“El alumnado se implica más si se le deja tomar decisiones”

Su alumnado lo orquestó todo a sus espaldas aunque no fue para marcarse una gamberrada sino por una bonita causa. Propusieron su nombre y, después de un largo proceso que ha estado repleto de “emociones”, el profesor Alberto Castellano Barragán (Cuenca, 1973), que desempeña su labor en el IES Virgen de la Esperanza de La Línea de la Concepción (Cádiz), es uno de los diez finalistas que optan a ser el ‘Mejor Docente de España’ de los Premios Educa Abanca en la categoría de Formación Profesional.

El hecho de que la nominación inicial partiera de los estudiantes es justo lo que más ilusiona a este docente que considera que eso es ya un premio en sí mismo. No obstante, llegados a esta altura del certamen –el vencedor se conocerá el 15 de noviembre–, ahora espera ganar la convocatoria especialmente para devolver a su alumnado su interés aunque hace hincapié en que hay otros muchos grandes profesionales por todo el país. “Siento orgullo, responsabilidad y el compromiso de seguir trabajando igual o mejor si cabe que hasta ahora”, explica.

Pero ¿cuál es el secreto para que sus alumnos consideraran que podría ser merecedor de esta distinción? El profesor, que da clases en los ciclos formativos de Grado Superior de Promoción de la Igualdad de Género e Integración Social de este instituto por segundo curso, cree que una de las claves es que pone en el centro del proceso de enseñanza/aprendizaje a los estudiantes. “Son los protagonistas y toman sus propias decisiones en base a los contenidos que hay que trabajar”, señala. Llevar la teoría a la práctica es otra de sus prioridades.

El resultado es que “salen cosas muy chulas y se implican más”. “La motivación es maravillosa”, subraya. Como ejemplos, cuenta que los estudiantes diseñaron un juego de mesa sobre igualdad de género; desarrollaron un proyecto de intervención en un centro penitenciario; y sacaron el aula a la calle en el Jardín Violeta con un programa que llamaron ‘Plántate’, con un triple significado: por el entorno del parque, para plantarle cara a la violencia machista y porque compartían un té con la ciudadanía que se acercaba hasta estas especiales clases. Para el profesor, esta última iniciativa ha logrado que aumente el número de estudiantes en el ciclo de Promoción de la Igualdad de Género. “Los docentes estamos  muchas veces en nuestra torre de marfil y no mostramos a la sociedad lo que se hace en el aula”, apunta.   

El profesor también rehúye de los exámenes tradicionales para evaluar a su alumnado. “Es una herramienta pero hay muchas más”, defiende este profesional, que viene del mundo de la animación sociocultural, algo que también se refleja en sus clases.

El ahora docente, que ya jugaba de pequeño a ser maestro, estuvo antes en Cruz Roja Cuenca impartiendo formación y también fue profesor de autoescuela. Graduado en Educación Social, pasó posteriormente por la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades del Campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) con una beca de investigación hasta que hace seis cursos empezó la docencia en enseñanzas medias en Andalucía.

Desde entonces, el uso de la metodología de la “ternura” para motivar a sus alumnos y la defensa de la educación pública son otros de sus principios: “Es la única que es garante de un acceso universal y equitativo para que todas las personas tengan las mismas oportunidades”.