Carlos de la Sierra: "La Presidencia es un instrumento más de la entidad para servir a los ciudadanos"

El nuevo presidente de Globalcaja dará continuidad a la labora que realizada su antecesor, Higinio Olivares. La reelección llegará en la Asamblea de mayo del próximo año, en la que Carlos de la Sierra presentará candidatura
Carlos de la Sierra Torrijos (Valdeolivas, 1940) asume la Presidencia de Globalcaja desde que el 28 de septiembre falleciera Higinio Olivares, al que aún le quedaban dos años de mandato hasta la renovación. La ratificación del cargo “llegará, o no”, en la próxima Asamblea General. Mientras tanto, De la Sierra afronta el reto de presidir una entidad con una amplia cuota de mercado en la región después de la compra de las oficinas de BMN, la antigua Caja Murcia, en las provincias de Cuenca y Albacete, incrementando en 30.000 el número de clientes nuevos, lo que la sitúa en los primeros puestos del Grupo de Cajas Rurales de España, en el que está integrada.La trayectoria de Carlos de la Sierra es larga, llegó a la entidad financiera desde el mundo cooperativo, en el que todavía sigue activo. Asumió la presidencia de Caja Rural de Cuenca en 1989 hasta que en 2011 se consolidó el proceso de fusión de cajas rurales, pasando a ser copresidente segundo de Globalcaja, y hasta su nombramiento por el Consejo Rector para suceder a Olivares, vicepresidente primero. Aunque en los últimos tiempos, ante la enfermedad de su predecesor, asumió la Presidencia en funciones.
Ahora, la responsabilidad es otra, se pone al frente de la entidad asumiendo un cargo que considera como “un instrumento más al servicio de la entidad para que esta le sirva a los ciudadanos”.
-¿Qué supone para Carlos de la Sierra estar en la Presidencia de Globalcaja ?
La responsabilidad es grande. Yo siempre he pensado que estas entidades son muy especiales. La implicación social y de relación con la sociedad, con los clientes, la hacemos en un ámbito muy pegado al terreno. Y luego, ascendiendo como entidad financiera, en cualquier ámbito. Eso tiene una responsabilidad muy grande. Yo nunca pensé dedicarme a estas cosas, mi formación y mi dedicación durante muchos años fue la enseñanza como catedrático de Filosofía en el IES Lorenzo Hervás y Panduro, en Cuenca, pero debido a mi dedicación al campo y al mundo cooperativo, en los ratos libres que me dejaba la profesión, llegó la fundación de la Cooperativa Alta Alcarria, de Valdeolivas y de ahí mi entrada a Caja Rural y después a Globalcaja. Y aquí estoy, dispuesto una vez más a dar de sí lo que se pueda.
-¿Qué vigencia tiene su nombramiento?
Al anterior presidente le habría tocado renovación en 2019 y a mi me tocará ser elegido, o no, en la próxima Asamblea General, que se celebrará en abril o mayo de 2017. En principio yo presentaré candidatura. Tengo que decir que el Consejo Rector, desde el primer momento que se vio como iba evolucionando la enfermedad de Higinio Olivares, por unanimidad hizo la propuesta para que la Presidencia no sólo fuera en funciones hasta la próxima Asamblea sino que presida la candidatura del Consejo. Aunque evidentemente, tendrá que ser la Asamblea quien decida.
-¿Qué objetivos se ha marcado en esta nueva etapa?
No me he marcado un objetivo particular. Sigo los objetivos que ya estaban trazados. No quiero decir que sea continuista pero sí vamos a dar una continuidad a lo que se estaba haciendo porque no hay ningún salto. Asumo la presidencia continuando con la labor que estábamos haciendo, porque es una labor de todos y en ese sentido recuerdo siempre unas palabras que decía el anterior presidente: nosotros somos el río y Globalcaja es el puente, el río va pasando pero el puente queda. En ese sentido yo tengo la idea de que la Presidencia es un instrumento más al servicio de la entidad para que esta le sirva a los ciudadanos.
Hay unos objetivos clarísimos desde que hicimos la fusión, el primero: consolidarla, que no es fácil. Primero fueron tres entidades y al final cinco, las cajas de Cuenca, Albacete, Ciudad Real, La Roda y Mota del Cuervo. No es fácil unir voluntades. He sido testigo, y los demás también, de una gran generosidad por parte de todos y una colaboración y un trabajo en común pero no es fácil porque cuando intentas en otras ocasiones realizar obras de este estilo te das cuenta de lo difícil que resulta. Ahora mismo la unión que existe entre todos los territorios es muy grande. Naturalmente que todo el mundo nace donde nace y está donde está pero es una entidad al servicio de todos los ciudadanos de Castilla La Mancha y en algunos casos también de fuera porque también estamos en Murcia.
-¿Su mayor reto?
Que se mantenga la consolidación y ese espíritu para ser capaces de pasar estos años que estamos empezando a pasar. No ya la crisis, que más o menos se ha solventado, pero tanto empresas como personas particulares estamos atravesando dificultades, y muchos las siguen teniendo enormes, las entidades financieras también. Con la estrechez de márgenes y la situación que existe a nivel mundial es muy complicado el día a día porque los intereses están muy bajos y la gestión lleva unos gastos implicados, básicamente de administración y personal.
-Sin embargo, a pesar de esa situación de la que habla, Globalcaja cerró 2015 con un crecimiento de crédito por encima de la media nacional...
