Cada 19 de marzo se celebra el Día Internacional del Artesano, una fecha que rinde homenaje a un oficio en el que todo se desarrolla de forma manual y que requiere de destreza y creatividad a partes iguales que dan como resultados piezas artísticas únicas y originales. Bien lo saben los hermanos Israel y David Rodríguez de la Rubia, dos pedroñeros que están al frente de la marca de joyería Vanagloria.
“La artesanía es un medio de expresión y una filosofía de vida”, explican a Las Noticias de Cuenca desde su taller en Las Pedroñeras, detallando que en una época en la que domina lo inmediato y la rapidez, la artesanía “es lo bien hecho, a mano y despacio”.
Fue su padre, Félix Rodríguez, quien enseñó a los dos el arte de la joyería artesanal. Él empezó el oficio artesano a finales de los años 70. Con el tiempo, Israel, el mayor de lo dos hermanos, recuerda cómo con 12 años su padre ya le daba el soplillo para que practicara la fundición a cera perdida. Años después, tras concluir sus estudios de bachillerato, decidió irse a Madrid a formarse en la Escuela Internacional de Joyería y Tasaciones, donde obtuvo el oficio de sacador de fuego, que es como se llama.
Con los años, los hermanos fueron ampliando su formación en el mundo orfebre, pasando un año por el Centro Orafo Il Tarì, en Nápoles (Italia), la escuela de joyería más importante de Europa. Además, también han hecho cursos de especialización en diversas disciplinas como tallar en piedra, grabado o diseño en países como Suiza o Alemania.
“Nuestro oficio no es solo la joyería, sino que va a más: hay que saber de diseño, transformar la idea que te transmiten en una joya, tallar y pulir piedras preciosas, etcétera”, destacan los hermanos.
Junto a su padre, Israel y David estuvieron trabajando para las grandes marcas mundiales dentro del sector joyero, pero en el año 2014, se dieron cuenta de que lo que en realidad querían era montar su propio sello para dar cobijo a todas las inquietudes que ambos tenían. Crearon ‘Vanagloria’, una firma con la que empezaron a operar en el año 2018 y, después de 7 años, han situado a Las Pedroñeras en el mapa europeo de la joyería.
Y es que, su valía y buen hacer los ha llevado a recibir encargos y colaboraciones de marcas que, debido a los contratos de confidencialidad que firman, no pueden desvelar, pero que son de las más reconocidas. Diseños exclusivos que han salido desde su humilde taller ubicado en pleno corazón de Las Pedroñeras gracias a toda la formación adquirida, puesto que, durante muchos años, los hermanos fueron la única empresa en España que fundía platino a nivel artesanal, industrial y semi industrial.

Han trabajado para firmas importantes de países como Francia, Italia o Estados Unidos sobre todo en modelaje. Es decir, ellos se han encargado en hacer la primera pieza, la original, el prototipo y después se ha replicado en grandes fábricas. “Muchas de esas compañías no tenían ni la tecnología, ni los conocimientos ni el arte para hacer ese primer prototipo, y ahí hemos estado nosotros”, destacan los hermanos Rodríguez de la Rubia.
Hoy en día siguen llegando encargos de todo tipo. Vanagloria aúna joyería tradicional con arte. De hecho, muchos de los artistas que están en la Fundación Factum Arte de Madrid, uno de los centros de arte contemporáneo más punteros a nivel mundial, pasan cada año por el taller pedroñero para transformar en joyería su arte. Algunos de esos artistas han permitido que la artesanía de los hermanos Rodríguez de la Rubia se cuele en las casas de todos los españoles en una retransmisión televisiva clave como son las campanadas, toda vez que en las uvas para dar la bienvenida al 2024 Cristina Pedroche lució una rama de olivo de bronce dorado en su vestido.
Al mismo tiempo, en los últimos meses ha cerrado colaboraciones con marcas de primer nivel para hacer aún más lujosos los productos que ofrecen. Entre ellas está una de las marcas más prestigiosas del mundo en champán. “Muchos artistas y entidades ya saben que, si acuden a nosotros para que plasmemos sus creaciones, van a un valor seguro”, enfatizan los hermanos.
La sostenibilidad y las materias primas de proximidad son dos de las claves de Vanagloria
En Vanagloria, desde siempre han estado concienciados con la utilización de elementos que generen el menor impacto posible en el medio ambiente, sacando al mercado unos productos 100% sostenibles. Además, que siempre sea “lo más cercano posible a Las Pedroñeras”, para tener el concepto de proximidad y fomentar la economía circular.
Por ejemplo, uno de sus productos más icónicos es la vela que tiene una joya en su interior, que sale a la luz según el fuego va consumiendo la cera. Esa se fabrica en El Toboso, considerada como la mejor de Europa. Por otro lado, fabrican pulseras en madera de ébano, procedente de Gabón (África) pero que cuenta con certificado de FSC, asegurándose los hermanos de que trabajan con productos que garantizan los derechos humanos, cuidan la selva y no fomentan los conflictos bélicos.

Otro de los objetivos a futuro de Vanagloria es reducir los residuos que genera, sobre todo en el envío de sus productos a través de mensajería. Para ello tienen un prototipo de caja elaborada con plástico reciclado que lleva un candado de seguridad. Cuando el repartidor llegue a tu casa, podrás abrir la caja con el código que tendrás en el correo electrónico, y la agencia de transportes devolverá la caja a Las Pedroñeras.
“Cada vez hay más público que está dispuesto a pagar más por un producto artesanal, por lo bien hecho, al igual que hay clientas que también pagan más por un producto sostenible”, destacan Israel y David Rodríguez de la Rubia, quienes ya son guardianes del legado artesano de Castilla-La Mancha gracias a su taller joyero que viene mezclando arte y artesanía desde finales de los años 70.