Un año más llega el momento de degustar el tradicional roscón de Reyes, el postre por excelencia de estas fechas que compite cada año con mazapanes, turrones o polvorones, aunque en el propio día de la Cabalgata, sin duda, es el rey de las vitrinas.
Si bien, los conquenses llevan desde el puente de la Constitución e Inmaculada comprando y encargando este bollo circular porque nunca es demasiado pronto para empezar a comerlo, ya que en la gran mayoría de pastelerías y confiterías solo se elabora en estas fechas y son muchos los que no quieren dejar pasar la oportunidad de deleitar su paladar con semejante manjar.
En el caso de la capital conquense, Pastelería Casamayor y Confitería Marisol tienen sus hornos y amasadoras trabajando a todo tren porque no paran de despachar este dulce. Un producto que en los últimos años ha pasado de rellenarse únicamente de nata o trufa a poder encontrarlos de muchos sabores diferentes como cabello de ángel, nutella, kinder bueno o crema pastelera. No obstante, en el primer puesto del ranking en Cuenca se encuentra el relleno de nata seguido del que va sin aderezos.
Eso sí, ‘cada maestrillo tiene su librillo’ y cada negocio lo elabora siguiendo una receta propia y especial pero, normalmente los ingredientes comunes son huevos, harina, leche y agua de azahar.
En el caso de la Confitería Marisol marcan la diferencia “añadiendo a la masa un chorro de ron y decorando el roscón con azúcar y fruta escarchada como marca la tradición”, apunta Miguel Ángel Serrano. Por otro lado, en Casamayor son especiales por la gran variedad de rellenos que ofrecen y por su decoración de almendra picada.
Eso sí, aunque año tras año las ventas están aseguradas estos dos negocios llevan al pie de la letra eso de ‘renovarse o morir’. Por ello, para animar y agradar a todos los públicos, desde hace años, estos dos negocios fabrican diferentes tamaños de roscones para que según el número de comensales se compren para repartir más o menos raciones.
Y van más allá pues por ejemplo en Casamayor son capaces de elaborar este producto para que puedan comerlo intolerantes a la lactosa, celiacos y aquellos que tengan que reducir el consumo de azúcar, tal y como señala el maestro pastelero Peter Guba a Las Noticias, aunque es necesario encargarlo con antelación.