Sí, en ese sentido tenemos la suerte de que nuestros clientes confían en nosotros pero también se echa en falta en estos tiempos un poco la demanda de crédito, no hay demanda como ha habido en otras ocasiones. Yo diría que este es uno de los aspectos donde más se ha notado la crisis, y ahí está la raíz y las consecuencias de esta situación. La gente no tiene confianza o no ve futuro. Lo que sí hay es mucha renovación de crédito y estamos intentando con mucha fuerza, con una visión generosa diría yo, consolidar todas las empresas que tenemos y que no caigan ninguna. Estamos ayudando hasta el último momento, lo mismo en empresas sometidas a crédito como por ejemplo en hipotecas. De hecho, hace unos días hemos firmado con la Consejería un acuerdo, junto con otra entidad bancaria, por el que se establece un compromiso para evitar los desahucios.
-Por otro lado, por ejemplo en Globalcaja el número de créditos de hipotecas están subiendo...
Sí. Crece el número de las hipotecas. Las cosas no llegan al nivel que a todos nos gustaría pero efectivamente si se ha mejorado. El volumen de créditos de hipoteca aumenta, el problema es que se trabaja con márgenes de casi cero rendimiento. Ahí es cuando se ve lo que hay que hacer para mantener, es muy complicado.
-¿Y cómo se hace con tan bajo rendimiento poder seguir manteniendo y además crecer?
Pues por un lado estamos ahorrando gastos en todo lo que podemos, como en cualquier casa, pero sin que hasta ahora haya afectado a la plantilla ni en las oficinas, todo lo contrario, hemos ampliado. Estamos ya en 1.032 trabajadores y 307 oficinas. A a corto plazo no hay ninguna previsión de recortar en nada. Sí ahorrar en la medida de lo posible pero también crecer en negocio, naturalmente buscamos que la pinza de negocio de cada trabajador suba. y en lugar de uno gestione dos, si es posible. Ese es el quid de la cuestión en estos momentos, porque de otra manera no hay fórmula.
-Recientemente Globalcaja ha finalizado el proceso de compra del negocio bancario de BMN en C-LM ¿Contemplan mantener la expansión?
Prácticamente está terminado todo el proceso y naturalmente eso ha sido un impulso importante para nuestra entidad en el sentido de que hemos captado muchísimos clientes nuevos. La antigua Caja Murcia tenía 36.000 clientes en nuestras región, de los que 6.000 ya eran compartidos antes en Globalcaja, por lo que hemos ganado 30.000 clientes nuevos y está resultando muy bien. Hemos abierto dos oficinas en la provincia de Alicante, de la mano de empresas que ya existen en sitios donde abrimos cooperativas básicamente o comunidades de regantes, y tenemos las oficinas de Caja Murcia que tenía la Caja de Albacete en Murcia. Ahora no están los tiempos como para pensar en crecimiento, estamos con toda la expansión en la zona de Toledo, que no teníamos ninguna, pero muy pausadamente y con mucha prudencia, no se puede actuar de otra manera.
-Hoy Globalcaja es multisectorial pero su raíz está en el mundo agrario que es un sector que sigue teniendo mucha fuerza en la entidad....
Sí. Seguimos atendiendo el mundo original nuestro que es el agrario, tenemos un gabinete del que forman parte en algunos momentos hasta cincuenta personas al servicio de todos los agricultores, por ejemplo cuando viene el servicio de la PAC. Un gabinete agrario que precisamente sigue aquí en Cuenca porque es donde estaba y físicamente está aquí en esta casa prestando también asesoramiento a las explotaciones agrarias, que es otra de sus funciones. El servicio informático de cooperativas se está renovando continuamente y está al servicio de todas las del territorio de Globalcaja. Para nosotros el sector primario es muy importante y en el futuro también porque la población crece a nivel mundial y aquí hay muchas cosas por hacer y por modernizar todavía dentro de este sector y ahí está siempre Globalcaja, implicándose con el desarrollo y el crecimiento del mundo agrario. Aquí hay que destacar el papel de las Fundaciones Globalcaja, en las que hemos mantenido la denominación de cada uno de los territorios, Y luego está Horizonte XXII, una Fundación especializada en la formación que abarca todo lo que es la actuación de Globalcaja... en definitiva estamos muy implicados en el desarrollo de nuestra Comunidad, apoyando todo tipo de actuaciones en el sector agrario cooperativo, en el cultural y el social.
-Hablando de Fundaciones, la de Globalcaja en Cuenca también la preside Carlos de la Sierra, como también la cooperativa oleícola de Valdeolivas y de la D.O. Aceite de La Alcarria ¿Cómo se las arregla para abarcar tantas responsabilidades?
Bueno, tengo la gran suerte de contar con muy buenos colaboradores A mí no me gusta invadir demasiado los terrenos prácticos, los ejecutivos están ahí y tienen sus direcciones y el control a través nuestro pero luego el trabajo de día a día es cosa de ellos y en ese sentido hay muchas cosas que no me exigen tanto tiempo.
BANCO DE ESPAÑA
-El Banco de España mostró su intención de que las cajas rurales se aglutinaran en un gran banco cuando haya un Gobierno estable ¿Les preocupa este planteamiento?
Sí, nos preocupa. Efectivamente es verdad que a nivel nacional se hablaba de esa tendencia de crear grandes entidades y qué sólo existan los grandes. Creo que eso es un error, sobre todo pensando en el servicio. No digo que los grandes no preste el servicio a veces mejor porque tienen más medios pero no viven tan cerca el problema, y si no lo vives no lo resuelves o al menos no tan bien como si estás cerca de él.
Lo que siempre hemos defendido y defendemos ante esas ideas que suenan de que se quiere hacer un gran grupo, es que con la cercanía de cada uno en su territorio y dentro de un grupo que englobe a todos sería el ideal. Autonomía de gestión hasta cierto punto porque naturalmente cuando entras en un grupo pierdes autonomía, pero con la máxima posible y al mismo tiempo dentro de un grupo que es fuerte. Eso es lo que estamos consiguiendo desde hace años en el Grupo de Cajas Rurales de España.