La variedad airén es una de las señas propias de la comarca de La Mancha. Pero mientras que en el exterior los vinos blancos elaborados con esta clase de uva se venden bien, en la propia tierra no se no fomentan lo suficiente. “Hacemos poca promoción de nuestras variedades autóctonas”, considera Luis Fernández, gerente de Bodegas Puente de Rus, situada en San Clemente.
“Nos falta aprender a defender nuestros productos”, reivindica el responsable. Es por ello que la bodega está trabajando en el diseño de una nueva versión del vino de la variedad airén. La idea es mantener la misma etiqueta pero se busca “cambiar el carácter” de estos caldos para conseguir avanzar en el mercado ya que, según detalla Fernández, estaban notando que el público los estaba dejando atrás. “Igual porque nosotros no le damos el apoyo necesario”, reconoce.
Sin embargo, el gerente destaca que la variedad airén sale en botella en otros países, con mezcla de otros vinos, mientras que en su propia tierra no se le valora.
Por ello, Fernández insiste en que hace falta un cambio de cultura y pone como ejemplo que acaba de asistir en Italia a una feria de vino, donde sí se fomentan las variedades autóctonas aunque también trabajen con otras de fuera. “Lo primero que hacen es venderte las suyas. Las defienden”, asegura.
La Bodega Puente Rus tiene previsto presentar este nuevo vino blanco en la próxima Feria Nacional del Vino (Fenavin), que se celebrará el próximo mes de mayo en Ciudad Real.
Otra de las novedades de la bodega es que están embotellando vino de la variedad chardonnay, algo que no habían hecho antes. “El año pasado se elaboró pero no se embotelló y este año hemos decidido hacerlo para llevarlo también a Fenavin”, concreta.
La bodega trabaja a partes iguales los vinos blancos y tintos. El 40% del volumen son variedades mejorantes como, en el caso de los blancos, sauvignon blanc, verdejo, macabeo y moscatel, y en los tintos, cabernet, syrah, merlot, petit verdot y garnacha. “Se han incrementado en los últimos años”, señala, explicando que estas clases se demandan más a nivel internacional. Aunque las mayoritarias son las de la tierra: moravia, tempranillo y airén.
Puente de Rus está aumentando también la producción de vinos embotellados, que suponen el 10% del total. El mayor empuje se ha dado en el último año, cuando se ha alcanzado un 50% más respecto a la campaña anterior.
El potencial de la firma es manejar 16 millones de kilos de uva pero en embotellado es “una bodega pequeña”, aunque se ha pasado de las 20.000 botellas de hace diez años al millón actual. Además, también se comercializan en los envases Bag in box unos 400.000 litros.
La bodega está creciendo a nivel internacional, beneficiándose de las ayudas a la promoción del vino en terceros países, vendiendo embotellados a países como China, Japón, Suecia, EEUU, México y Guatemala mientras que la mayor parte del vino a granel va a Francia, Italia y Alemania desde hace años.
Fernández aboga por la integración de las cooperativas para comercializar sobre todo el embotellado porque hay muchas marcas y el mercado está saturado.
Para la próxima campaña van a cambiar su imagen “pero sin perder la identidad”. Por ello, la bodega ha lanzado un concurso de etiquetas en el instituto de Pedroñeras. De sus aulas saldrán los próximos diseños de Bodega Puente de Rus.
