santerra, lo más importante es crear sabores perfectos, siempre respetando el producto y con la mirada puesta en técnicas vanguardistas, de esas a las que los cocineros dan una vuelta más de tuerca para impresionar al cliente. No hay más que conocer los ingredientes del bocadillo que le ha llevado a ser uno de los protagonistas de la vigésima edición de Madrid Fusión.
Convenció al jurado con un “bocata que cualquiera puede hacer en casa” y que se compone de pan de cerveza, tartar de piquillos confitados, ajo, aceite, salsa de piparras encurtidas, mostaza antigua, queso cheddar ahumado, canónigos, cerveza y una ventresca madurada en grasa de entrecot durante 15 días.
Un galardón que viene a reconocer el trabajo bien hecho y “me anima a seguir creciendo. No me lo esperaba, aunque si nos presentamos a un concurso es porque pensamos que tenemos posibilidades de ganar”. Además, “me ha hecho ver que, aunque las cosas no son fáciles, todo llega y es muy gratificante”, comenta.
Eso sí, “quiero seguir creciendo porque esta es una profesión en la que nunca se deja de aprender” y lo seguirá haciendo de la mano de Miguel Carretero, quien le dio la oportunidad en el grupo Santerra cuando decidió mudarse de Cuenca a Madrid.
Esto significa que de momento entre sus planes no está el volver a Cuenca porque “para poder llegar a más gente tengo que despegar de una ciudad grande”, apostilla. Ahora bien, Cuenca “siempre será la ciudad por excelencia, en mayúsculas, porque no hay nada comparable”.
¿Quién sabe si lo veremos por la capital o la provincia en un futuro? Mientras tanto, Benagues seguirá trabajando para llegar a lo más alto, ‘cocinando y cocinándose a fuego lento’. Tiene aspiraciones pero también las ideas muy claras porque, a pesar de su juventud, sabe que su sitio está entre los fogones.