R espaldado por el programa piloto Integra 22 de la Diputación de Cuenca, el proyecto de los emprendedores Adrián Roberto Ayala y Óscar Herranz Martínez para crear máquinas generadoras de ozono podría hacerse realidad en torno a los meses de junio y julio, cuando calculan que los equipos podrían estar ya en el mercado.
“Producir ozono no es complicado. Lo difícil es contar con generadores eficientes y seguros. Ahí está el desafío”, asegura Adrián Roberto Ayala, un ingeniero superior electrónico argentino afincado en el municipio conquense de Villaverde y Pasaconsol desde hace dos años y medio y que desde hace uno trabaja en un prototipo para generar esta sutancia junto a su socio Óscar Herranz, técnico mecánico que vive en Quintanar del Rey.
El ingeniero subraya las grandes posibilidades del ozono como desinfectante, haciendo hincapié en los usos que tendría para el sector agropecuario, para potabilizar agua o para controlar plagas y enfermedades en el caso de los cultivos.
En este punto, explica que el ozono se viene utilizando desde hace tiempo en plantas potabilizadoras de agua aunque apunta que no lleva tantos años empleándose en agricultura. “Es el desinfectante más potente”, asegura.
Como ejemplo, este profesional apunta que podría utilizarse para potabilizar el agua procedente de un pozo para una granja de pollos. Clorar el agua le cuesta al propietario unos 1.000 euros mensuales, además del coste del peróxido de hidrógeno. Adrián admite que, con este generador de ozono, tendría que hacer una inversión inicial mayor pero a la larga le compensaría y ahorraría dinero, además de que es “más ecológico” ya que “no deja residuos”.
El ozono también podría utilizarse en empresas para desinfectar grandes superficies, algo que se ha visto durante la pandemia. Sobre esta cuestión, acerca de la que Adrián reconoce que hay algo de controversia, este profesional considera que “un equipo chino de 200-300 euros es de mala calidad y no suele cumplir con la normativa” y sirve para poco más que eliminar olores. De todas formas, recalca que estaría prohibido usarlo en presencia de personas en cualquier caso. “Si se usa correctamente, no tiene por qué ser peligroso”, insiste.
Ayuda económica
Este proyecto nacido en Villaverde y Pasaconsol fue uno de los ocho seleccionados en la convocatoria de ayudas al emprendimiento de la Diputación de Cuenca, habiendo recibido 6.000 euros, el máximo que permitía este programa de subvenciones de la institución provincial. “Nos ha venido muy bien” cuenta Adrián, que precisa que se va a invertir en una máquina.
El trabajo de todos estos meses empieza a dar sus frutos y estos emprendedores han ideado un dispositivo electrónico que permite una mayor eficiencia a la hora de generar ozono y del que han solicitado la patente.
Por el momento, continúan perfeccionando el prototipo y están haciendo pruebas sobre el terreno, en el campo de Óscar Herranz, para ver su efectividad. Si todo va bien, para el verano ya podrían estar a la venta estas máquinas generadoras de ozono.