Tiene un crecimiento muy rápido en comparación con la mayoría de árboles, es renovable y puede alcanzar una gran resistencia. Todas estas características hacen del bambú un material idóneo para la fabricación de productos sostenibles para la construcción, objetivo central del proyecto emprendedor Iberbamboo, que ha sido premiado en el programa Integra 4.0 de la Diputación Provincial de Cuenca y que va a comenzar a elaborar ventanas con esta planta en el municipio conquense de Valera de Abajo, que serían las primeras de toda Europa producidas con este elemento, según asegura Susana Díez, promotora de esta firma junto a Mariana de Paula.
“Se habla mucho del concepto de passive house y de eficiencia energética pero los materiales con los que están hechos muchas de esas casas son altamente contaminantes”, reflexiona Díez, natural de Palencia y afincada en Valladolid.
Ante este panorama, durante el confinamiento comenzó a pensar en la necesidad de utilizar elementos alternativos y sostenibles en la construcción, sector del que proviene profesionalmente. No obstante, insiste en que su proyecto no es una lucha contra el hormigón, el acero, el aluminio o el PVC.
Y con esa idea en la cabeza conoció casualmente a la brasileña Mariana de Paula, quien le habló de que en su país natal se utiliza mucho el bambú y de las grandes posibilidades que tiene este material. Como ejemplo, la variedad moso de esta especie necesita tan solo alrededor de cinco años para alcanzar un tamaño adecuado para poder ser maderable y dado que es una planta, no se tala, por lo que se regenera y es “casi inagotable”.
Un rápido crecimiento que contrasta con el de los árboles que suelen utilizarse habitualmente en carpintería: un pino tarda en crecer unos 25 años; un castaño, unos 45 y el roble, hasta 70, según detalla Díez.
Además, en relación con el uso de estas maderas tradicionales habría que tener en cuenta otra variable: la deforestación. “No podemos hacer un uso desmedido de los bosques sin control. Es una herencia que tenemos que dejar a las generaciones venideras”, alerta esta emprendedora, que añade asimismo que el bambú “descontamina” ya que capta mucho dióxido de carbono.
Tras decantarse por el bambú, se pusieron en contacto con el estudio Torreón Arquitectura con el fin de ver las posibilidades reales de su idea. Tras el visto bueno de esta firma, el siguiente paso era fabricar un prototipo de ventana y, después de mirar este material en México, Colombia y China, vieron que este último era el que ofrecía más garantías de sostenibilidad. Pidieron una pequeña muestra y comenzaron la búsqueda de un negocio que les pudiese hacer las maquetas.
El bambú tiene un crecimiento rápido en comparación con otros árboles que son utilizados tradicionalmente como materia prima en carpintería
Y fue entonces cuando se fijaron en la provincia de Cuenca, que cuenta con un importante sector maderero. Después de contactar con varios profesionales y mirar distintas opciones, dieron con la firma Hermanos Aparicio y Haro, en Valera de Abajo, que contaba con la maquinaria necesaria para fabricarles estas primeras ventanas, que han sido certificadas tras haber pasado en un laboratorio de Logroño diferentes pruebas de resistencia al agua y al viento, entre otros parámetros.
Mientras su idea iba tomando forma, tuvieron conocimiento de la existencia del programa para emprendedores Integra 4.0 de la Diputación de Cuenca. Presentaron su propuesta de economía circular y fabricación de productos de bambú para la construcción, siendo uno de los 14 proyectos seleccionados por la institución provincial, recibiendo una ayuda de 99.050 euros.
Con ese impulso económico y con los prototipos ya certificados, hicieron hace unos meses un nuevo pedido de bambú más grande que llegó hace unas semanas al puerto de Valencia con el fin de que la carpintería de Valera empiece ya a fabricar una primera remesa de ventanas de bambú que se lanzarán al mercado.
TERRENOS
Paralelamente, también han comprado una parcela de una hectárea en el pueblo toledano de Alcolea de Tajo y quieren plantar su propio bambú a partir de marzo. Si todo marcha bien, quieren adquirir más y les gustaría encontrar unos terrenos aptos en la provincia de Cuenca.
El producto ha sido presentado ya a arquitectos conquenses, que han recibido el proyecto con buenos ojos, cuenta Díez, quien cree que su propuesta iría muy bien en inmuebles del Casco Antiguo de la ciudad. “Las primeras ventanas queremos ponerlas en Cuenca”, desea esta emprendedora, que busca ofrecer un producto “de altas prestaciones” que resulte “accesible a todo el mundo”.
