La Cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas, ubicada en la localidad conquense de Mota del Cuervo, está reforzando la apuesta medioambiental. Su línea de vinos ecológicos, comercializada bajo la marca Sandogal, va ganando cada vez más peso dentro de la bodega, representando ya en la actualidad el 20% de la producción total.
Los países nórdicos son el principal mercado de esta gama que incluye, por un lado, cuatro vinos monovarietales (verdejo, sauvignon blanc, cencibel y cencibel crianza) y, por otro, dos de alta gama (sauvignon blanc y cencibel). En el caso de estos últimos, para su elaboración se utilizan uvas que son seleccionadas de forma manual racimo a racimo en parcelas muy especiales.
Unos vinos bajo la Denominación de Origen de La Mancha que maridan a la perfección con la cocina de la tierra. “Cada vino tiene un momento de consumo. La gama está pensada para una dieta mediterránea equilibrada y diversa”, explica Juan Fuente, gerente de la cooperativa moteña. Así, los blancos, que son muy frescos, van bien con las recetas más ligeras, como las elaboradas con productos de la huerta, mientras que los tintos de cencibel, con cuerpo pero a la vez suaves y con una graduación alcohólica no demasiado elevada, combinan mejor con los platos de carne.
Continuar creciendo en el apartado de vinos ecológicos es uno de los retos de la cooperativa, que tiene una producción total media anual de 50 millones de litros, habiendo alcanzado en buenos años hasta un máximo de 60 millones. Además de esta gama de vinos respetuosos con el medio natural y una importante labor de fomento del ecologismo entre los agricultores, la conciencia medioambiental de la entidad se refleja también en inversiones en campos solares y en la mejora de los procesos de reciclado y gestión de vertidos en toda la actividad que desarrolla, entre otras acciones. “Cada vez invertimos más en reducir nuestra huella”, destaca.
“Cada vino tiene su momento de consumo. Nuestra gama está pensada para una dieta mediterránea equilibrada y diversa”
El aumento de los vinos envasados, trabajar para dar soluciones a los agricultores y la inclusión de la mujer en el mundo rural fomentando la contratación y presencia femenina en los consejos rectores y ámbitos directivos son otras de las cuestiones prioritarias para esta cooperativa que cuenta con un total de 2.000 asociados entre las distintas secciones, de los que 750 son viticultores.
Socios originarios de Mota del Cuervo y también de otros pueblos de la comarca como Las Mesas, Belmonte y Santa María de los Llanos, entre otros, y que hacen posible esta gran cooperativa. “Dentro de las bodegas, es la que más factura en la provincia”, hace hincapié Fuente, recordando que la entidad ya abogó por el embotellado y la exportación en los ochenta, cuando todavía no era muy frecuente. Una apuesta que ha posibilitado un desarrollo tecnológico y comercial muy importante en las últimas décadas, potenciado aún más desde 2005 por la puesta en marcha de unas modernas instalaciones.
“Como cooperativa, tenemos el deber de promover el desarrollo de nuestra vida rural. Es importante que el consumidor entienda que comprar nuestros productos es dar vida a nuestro campo y a nuestra gente. Es una labor social”, reflexiona el gerente de una entidad que celebra este año su 75 aniversario y está desarrollando un ciclo de visitas y actividades para socios y clientes.