"Ahora soy más dueño de mi vida"
El 1 de enero del 2022 Carlos se montó en su furgoneta. Lo que puede parecer de primeras un sencillo acto, fue, en realidad, una vía de escape. Tejedor, nacido y criado en Cuenca, dejó ese día su vida tal y como la conocía hasta ese momento.
Ex socio de una empresa informática, puso punto y aparte a su vida laboral. Después de colocar en una balanza su carrera y su salud mental, ganó la segunda. Apostó por hacer un cambio completamente radical y viajar le pareció la mejor opción.
Al tener que vivir a partir de ese momento con sus ahorros, la furgoneta se le presentó como la mejor forma de llevar a cabo este tipo de vida sin atarse a ningún alquiler.
Tejedor antes vivía, según sus palabras, “a fogonazos”. Este conquense de 53 años asegura que, desde que tomó esta decisión, es más libre. “Ahora soy más dueño de mi vida. Cuando estaba en esa vorágine del día a día, no era mía. Era de las tareas que tenía que hacer”, expresa. Desde que emprendió el viaje ha estado por distintos lugares, entre ellos León, los Pirineos, Aragón o Galicia. Carlos está a nueve kilómetros de Ferrol. Mañana no puede asegurar a ciencia cierta dónde estará. El conquense no sigue una directriz ni traza un recorrido. Su idea es, precisamente, liberarse de ese concepto de obligación.
Ahora, esta aventura a modo de terapia, le da la oportunidad de aprender. Carlos, desde que comenzó su viaje, ha aprendido que, realmente, “todo es mucho más relativo de lo que el día a día nos deja ver”. Tejedor asegura que no todo lo que sucede tiene “tanta importancia”. El conquense tiene por seguro que “el mañana no está garantizado para nadie”.
“Ahora soy más dueño de mi vida. Cuando estaba en esa vorágine del día a día, no era mía”Es esta la razón por la que trata de vivir más en el presente, una filosofía que él aconseja a los demás. “Vivir más en el hoy. No vivir tanto en el pasado, no vivir tanto en el futuro”. Cuando salió a solas en su furgoneta no fue fácil. “Dejas atrás, aunque pueda volver en cualquier momento, muchas cosas. Cuando lo cuento, la gente se ríe, pero es cierto que, los primeros días que pasé a 50 kilómetros de Cuenca, estuve mal”. Sin embargo, fue una decisión más que necesaria. Afirma que dio un vuelco a su vida por su salud mental. “Mi cabeza ya no funcionaba. No estaba haciendo las cosas como debería. Tenía claro que tenía que parar”, expresa. Carlos considera su ruta sin brújula por España un “retiro de sanación”.
Ahora se centra en mejorar y tampoco planea el futuro. De hecho, sabe que, quizá, tenga que volver a trabajar en algún momento, pero no quiere detenerse a pensarlo. Prefiere enfocar sus energías en el presente. “Cada vez me sentía más agotado. Más cansado. En mi caso, empecé a sentirme más irascible”. No tener ninguna clase de presión u horario le ayuda y ya nota mejorías desde aquel uno de enero.
Carlos necesitaba un cambio de aires completo. A pesar de emprender este trayecto vital a solas, de algún modo, sus amigos lo acompañan.
Ellos son testigos de su día a día a través del blog 51mochilas.blogspot.com, así como de sus canales de Tik Tok y YouTube. No es solo una forma de narrar para él a sus más allegados, también, es, en cierto sentido, una forma de no perder la noción del tiempo.
“Tengo poca memoria. Es como un diario para mí porque se me olvidan las cosas con una facilidad pasmosa”, bromea. Carlos asegura que solo da pequeñas pinceladas en este pequeño recoveco y que hay lugares en los que existen “cosas absolutamente increíbles que ni imaginaba que existían”. El viaje, de hecho, le ha dado la oportunidad incluso de recuperar actividades que ya no hacía, como, por ejemplo la lectura.
Carlos ha encontrado al volante de su furgoneta una forma de dar el primer paso hacia una vida mejor. No es un plan definitivo, pero, de momento lo reconforta y le hace sentir más libre.