Durante 2020, los hogares españoles tiraron a la basura 1.364 millones de kilos/litros de alimentos, lo que supone una media de 31 kilos por persona, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Ante este panorama, el Consejo de Ministros acaba de aprobar el proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, que establece una batería de medidas para acabar con el despilfarro, aunque aún debe pasar el trámite parlamentario.
No obstante, supermercados y restaurantes de la ciudad de Cuenca ya desarrollan diversas acciones para hacer frente a este reto: donaciones al Banco de Alimentos, descuentos en artículos cuya fecha de caducidad está próxima, la adhesión a la aplicación móvil ‘Too Good To Go’, aprovechamiento de la fruta algo tocada para la alimentación animal y proporcionar a sus clientes la comida no consumida son algunas de las iniciativas que están llevando a la práctica hasta la fecha.
La futura normativa obligará a todos los elementos de la cadena alimentaria a contar con un plan específico para evitar el despilfarro, excepto a las tiendas de menores de 1.300 metros cuadrados. “Somos los primeros interesados en no desperdiciar comida”, señala Pablo Cortinas Morter, gerente de La Posada de San José de la capital conquense.
En su caso, apunta que planifica cuidadosamente la compra del género fresco, que hace a diario en comercios de proximidad, para evitar que les sobre. “Prefiero que falte a tener que tirar”, indica, reconociendo que los mayores problemas los tiene para acertar con la cantidad de pan porque con este producto no quiere quedarse corto. De todas formas, el panadero le recoge después las barras restantes, que le devuelve luego en forma de pan rallado.
'LO QUE SOBRA NO SE TIRA'
Además, también proporciona a los clientes que así lo solicitan la comida no consumida, precisamente una de las medidas que impondrá la nueva normativa. No obstante, señala que en nuestro país la gente no está tan habituada a esta práctica. “Nos piden más las sobras para los animales que para las personas”, explica.
“Cada vez nos demandan más la comida que les ha sobrado”, apunta por su parte Manuel Moya, propietario del restaurante conquense La Venta, quien también dice planificar la compra del producto fresco al día para que las previsiones se acerquen a la realidad lo máximo posible.
En este sentido y bajo el lema ‘Lo que sobra no se tira’, el Gobierno de Castilla-La Mancha, en colaboración con la Federación Regional de Hostelería y Turismo en las diferentes provincias, también puso en marcha una campaña de sensibilización para animar a los comensales a llevarse el excedente y a la que se sumaron 60 establecimientos conquenses.
Otra de las acciones para evitar tirar alimentos a la basura a las que se han apuntado los negocios conquenses es a la aplicación móvil ‘Too Good To Go’, que busca salvar, a un precio reducido para el cliente (un tercio de su coste), el excedente diario de comida de los establecimientos. En la ciudad de Cuenca, ya son 30 los establecimientos que se han sumado a esta iniciativa, a través de la cual han vendido 8.500 lotes de productos, evitándose el desperdicio de más de 8,5 toneladas de alimentos.
LOTES DE PRODUCTOS
Carrefour Cuenca es uno de los establecimientos adheridos a la app. “Sacamos de media cuatro o cinco lotes diarios”, explica Fran Cerpa, gerente de la firma en la ciudad, quien no obstante, admite que aún podría conocerlo más gente.
“Funciona muy bien desde el principio. Sobre todo es gente joven”, señala por su parte Isabel Villaescusa, gerente de Alcampo Cuenca, hipermercado que también se ha sumado a esta iniciativa. “Hay días en que sacamos tres lotes y otros, ninguno. Depende”, cuenta.
También les está resultando bien esta aplicación a La Granja Victoria, un establecimiento conquense de comidas para llevar. “Sacamos un lote de media al día”, detalla su propietario, José Luis Jiménez Sanz. Los paquetes, que incluyen varios alimentos dependiendo del excedente de cada jornada, costarían 15 euros y se venden por solo cinco a través de ‘Too Good To Go’.
Además de con la aplicación, el establecimiento también pone a la venta a un precio más reducido platos sueltos que van a caducar. “Intentamos hacer lo justo pero a veces nos sobra”, admite.
Esta bajada de precio en los productos con fecha de caducidad próxima es una medida que también llevan a cabo en hipermercados como Carrefour y Alcampo. Estos artículos, con una etiqueta diferenciada, tienen descuentos de hasta el 50%. “Se vende mucho así. El cliente ahorra y la cadena evita tirar el producto”, dice el gerente de la primera firma. De la misma forma, la responsable de la segunda marca considera que esta acción tiene un doble beneficio dado que ayuda a economizar al usuario mientras se lucha contra el desperdicio.
Ambas cadenas de hipermercados también donan al Banco de Alimentos artículos como, por ejemplo, magdalenas cuyo paquete exterior se ha roto pero que van embolsadas individualmente y son perfectamente aptas para el consumo.
Carrefour también ha sustituido la fecha de caducidad de los yogures de su propia marca por una de consumo preferente (es más amplia que la primera) con el objetivo de luchar contra el desperdicio alimentario.
ALIMENTACIÓN ANIMAL
El reaprovechamiento para la alimentación animal es otra de las acciones de Alcampo contra el desperdicio: donan la fruta que está demasiado madura para los osos de El Hosquillo.
Por todo ello, cuando llegue la nueva normativa, los negocios conquenses ya tendrán algunos deberes hechos.
