Panificadora Conquense Agrícola, referente europeo en innovación del sector harinero
La Panificadora Conquense Agrícola, con casi 90 años de historia, se ha consolidado como un referente en la innovación del sector harinero en Castilla-La Mancha y Europa. Así lo ha destacado el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán, durante su visita a las instalaciones de la empresa, en la que ha estado acompañado por María Ángeles López, delegada de la Junta en Cuenca, y Rodrigo Alcalde, delegado provincial de la Consejería.
Gracias al apoyo financiero de la línea FOCAL, la Panificadora Conquense ha realizado importantes inversiones para modernizar su infraestructura, integrando tecnologías de última generación. Este avance le ha permitido diversificar su producción y asegurar los máximos estándares de seguridad alimentaria, “que le ha llevado a convertirse en un referente a nivel europeo en la fabricación de harinas, siendo pionera en la instalación de las tecnologías más avanzadas”.
El consejero ha subrayado que industrias como esta contribuyen de manera clara al desarrollo rural, “puesto que no sólo emplea a unas 40 personas, sino que se ubican cerca de las zonas de siembra de cereal, apoyando a su vez a nuestros agricultores y contribuyendo al mantenimiento de la población y de la actividad socioeconómica en los pueblos”.
Apoyo del Gobierno de Castilla-La Mancha al sector regional
Desde 2015, las industrias harineras de Castilla-La Mancha han invertido 37 millones de euros en modernización, de los cuales más de ocho millones provinieron de ayudas gestionadas a través de la línea FOCAL del Gobierno regional. Este respaldo ha permitido a empresas como la Panificadora Conquense adaptarse a las nuevas demandas del mercado y fortalecer su posición competitiva.
El sector harinero de Castilla-La Mancha, que cuenta con 32 empresas, combina tradición e innovación para responder a los cambios en los hábitos de consumo. El consejero Martínez Lizán destaca que este esfuerzo va más allá de las harinas tradicionales, integrando opciones innovadoras y saludables como harinas de coco, legumbres y granos ancestrales, además de productos enriquecidos con ingredientes propios de la Dieta Mediterránea, como el aceite de oliva, las aceitunas y el ajo.
