La suspensión de las procesiones en la Semana Santa de Cuenca, por segundo año consecutivo, trae como consecuencia que algunos pequeños negocios pierdan una parte importante de su sustento anual. Es el caso de floristerías que cada año suministran las flores para adornar los 43 pasos de las 33 hermandades conquenses; pero también de sastrerías, mercerías o tintorerías que este año no confeccionarán ni pondrán a punto las túnicas, capas y capuces nazarenos.
FLORISTERÍAS
En casos como el de la floristería Las Camelias, fundada en1977, este año no cerrará la cuenta de Semana Santa a cero como sucedió el año anterior, aunque ya en 2019 las procesiones estuvieron pasadas por agua y las ventas cayeron. Algo que supone “muchísimas pérdidas” en estos tres años, dice Mari Luz Armera, propietaria del negocio.
Sin embargo, para este año “empieza a salir un poco más el sol” porque las hermandades han comenzado a organizar novenarios y triduos en honor a las imágenes lo que genera “más movimiento y alegría en nuestro sector”.
Según apunta, las hermandades y las parroquias acumulan la mayor parte de pedidos, aunque los particulares no fallan. “Siempre hay gente que tiene devoción a su imagen y lleva unas flores o un centro”.
Las Camelias se encarga de adornar el paso de Jesús entrando en Jerusalén (La Borriquilla) en la procesión de Domingo de Ramos y en algunas ocasiones a Nuestra Señora de las Angustias, aunque en total adornan “tres o cuatro pasos dependiendo del año”, explica Armera.
Y, aunque este año no haya procesiones “vamos a poner todos de nuestra parte para vivir estos días con ánimo y optimismo para salir adelante”. Por ello, espera que los conquenses pongan ilusión porque “con el desánimo tampoco avanzamos y creo que debemos ser optimistas”. Ella, encuentra la ilusión en las flores pues “son mi mejor medicina” ya que en este año ha superado el Covid-19 tras estar ingresada más de quince días en el hospital y espera que sirva de ejemplo para otros conquenses.
TINTORERÍAS
En cuanto sastrerías, mercerías o tintorerías, este año no pondrán a punto las prendas de los nazarenos.
En el caso de la Tintorería Pergón sus ingresos durante la Semana santa anterior cayeron un 100% porque “la gente no sacó las túnicas, capuces y demás prendas para limpiarlas”, dice José Coronado. En Pergón pasaron de limpiar alrededor de 300 túnicas y capas a ninguna, algo que “nos ha afectado bastante”.
En este sentido, no solo se ven afectados por este motivo sino que al cancelarse bodas, comuniones y otros eventos en 2020 “la gente no se arregla con ropa delicada y no la trae aquí para limpiarla”, asegura, lo que también ha hecho mella en la facturación anual.
Otro de los motivos por los que han bajado sus ingresos es la paralización del turismo porque “no hay tantos manteles o ropa de cama que limpiar porque los hoteles y restaurantes han estado mucho tiempo cerrados”, destaca. Por ello, el descenso de ingresos anual se cifra en pérdidas del 50%.
Por este motivo, José Coronado se atreve a catalogar esta crisis como la peor de los últimos años.
A pesar de todo, espera que los conquenses no pierdan la esperanza porque “ojalá tengamos Semana Santa el año que viene”, comenta. Además, el trabajo en las tintorerías comienza a repuntar pues las comuniones y bodas de 2021 se van a celebrar y los trajes de fiesta tendrán que pasar por Pergón.