“Canciones y poemas son habitaciones de una misma casa”
Lo mismo te escribe una canción que un poema. Guille Galván (Madrid, 1980), letrista, compositor y guitarrista de Vetusta Morla, sostiene que la primera persona a la que va dirigida una creación es a uno mismo. En todo caso, asegura que su obra poética “es una jornada de puertas abiertas” y está dirigida a personas de “cualquier edad, raza y condición” a las que sus versos inspiren y les ayuden a hacerse preguntas En el marco de la Feria del Libro ‘Cuenca Lee’, el autor mantendrá este martes 26 de octubre encuentros con lectores en Iniesta (12:00 horas, en la biblioteca) y en la capital conquense (18:00 horas, salón de actos de la Diputación), donde hablará de su segundo poemario, Desconocernos.
- ¿Cómo define ‘Desconocernos’?
Plantea las fronteras que tenemos con los demás. Los poemarios no dejan de ser obras de pequeñas islitas como son los poemas, que no tienen la continuidad narrativa que puede tener la prosa. Pero me interesaba plantear en esa mirada poética las diferentes capas de las que estamos hechos. La capa que nos separa de nosotros mismos, con la que tenemos que generar cierta identidad; la capa que nos separa de las personas más cercanas, con las que tenemos relaciones emocionales como nuestras parejas; y una tercera que nos hace relacionarnos con el entorno social. Eso me sirvió para estructurar en tres partes: Desconocerme, Desconocerte y Desconocernos.
- La mayor parte del poemario fue escrito antes de la Covid-19. ¿Cómo influyó la pandemia en el remate de la obra?
El libro lo tenía más o menos armado. De hecho, iba a salir la primavera de la pandemia pero al final lo retrasamos. Esa mirada de los meses extraños del año pasado me sirvió para tomar perspectiva y completar algunas cosas que faltaban. Pero no es un libro que nazca ni que tenga que ver directamente con la pandemia ni con el confinamiento aunque, bueno, es imposible, olvidarse o alejarse de todo lo que sucedió. Pero tiene una mirada más a largo plazo.
- El lanzamiento del libro en plena pandemia afectó a las presentaciones y encuentros con lectores. ¿Qué le aportan este tipo de actos? ¿Le descubren cosas de su propia obra?
Aportan mucho. Estamos acostumbrados a recibir un feedback constante a través de las redes sociales pero no es igual lo que se dice en Twitter que cara a cara. Los encuentros con lectores son una propuesta muy ilusionante porque es gente que te ha leído y te permite darle una visión completa a tu obra. En poesía, como en música, hay una parte en la que el significado completo depende mucho de quien lo lea y dónde lo coloquen en su vida. Es muy bonito ver no solo a gente que ha dedicado un tiempo a leer tu obra sino que comparte contigo sus experiencias.
- ¿Cómo es el proceso de escritura de Guille Galván? ¿Es metódico? ¿O un poema exige que le venga la inspiración?
Trato de serlo aunque depende mucho del momento en el que estés. Lo que más cuesta es encontrar la lucecilla de la que tirar. Una vez que encuentro el hilo, me cuesta menos porque ya lo veo claro. Pero tengo que verlo claro para ser metódico. Aún así, tengo mis procesos y mi lugar de trabajo, donde intento todos los días echarle unas horas. Porque en la creación, muchas veces pensamos que lo más importante es lo que sale finalmente pero es como un iceberg y hay una grandísima cantidad de cosas mucho mayor que lo que vemos por encima. Son cosas frustradas o que no han llegado a terminarse pero que te han servido como escalón para llegar a lo que has compartido. Creo que está bien también crear cosas que a lo mejor no salen y que no es dramático si no se llegan a compartir con la gente ya que te sirven para experimentar o para hacer otro tipo de propuestas.
“Al crear, muchas veces pensamos que lo más importante es lo que sale finalmente pero esto es como un iceberg y hay mucho más debajo. Cosas frustradas o que no han llegado a terminarse pero que te han servido como escalón”
- ¿En qué se diferencian el proceso de escritura de la letra de una canción y el de un poema?
Son habitaciones de una misma casa pero tienen propiedades distintas. Escribir para una canción de Vetusta Morla está condicionado a ciertas cosas que venimos construyendo durante todos estos años. La primera, el formato en sí de la canción: la estructura, el ritmo, la métrica, la rima... Mientras que cuando escribo un poema, suelo pensar más en otro tipo de cosas y no tengo esos condicionantes. La música va dirigida a una colectividad, que es la que la disfruta en los conciertos. El poema tiene más que ver con algo más individual, que va a ser leído y disfrutado en un combate más cara a cara de autor/lector o lectora. Eso te hace tener una relación no sé si más directa pero sí más individual, de tú a tú.
- Vetusta Morla creó en el confinamiento la canción ‘Los Abrazos Prohibidos’, que parte de un poemario colectivo. ¿Cómo fue ese proyecto?
Partía de un poema colectivo que nació de manos de Benjamín Prado y Elvira Sastre y en el que me invitaron a participar. Una vez terminado el poema, le sugerí a Benjamín que lo convirtiéramos en una canción que sirviera para recaudar fondos para la sanidad pública. Fue un trabajo muy bonito, con la intención de que no se quedase en una producción de esos días de encierro sino que pudiera tener relevancia dentro de cinco o diez años. Ya que había partido como un poema colectivo, hablamos también de que fuera una canción con gente que quisiera participar y tuvimos la suerte de contar con un montón de compañeros y compañeras que pusieron su voz. Estamos muy contentos de haberlo hecho.
- Vetusta Morla está a punto de lanzar su nuevo disco, ‘Cable a Tierra’. ¿Qué otros proyectos tiene en mente en el plano literario o en el musical?
No hay que separarlos porque escribo muchas de las canciones de Vetusta y forman parte de mi trabajo literario. Este año he estado muy centrado en la composición del disco de Vetusta y de la banda sonora que acabamos de lanzar de La Hija. Aparte de eso, escribo desde hace diez años en todos los números de la revista Libero, que me da la oportunidad de hacer un híbrido entre lo poético y lo narrativo en el que me siento bastante cómodo. Y supongo que vendrán más proyectos.