La incorporación de nuevos servicios y la ampliación de la oferta de productos saludables son dos claves fundamentales para entender la reinvención de las panaderías, que atraviesan momentos de cambio para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo que demanda la sociedad.
Una migración hacia un nuevo modelo de producción y venta en la que tienen cabida una gran gama de panes elaborados a partir de técnicas de amasado, fermentación y cocción novedosas, a lo que hay que sumarle mezclas de diferentes semillas y cereales. Eso sí, todo esto sin dejar de lado lo artesano y lo natural.
Claves primordiales que esta semana los profesionales que integran la Asociación Provincial de Fabricantes y Expendedores de Pan de Cuenca aprendían de la mano del maestro panadero Florindo Fierro con motivo de la nueva campaña de promoción de pan artesano que AFEPAN y CEOE Cepyme Cuenca lanzan cada año.
En esta ocasión, hasta una decena de panaderos de pueblos como Campillo de Altobuey, Osa de la Vega o Castejón, entre otros, aprendieron a elaborar pan de espelta y chía, de centeno con lino o de avena, entre otras opciones, con el objetivo de que “amplíen su gama de productos poco a poco”, señala Fierro. Y es que, las panaderías del futuro elaborarán “panes de los que pueda disfrutar el cliente y que al mismo tiempo les permitan cuidarse”, apostilla.
Por ello, en los últimos años han cobrado importancia cereales y semillas ricos en vitaminas, hierro, fósforo, magnesio y calcio porque comer rico no está para nada reñido con cuidarse.
Sin embargo, en la provincia de Cuenca el producto de panadería más vendido es la barra de pan tradicional pero para cambiar esta tendencia es necesario “implementar nuevos productos pues ¿cómo vas a vender más si no tienes variedad y no animas al cliente a cambiar?”, apunta Fierro.
Es por este motivo que la labor del panadero no debe quedarse simplemente en el obrador sino que debe trasladarse también a la tienda donde hay que saber vender los productos y, por tanto, asesorar a cada cliente porque “no se trata de despachar pan y ya está, se trata de enseñar lo que tienes para vender cada día un poco más y mejor, para que al cliente le pique el gusanillo de probar panes nuevos”, dice el maestro panadero.
Además, en esta línea, cabe señalar la importancia de incorporar nuevos servicios como la posibilidad de rebanar el pan porque “hemos notado que el cliente compra hogazas grandes si se las ofreces cortadas y sino, no”. Y es que, tan solo hay que echar un vistazo a los supermercados para darnos cuenta de que “no se duermen” y desde hace apenas unos años han comenzado a ampliar su carta de productos de panadería. Por este motivo, es importante que los negocios tradicionales no solo se diferencien por el sabor y la producción artesana sino también por sus prestaciones.
Y es que, “tenemos que intentar que la panadería tal y como la conocemos hoy no se pierda”, comenta José Antonio Barón, presidente de AFEPAN, quien asegura que el futuro pinta feo porque cada vez son más las personas que deciden comprar el pan de cada día en los supermercados y, por tanto, “es importante reciclarnos y dar a conocer todo lo que hacemos”, apostilla.
Una cuestión que no solo deberán llevar a cabo de boca a boca con su clientela habitual sino que las redes sociales y el marketing van ganando cada vez más terreno en este ámbito.
En este sentido, Florindo Fierro insiste: “hay que cambiar de mentalidad para que la panadería no desaparezca”.
Y los panaderos de la provincia de Cuenca lo tiene claro ya que los participantes en el curso de AFEPAN se plantean incorporar nuevos panes en su día a día o al menos “mejorar la calidad de nuestros productos”, tal y como señala Héctor Hernaiz, panadero de Campillo de Altobuey.
Si bien, en estos últimos meses la escalada de precios ha influido en el coste de las materias primas, lo que les ha obligado a apretarse el cinturón para no subir demasiado el precio del producto final y “esperamos que esta situación mejore pronto porque cada día luchamos para mantenernos”, asegura José Miguel Castellanos, panadero de Osa de la Vega.
Por último, Mª Nieves González, regente de una panadería en Cuenca, espera que la clientela se anime a probar cosas nuevas y no sean simplemente “los turistas del fin de semana los que disparen las ventas de panes novedosos”.
Está claro que los panaderos deberán ampliar sus horizontes comerciales con valentía pero, ¿y los clientes, se atreven a probar panes diferentes cargados de sabor?