Recuperar la tradición y la confección artesanal para ofrecer prendas que transmiten valores es el objetivo que persigue la conquense Ana Vargas con su marca textil Q’qui -cuqui- desde Barajas de Melo.
La aceptación de la misma ha superado todas sus expectativas porque “la gente de Cuenca se ha volcado para apoyarme”, reconoce. Eso sí, hay mucho trabajo detrás porque desde hace dos años planea la puesta en marcha de este proyecto emprendedor enfocado a prendas infantiles, aunque el lanzamiento de su primera colección se producía hace apenas dos meses.
Q’qui apuesta por las prendas sin costuras porque “cuando se trata de bebés hay que evitar cualquier tipo de roces”. Por ello, cada ranita, pantalón, camiseta, peto o vestido es cómodo de llevar y de poner, funcionales, cosidos a mano y sin costuras industriales. Para conseguirlo, mantiene un proceso totalmente artesanal y respetuoso con el medio ambiente que comienza con la estampación del tejido de algodón orgánico con tintas al agua, inocuas para la piel, y termina con el embalaje en cajas de cartón reciclado o bolsas compostables.
En este sentido, pretende fomentar el comercio de proximidad y por ello anima a todos sus clientes a seguir un consumo responsable y de calidad para respetar al máximo el entorno. Su clientela la contacta principalmente a través de Instagram y Facebook, aunque también el boca a boca ha ayudado a la difusión de la marca. Además, se puede acceder al católogo completo en su página web.
Q’Qui vende sus creaciones a cualquier punto de la península e incluso a Islas Canarias y Baleares pero para conseguirlo esta jóven emprendedora ha superado diferentes retos. Entre ellos, compaginar su empleo de diseñadora gráfica en revistas con esta nueva aventura. Además, ha complementado su formación con cursos de costura, ilustración y lecturas especializadas en marketing, a lo que se suma también la tarea de aprender a programar la web que ha creado ella misma. Ante esto, explica, “tienes que valer para todo”.
Ahora bien, con una madre modista la conexión con el mundo de la aguja y el dedal ha sido el cordón umbilical que la ha unido a la confección desde pequeña y el empujón que ha animado a esta joven a emprender en el medio rural en un año marcado por una pandemia mundial.
DESPOBLACIÓN
En este punto, hemos visto con la llegada de la Covid el interés de la población por regresar a vivir a los núcleos rurales. Ante esta situación, Cuenca es uno de los territorios escogidos para cambiar de aires y “sin duda esas personas recuperarán calidad de vida y establecerán relaciones cercanas”, dice Vargas, ejemplo de mujer que volvió a su pueblo, Barajas de Melo “hace ya 16 años”.
Más que satisfecha con la primera colección de Q’qui revela sentirse “ganadora por haber afrontado retos que te hacen crecer”. En cuanto a sus proyectos de futuro, “me vale con que a la gente le guste la ropa que hago para poder diseñar y coser una segunda colección dentro de poco”, concluye Ana.
