En verano de 2020, en plena pandemia, tenían en mente montar un camping pero un amigo les hizo cambiar de idea planteándoles poner en marcha un singular alojamiento, un hotel burbuja. Les gustó tanto la propuesta que los treintañeros María José Gil Gómez y su pareja, José Ángel Fernández Serna, se pusieron apenas unos meses después manos a la obra y en octubre de 2021 nacía Cielo Bonito, ubicado en la localidad conquense de Carboneras de Guadazaón. El original proyecto, que cuenta con dos unidades habitacionales, fue una de las iniciativas premiadas por la convocatoria de emprendimiento de Integra 4.0 del pasado año, promovida por la Diputación Provincial de Cuenca y destinada a las poblaciones de menos de 5.000 habitantes. En este caso, se les concedió una ayuda de 4.000 euros y también están pendientes de otra procedente de fondos europeos.
Cuando empezaron a pensar en serio en esta idea de negocio, la pareja se fue a dormir a un hotel de este tipo y quedaron tan encantados con la experiencia que ya no dudaron de embarcarse en este proyecto tan sugerente: pasar la noche en estas suites que constan de una burbuja transparente que permite ver las estrellas en plena Serranía conquense alejados de todo ruido. El alojamiento, ubicado en un terreno de la familia de José Ángel Fernández, se completa con otro espacio opaco que es el baño, además de una pequeña parcela para que los clientes tengan su privacidad. Asimismo, también hay un aparcamiento en los aledaños.
TIPO DE CLIENTELA
En su primer cumpleaños, esta pareja no puede estar más contenta de los resultados de este tiempo: han recibido clientela de todo el país, aunque la mayor parte procede de la Comunidad de Madrid y de la Comunidad Valenciana. “Viene gente de todas las edades. Hasta para celebrar la jubilación o pedir matrimonio. Aunque lo que más suele venir son personas de 25 a 45 años”, detalla Fernández Serna. Principalmente son parejas aunque también han tenido familias con niños, a los que se les ha montado una cama supletoria dentro de la burbuja transparente.
Los fines de semana y los meses de julio son lo más demandado aunque también reciben clientes en otras fechas. “Lo normal es reservar para un día”, detalla el joven, que explica que en la temporada de verano, el público puede disfrutar también de un jacuzzi en el exterior. Además, se les da un kit de bienvenida y el desayuno del día siguiente. Los padres de José Ángel Fernández tienen negocios de hostelería y panadería por lo que también ofrecen cena a las personas que lo solicitan.
“Mayoritariamente viene gente de las ciudades buscando tranquilidad. Es el lugar ideal”Y a los visitantes que llegan a este alojamiento de Carboneras de Guadazaón, que no llega a los 800 habitantes, esta pareja de emprendedores les anima a hacer turismo por la zona: desde visitar la ciudad patrimonial de Cuenca a las pinturas rupestres de Villar del Humor o realizar rutas senderistas en las proximidades.
Y ¿cómo quedan de satisfechos los clientes de Cielo Bonito? “Casi todo el mundo que viene se queda impresionado. Es una experiencia que no solemos vivir porque esto no tiene nada que ver con una habitación de hotel o con un apartamento”, subraya este emprendedor. “Mayoritariamente viene gente de las ciudades buscando tranquilidad. Es el lugar ideal”, añade. Sus avales: ausencia de contaminación lumínica y silencio. Idóneo para las personas que quieren huir del mundanal ruido.
