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"Tenemos un buen hospital y tendremos otro mejor, me haría mucha ilusión trabajar aquí"

El joven médico conquense Miguel Pozuelo Montero, que ha conseguido el puesto 12 en el examen MIR 2025, se prepara para elegir su especialidad
"Tenemos un buen hospital y tendremos otro mejor, me haría mucha ilusión trabajar aquí"
Foto: Saúl García
18/02/2025 - Eduardo M. Crespo

Se llama Miguel Pozuelo Montero y yo que ustedes recordaría su nombre y su cara porque algo nos dice que este joven conquense de 24 años, algo tímido pero muy seguro de sí mismo, nos va a dar más de una alegría… Al tiempo.

Lo de Miguel Pozuelo es sencillamente pasión y amor por la medicina, un entusiasmo que, según nos cuenta, no ha heredado de sus padres ni de sus abuelos. Nada. Él y sólo él va a ser el primero en vestir la bata blanca y en colgarse el fonendoscopio al cuello. “Soy el único que ha optado por esta profesión, nadie en mi familia ha sido médico o médica”. 

Sin embargo, hay dos momentos que Miguel recuerda como el prólogo de su conexión con la medicina: el año en que se topó con la asignatura de biología en cuarto de la ESO y más tarde con la asignatura de anatomía en el primer curso de bachillerato. “Y fue precisamente el conocimiento del cuerpo humano lo que de verdad me apasionó” y lo que marcaría su decisión futura de matricularse en la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha, en Albacete.

Miguel dio el paso más determinante de su vida y estudió “con muchas horas al día de dedicación y esfuerzo” la carrera de medicina, se graduó con notas brillantes y el pasado mes de enero consiguió uno de los mejores resultados en el examen MIR 2025: el puesto número 12 entre más de 15.000 aspirantes. “Estoy en una nube porque todavía no me lo creo. Reconozco que el examen MIR se me dio bastante bien, pero si te soy sincero nunca esperé llegar tan alto. Lo que sí tengo muy claro es que todo el esfuerzo invertido ha merecido la pena. Estoy muy contento”.

Una excelente calificación del examen MIR que además se suma a su excelente Trabajo de Fin de Grado que resultó finalista del certamen de divulgación científica Cuéntame tu TFG. “Era un trabajo experimental en el que comparábamos ratones con Alzheimer y ratones sin Alzheimer, y veíamos cómo una proteína, los canales de calcio, juegan un papel crucial en la enfermedad y cómo estos descubrimientos podían abrir nuevas vías para el tratamiento en humanos”.

Tras su éxito en el MIR, llega el momento de pensar con sosiego y tranquilidad; el momento de decidir qué especialidad hacer y en qué lugar hacerla. “Ahora se trata de viajar a los hospitales y de conocer a los residentes y algún día, todavía no sé cuándo, elegiré mi especialidad para hacer la residencia durante cuatro años. Después saldré como médico adjunto. Me gustaría hacer la residencia en una ciudad mediana y que esté bien conectada con Cuenca para poder visitar a menudo a mi familia”.

 

“El contacto con el paciente me llena muchísimo; me gusta la consulta, el diagnóstico y el tratamiento”

Miguel Pozuelo ha puesto el foco en dos especialidades médicas que le llaman especialmente la atención: endocrinología y cardiología. Si hay algo que de verdad le motiva, nos cuenta, es el contacto directo con el paciente. “Hay un punto en el que me di cuenta que la cirugía no me gustaba. A medida que avanzas en la carrera vas rotando por diferentes servicios y sientes si en un futuro te ves siendo médico en un servicio u otro. En mi caso sentí que la hospitalización y la cirugía no eran lo mío, pero que el contacto con el paciente me llenaba muchísimo. Me gusta la consulta, el diagnóstico y el tratamiento”.

Pozuelo es consciente de que aún le queda mucha formación e investigación por delante pero tiene claro que los retos de la medicina son muchos y en campos muy diferentes. “Hay que aprender aún mucho de enfermedades cardiovasculares como el infarto o el ictus; hay que aprender para prevenirlas y hay que estudiarlas para tratarlas. Yo soy de los que prefiere la prevención al tratamiento y en esa línea es en la que quiero trabajar”.

Vivir en Cuenca y desarrollar su carrera profesional en la ciudad que le vio nacer es algo que por el momento va a tener que esperar porque, hoy por hoy, la residencia de cardiología y endocrinología no se pueden hacer en Cuenca, pero si algo tiene claro Miguel es que no quiere perder de vista sus raíces. “Tenemos un buen hospital, tendremos uno mejor, y en algún momento, quizá cuando acabe la residencia, me haría mucha ilusión trabajar aquí”.


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Sanidad